domingo, 4 de agosto de 2019

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20190804




La fama, el prestigio, la riqueza y el poder son afanes que acaparan nuestra atención. Pensamos ingenuamente que ahí radica nuestra seguridad. Si algo es incierto es la vida. Nunca será una conquista segura, siempre habrá que verla como un don frágil, marcado por la incertidumbre. No conviene gastar en demasía nuestra vida buscando acumular riquezas. Quien no lo entiende, en el fondo no ha conocido al Padre bueno y providente que cuida de sus hijos. La vida sencilla que nos propone el Qohelet y la existencia modesta y despreocupada que vivió nuestro Señor Jesús siguen siendo referentes válidos. Adquieren una relevancia especial en este momento de urgencia ambiental. Un cambio en el estilo de vida es éticamente obligado. Sorprenden favorablemente a nuestra conciencia las protestas de algunos niños que cuestionan el desinterés de los adultos ante la gravedad del cambio climático.

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