sábado, 27 de octubre de 2018

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20181028




La esperanza es una de las fortalezas del espíritu humano. Una sociedad desesperanzada es presa fácil de sus propios problemas. Aunque la esperanza por sí sola no remedia ningún problema social, sí nos ofrece la disposición de ánimo para sumar esfuerzos y caminar hacia el logro de objetivos comunes valiosos. Bien lo afirma el refrán, que "el primero de mil pasos es el más difícil". No sabemos si Bartimeo era un ciego de nacimiento o si había sufrido algún accidente; lo que sí sabemos es que su desgraciada situación no le había despojado de la esperanza. Cuando revisamos los enormes retos mundiales (amenazas nucleares, calentamiento global, terrorismo, etc.) o los problemas del país (corrupción, violencia, inequidad social) corremos el peligro de sumirnos en la impotencia o la resignación. La fe en un Dios salvador nos urge a vivir documentando con gestos y palabras nuestra condición de creyentes en la victoria de Jesús resucitado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario