LA DIVISIÓN QUE POLARIZA
En varios aspectos se asemejan el profeta Jeremías
y el Señor Jesús. Ambos aprendieron a mirar críticamente la vida y las
prácticas religiosas celebradas en el templo de Jerusalén; esa claridad de
miras les acarreó hostilidades y persecuciones. Uno y otro fueron generadores
de controversias, dividieron la opinión en Israel, consiguiéndose seguidores y
adversarios. El Señor Jesús replanteó profundamente la manera de entender y
vivir la relación con Dios, cuestionó creencias y prácticas arraigadas y por
eso mismo, perturbó e incomodó a unos y entusiasmó a otros. La soberana
libertad y la seguridad con la cual hablaba en nombre del Padre, implicaba
definirse a favor o en contra de sus posturas. Al distanciarse de las
tradiciones vigentes, resultó un desafío incómodo. Jesucristo vivió con una
personalidad definida que no podía pasar desapercibida ante nadie.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 83 10-11
Dios, protector nuestro, mira el rostro de tu
Ungido. Un solo día en tu casa es más valioso, que mil días en cualquier otra
parte.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que has preparado bienes invisibles
para los que te aman, infunde en nuestros corazones el anhelo de amarte, para
que, amándote en todo y sobre todo, consigamos tus promesas, que superan todo
deseo. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Tomaron a Jeremías y lo echaron en un pozo
Del libro del profeta Jeremías: 38, 4-6.8-10
Durante el sitio de Jerusalén, los jefes que tenían
prisionero a Jeremías dijeron al rey: "Hay que matar a este hombre, porque
las cosas que dice desmoralizan a los guerreros que quedan en esta ciudad y a
todo el pueblo. Es evidente que no busca el bienestar del pueblo, sino su
perdición".
Respondió el rey Sedecías: "Lo tienen ya en
sus manos y el rey no puede nada contra ustedes". Entonces ellos tomaron a
Jeremías y, descolgándolo con cuerdas, lo echaron en el pozo del príncipe
Melquías, situado en el patio de la prisión. En el pozo no había agua, sino
lodo, y Jeremías quedó hundido en el lodo. Ebed-Mélek, el etíope, oficial de
palacio, fue a ver al rey y le dijo: "Señor, está mal hecho lo que estos
hombres hicieron con Jeremías, arrojándolo al pozo, donde va a morir de
hambre". Entonces el rey ordenó a Ebed-Mélek: "Toma treinta hombres
contigo y saca del pozo a Jeremías, antes de que muera”. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 39, 2.3.4.18
R/. Señor, date prisa en ayudarme.
Esperé en el Señor con gran confianza; él se
inclinó hacia mí y escuchó mis plegarias. R/.
Del charco cenagoso y la fosa mortal me puso a
salvo; puso firmes mis pies sobre la roca y aseguró mis pasos. R/.
Él me puso en la boca un canto nuevo, un himno a
nuestro Dios. Muchos se conmovieron al ver esto y confiaron también en el
Señor. R/.
A mí, tu siervo, pobre y desdichado, no me dejes,
Señor, en el olvido. Tú eres quien me ayuda y quien me salva; no te tardes,
Dios mío. R/.
SEGUNDA LECTURA
Corramos con perseverancia la carrera que tenemos
por delante.
De la carta a los hebreos: 12, 1-4
Hermanos: Rodeados, como estamos, por la multitud
de antepasados nuestros, que dieron prueba de su fe, dejemos todo lo que nos
estorba; librémonos del pecado que nos ata, para correr con perseverancia la
carrera que tenemos por delante, fija la mirada en Jesús, autor y consumador de
nuestra fe. Él, en vista del gozo que se le proponía, aceptó la cruz, sin temer
su ignominia, y por eso está sentado a la derecha del trono de Dios.
Mediten, pues, en el ejemplo de aquel que quiso
sufrir tanta oposición de parte de los pecadores, y no se cansen ni pierdan el
ánimo, porque todavía no han llegado a derramar su sangre en la lucha contra el
pecado. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27
R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las
conozco y ellas me siguen. R/.
EVANGELIO
No he venido traer la paz, sino la división.
Del santo Evangelio según san Lucas: 12, 49-53
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera
ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y cómo me angustio mientras llega!
¿Piensan acaso que he venido a traer paz a la
tierra? De ningún modo. No he venido a traer la paz, sino la división. De aquí
en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra
dos y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, el hijo contra
el padre la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la
nuera y la nuera contra la suegra".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo
Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y
resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado
a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que
es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Presentemos, hermanos, nuestras súplicas al Señor y
pidámosle que atienda a sus hijos, según las necesidades de cada uno de ellos,
respondiendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Roguemos al Señor por quienes, a causa de su
enfermedad, porque están el servicio de sus hermanos o por cualquier otro
motivo, no han podido venir a celebrar con nosotros el domingo; a fin de que,
ya que no pueden participar de la alegría de esta celebración, no se vean
privados nunca del gozo del Señor. Roguemos al Señor.
Roguemos por los que ayudan a los pobres o hacen
obras de misericordia en favor de sus hermanos, para que Dios premie
abundantemente el bien que hacen, y lo que reparten a sus hermanos el Señor lo
multiplique y lo convierta para ellos en premio de vida eterna. Roguemos al
Señor.
Roguemos por los que están de viaje, por los que
tienen que vivir fuera de su hogar o alejados de sus familiares y amigos, para
que Dios los proteja de todo peligro, los ayude en sus dificultades y les
conceda retomar, sanos y salvos, a sus hogares. Roguemos al Señor.
Roguemos finalmente por nosotros mismos, para que
el Señor nos haga perseverar en la fe cristiana, nos ayude a conocer más y más
el Evangelio de Cristo, fortalezca nuestra voluntad en el bien, nos guarde de
todo mal y nos guarde de todo mal y nos conceda alcanzar la vida eterna.
Roguemos al Señor
Dios nuestro, que con la cruz de tu Hijo, bandera
discutida, nos revelas la actitud de muchos corazones, escucha nuestras
plegarias y no permitas que la humanidad rechace de nuevo la verdad y la
gracia, sino que sepa descubrir los momentos que estamos viviendo para alcanzar
así la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, nuestros dones, con los que se
realiza tan glorioso intercambio, para que, al ofrecerte lo que tú nos diste,
merezcamos recibirte a ti mismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Nuestra Humanidad salvada por la humanidad de
Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
poderoso y eterno. Porque reconocemos como la obra de tu poder admirable no
sólo haber socorrido nuestra débil naturaleza con la fuerza de tu divinidad,
sino también el haber previsto el remedio de nuestra misma naturaleza mortal, y
así con lo que fue la causa de nuestra ruina, con eso mismo nos diste la
salvación, por Cristo, Señor nuestro. Por Él, los ángeles cantan con júbilo
eterno y nosotros nos unimos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 129, 7
Con el Señor viene la misericordia, y la abundancia
de su redención.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Unidos a Cristo por este sacramento, suplicamos
humildemente, Señor, tu misericordia, para que, hechos semejantes a él aquí en
la tierra, merezcamos gozar de su compañía en el cielo. Él, que vive y reina
por los siglos de los siglos.
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