viernes, 23 de agosto de 2019

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20190825




La sensibilidad global no solamente se concreta en asuntos medio ambientales o económicos, sino también en cuestiones relativas al derecho a una vida digna para todos. Asuntos tan urgentes como la migración van moldeando una nueva conciencia planetaria. En el ámbito religioso podemos afirmar lo mismo. No se puede confesar a Dios como Padre común si no se está dispuesto a incluir a toda persona dentro de las coordenadas de una vida digna. La salvación ha sido comparada con frecuencia con una mesa común donde se sientan personas de los cuatro puntos cardinales. La salvación no se reduce a la participación en el banquete final, sino que también incluye la participación en oportunidades en una vida digna en el presente. Si esas oportunidades no se presentan en el lugar de origen, la persona tiene derecho a buscarlas de manera pacífica en otro lugar. Los cristianos tenemos que solidarizarnos con sus necesidades.

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