Más de tres mil cargos de elección acaban de disputarse en las pasadas
elecciones. Podríamos imaginar que detrás estarían cuatro o cinco contendientes
para cada puesto público. ¡Una verdadera explosión de la vocación y el
compromiso político! Una vez que las carretadas de dinero se metieron en la
política, tanto para el financiamiento de costosas campañas como para el manejo
discrecional del presupuesto público, resulta ingenuo creer en la voluntad de
servicio de tantos suspirantes a gobernar. Algunos pocos gobernantes y algunos
servidores públicos ameritan el nombre de tales, otros lo deshonran. El
Evangelio dominical nos servirá como referente para cumplir corresponsablemente
nuestros compromisos ciudadanos. Fiscalizar, apoyar y demandar cuentas, lo
mismo que cumplir lo que manda la ley, será una forma de ejercer nuestra
vocación de servicio a la comunidad.
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