APRENDER A ESCUCHAR
Entre el relato de la transfiguración y el relato de la aparición del
Señor a Abrahán hay un aire de familia. Los protagonistas de ambos
acontecimientos habían desarrollado la capacidad de escuchar y contemplar. Abrahán
no vivía ensimismado en sus afanes cotidianos. El pastoreo, las rivalidades con
los demás pastores, los desafíos de saberse viejo y sin descendencia no le
habían arrancado la capacidad de atender al llamado de Dios. Del mismo modo,
los discípulos que acompañaban al Señor Jesús en la montaña de la
transfiguración, tenían sus propios afanes y sin embargo, se mantenían abiertos
a la novedad que Dios les revelaría a través de Jesús. La visión y la audición
quedaron vivamente grabadas en su memoria. Desde esa experiencia pudieron
remontar la dolorosa noticia de la pasión del Señor.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 24. 6. 3. 22
Mi corazón me habla de ti diciendo: "Busca su rostro". Tu faz
estoy buscando, Señor; no me escondas tu rostro.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor, Dios, que nos mandaste escuchar a tu Hijo muy amado, dígnate
alimentarnos íntimamente con tu palabra, para que, ya purificada nuestra mirada
interior, nos alegremos en la contemplación de tu gloria. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Dios hace una alianza con Abram
Del libro del Génesis: 15, 5-12.17-18
En aquellos días, Dios sacó a Abram de su casa y le dijo: "Mira el
cielo y cuenta las estrellas, si puedes". Luego añadió: "Así será tu
descendencia".
Abram creyó lo que el Señor le decía y, por esa fe, el Señor lo tuvo
por justo. Entonces le dijo: "Yo soy el Señor, el que te sacó de Ur,
ciudad de los caldeos, para entregarte en posesión esta tierra". Abram
replicó: "Señor Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla?". Dios le dijo:
"Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, todos de tres años; una
tórtola y un pichón".
Tomó Abram aquellos animales, los partió por la mitad y puso las
mitades una enfrente de la otra, pero no partió las aves. Pronto comenzaron los
buitres a descender sobre los cadáveres y Abram los ahuyentaba.
Estando ya para ponerse el sol, Abram cayó en un profundo letargo, y un
terror intenso y misterioso se apoderó de él. Cuando se puso el sol, hubo densa
oscuridad y sucedió que un brasero humeante y una antorcha encendida, pasaron
por entre aquellos animales partidos. De esta manera hizo el Señor, aquel día,
una alianza con Abram, diciendo: "A tus descendientes doy esta tierra,
desde el río de Egipto hasta el gran río Éufrates". Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 26, 1. 7-8. 9abc. 13-14
R/. El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El
Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar? R/.
Oye, Señor, mi voz y mis clamores y tenme compasión; el corazón me dice
que te busque y buscándote estoy. R/.
No rechaces con cólera a tu siervo, tú eres mi único auxilio; no me
abandones ni me dejes solo, Dios y salvador mío. R/.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida Ármate de valor y
fortaleza y en el Señor confía. R/.
SEGUNDA LECTURA
Cristo transformará nuestro cuerpo miserable en un cuerpo glorioso
semejante al suyo.
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses 3, 17-4, 1
Hermanos:Sean todos ustedes imitadores míos y observen la conducta de
aquellos que siguen el ejemplo que les he dado a ustedes. Porque, como muchas
veces se lo he dicho a ustedes, y ahora se lo repito llorando, hay muchos que
viven como enemigos de la cruz de Cristo. Esos tales acabarán en la perdición,
porque su dios es el vientre, se enorgullecen de lo que deberían avergonzarse y
sólo piensan en cosas de la tierra.
Nosotros, en cambio, somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos que
venga nuestro salvador, Jesucristo. El transformará nuestro cuerpo miserable en
un cuerpo glorioso, semejante al suyo, en virtud del poder que tiene para
someter a su dominio todas las cosas
Hermanos míos, a quienes tanto quiero y extraño: ustedes, hermanos míos
amadísimos, que son mi alegría y mi corona, manténganse fieles al Señor. Palabra
de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 17, 5
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre, que decía:
"Este es mi Hijo amado; escúchenlo". R/.
EVANGELIO
Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto.
Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 28-36
En aquel tiempo, Jesús se hizo acompañar de Pedro, Santiago y Juan, y
subió a un monte para hacer oración. Mientras oraba, su rostro cambió de
aspecto y sus vestiduras se hicieron blancas y relampagueantes. De pronto
aparecieron conversando con él dos personajes, rodeados de esplendor: eran
Moisés y Elías. Y hablaban de la muerte que le esperaba en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros estaban rendidos de sueño; pero, despertándose,
vieron la gloria de Jesús y de los que estaban con él. Cuando éstos se retiraban,
Pedro le dijo a Jesús: "Maestro, sería bueno que nos quedáramos aquí y que
hiciéramos tres chozas: una para ti, una para Moisés y otra para Elías",
sin saber lo que decía.
No había terminado de hablar, cuando se formó una nube que los cubrió;
y ellos, al verse envueltos por la nube, se llenaron de miedo. De la nube salió
una voz que decía: "Éste es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo". Cuando
cesó la voz, se quedó Jesús solo. Los discípulos guardaron silencio y por
entonces no dijeron a nadie nada de lo que habían visto. Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder
de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y
está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a
juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la
carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, al Padre de la misericordia, árbitro de nuestros
actos y Dios que escudriña lo profundo de nuestros corazones, y, con espíritu
contrito, pidámosle que escuche la oración de su pueblo penitente: (R/.
Escúchanos, Señor.)
Para que Dios conceda a sus fieles vivir estos días de Cuaresma con
verdadero espíritu de penitencia y prepararse a celebrar con fruto el
sacramento del perdón. Roguemos al Señor.
Para que quienes se han apartado del camino del bien y han muerto a
causa del pecado escuchen en estos días de Cuaresma la voz del Hijo de Dios y
vivan, roguemos al Señor.
Para que Dios inspire sentimientos de caridad a los que tienen riquezas
y multiplique los bienes de la tierra en bien de todos, roguemos al Señor.
Para que la penitencia cuaresmal aleje de nosotros el amor desordenado
a los bienes visibles y sane nuestra aridez espiritual con el deseo de los
bienes del cielo. Roguemos al Señor.
Dios grande y fiel, que muestras tu rostro a los que te buscan con
sincero corazón, escucha nuestras oraciones, fortalece nuestra fe en el
misterio de la cruz y concédenos un corazón dócil, para que, adhiriéndonos a tu
voluntad, escuchemos siempre la voz de tu Hijo. Él, que vive y reina por los
siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te rogamos, Señor, que estos dones borren nuestros pecados y
santifiquen el cuerpo y el alma de tus fieles, para celebrar dignamente las
fiestas pascuales. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
La transfiguración del Señor.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar; Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque él mismo, después de anunciar su
muerte a los discípulos, les mostró en el monte santo el esplendor de su
gloria, para testimoniar, de acuerdo con la ley y los profetas, que la pasión
es el camino de la resurrección. Por eso, como los ángeles te cantan en el
cielo, así nosotros en la tierra te aclamamos, diciendo sin cesar: Santo,
Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 17, 5
Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco; escúchenlo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al recibir, Señor, este glorioso sacramento, queremos darte gracias de
todo corazón porque así nos permites, desde este mundo, participar ya de los
bienes del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Bendice, Señor, a tus fieles con una bendición perpetua, y haz que de
tal manera acojan el Evangelio de tu Hijo, que puedan debida y felizmente
desear y alcanzar la gloria que él manifestó a los apóstoles. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
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