jueves, 14 de marzo de 2019

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20190317



Abraham es para todo hijo de Israel un modelo y prototipo del creyente atento a la voz de Dios. Escuchar es un proceso activo en el cual la persona abre su espíritu y se dispone a obedecer. Esta actitud puede acortarse con el paso de los años, porque las personas aprendemos a racionalizar nuestros fallos y a defender nuestros intereses. En cualquiera de los ámbitos de la vida podemos ir construyendo muros y barreras mentales. La necedad y la autosuficiencia se acrecientan en la medida que se dispone demás poder y más riqueza. Abrahán era un anciano sensato que se dejó incomodar por la llamada y la promesa de Dios En la medida que mantengamos abierto nuestro espíritu a la palabra de los hermanos y al llamado de Dios, podremos aprender a encontrar la verdad y a vivir con sensatez. Es el mismo llamado que Dios nos dirige en el relato de la transfiguración: escuchar al Hijo del Padre.

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