sábado, 7 de julio de 2018

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20180708




UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO

No faltan entre nosotros las situaciones que merecen un profundo debate: ¿Cómo generar un clima de seguridad y paz social sin incurrir en abusos contra los derechos humanos? ¿Cómo facilitar el acceso a las oportunidades de estudio y empleo digno para todos sin hipotecar la estabilidad económica del país? ¿Cómo conciliar la libertad de pensamiento de cada ciudadano con los derechos de los débiles y los vulnerables? Quien acostumbra declarar a los cuatro vientos su particular manera de ver las cosas y de paso descalifica por insuficiente la postura ajena, está en camino de convertirse en un fanático. ¡Profetas de la verdad única nos sobran! Líderes que dogmatizan y decretan la ruta de la verdad nos estorban para garantizar la pluralidad democrática. Es inevitable que existan diferencias notables entre las distintas mentalidades políticas, pero ninguna puede erigirse como la opción suprema y descalificar la postura del adversario sin aportar argumentos. La coexistencia pacífica de las alternativas políticas es un signo de civilidad. Ezequiel lo sabía y el Señor Jesús también: cuando todo mundo se siente dueño de la verdad no sabe escuchar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario