sábado, 14 de julio de 2018

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20180715




UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO

La discusión de la ley de seguridad interior, lo mismo que sobre la renta básica universal o la estrategia para contener la dinámica de la violencia criminal es ocasión para que los ciudadanos hagamos sentir nuestra voz. La misión evangelizadora incluye obviamente el anuncio sobre la victoria de Cristo resucitado sobre la muerte y el pecado. Por eso mismo, no podemos desentendernos de las situaciones contrarias al triunfo de la vida sobre la muerte. La desigualdad, la violencia contra las mujeres, cualquier forma de maltrato a la dignidad humana es un llamado y una oportunidad de concretar nuestra misión profética. No basta con descalificar las propuestas que nos parezcan insuficientes, es obligado proponer, participar y apoyar las iniciativas benéficas que contribuyan al mejoramiento de nuestra vida pública. La motivación para hacerlo no es el disfrute del poder, ni el ansia de disponer del presupuesto público de manera ventajosa. De eso ya tenemos ejemplos de sobra. La participación del cristiano en la vida pública tendrá que responder a una genuina vocación de servicio.

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