MISERICORDIOSO Y FIEL
Ex 34,4-6.8-9,2 Cor 13,11-13; Jn 3,16-18
Esta hermosa presentación que el Señor hace de sí
mismo a Moisés es un referente fundamental para comprender el misterio de Dios.
La enumeración de adjetivos del campo de la misericordia es notable. Dios es el
compasivo, clemente, paciente, misericordioso y fiel. La misericordia de Dios
no está exenta de la justicia, que viene a ser la contraparte necesaria de la
compasión divina. El Dios que se alegra al perdonar no puede volverse cómplice
de los malvados que pisotean a los débiles. Tiene que dar la cara por sus hijos
pequeños. En el Evangelio de san Juan, el Señor Jesús se concibe a sí mismo
como el Hijo enviado por el Padre para salvar al mundo. Creer en Jesús implica
adherirse a su estilo de vida. Quien aprenda a vivir como Jesús vivió no tendrá
de que afligirse. Ha comenzado a vivir su condición de criatura salvada por el
amor de Dios.
ANTÍFONA DE ENTRADA
Bendito sea Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo,
porque ha tenido misericordia con nosotros.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios Padre, que al enviar al mundo la Palabra de
verdad y el Espíritu santificador, revelaste a todos los hombres tu misterio
admirable, concédenos que, profesando la fe verdadera, reconozcamos la gloria
de la eterna Trinidad y adoremos la Unidad de su majestad omnipotente. Por
nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Yo soy el Señor, el Señor Dios, compasivo y
clemente.
Del libro del Éxodo: 34, 4-6. 8-9
En aquellos días, Moisés subió de madrugada al
monte Sinaí, llevando en la mano las dos tablas de piedra, como le había
mandado el Señor. El Señor descendió en una nube y se le hizo presente. Moisés
pronunció entonces el nombre del Señor, y el Señor, pasando delante de él,
proclamó: "Yo soy el Señor, el Señor Dios, compasivo y clemente, paciente,
misericordioso y fiel".
Al instante, Moisés se postró en tierra y lo adoró,
diciendo: "Si de veras he hallado gracia a tus ojos, dígnate venir ahora
con nosotros, aunque este pueblo sea de cabeza dura; perdona nuestras
iniquidades y pecados, y tómanos como cosa tuya". Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Daniel 3, 52. 53. 54. 55. 56.
R/. Bendito seas para siempre, Señor.
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres.
Bendito sea tu nombre santo y glorioso. R/.
Bendito seas en el templo santo y glorioso. Bendito
seas en el trono de tu reino. R/.
Bendito eres tú, Señor, que penetras con tu mirada
los abismos y te sientas en un trono rodeado de querubines. Bendito seas,
Señor, en la bóveda del cielo. R/.
SEGUNDA LECTURA
Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor
del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con ustedes.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los
corintios: 13,11-13
Hermanos: Estén alegres, trabajen por su
perfección, anímense mutuamente, vivan en paz y armonía. Y el Dios del amor y
de la paz estará con ustedes. Salúdense los unos a los otros con el saludo de
paz. Los saludan todos los fieles. La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el
amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con ustedes.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGEUO Cfr. Apoc 1, 8
R/. Aleluya, aleluya.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Al
Dios que es, que era y que vendrá. R/.
EVANGELIO
Dios envió a su Hijo al mundo para que el mundo se
salvara por él.
Del santo Evangelio según san Juan: 3, 16-18
"Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su
Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida
eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el
mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no
cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo
Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y
resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado
a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que
es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, a Dios, Padre entrañable, que por
Jesucristo nos ha revelado su amor y que escucha complacido los gemidos
inefables con que el Espíritu intercede por nosotros respondiendo: Santísima
Trinidad, escúchanos. (R/. Santísima Trinidad, escúchanos.)
Para que Dios Padre, Creador todopoderoso del
Universo, lleve el mundo a su plenitud y haga nacer aquel cielo nuevo y aquella
tierra nueva que nos ha prometido, en la que la humanidad entera encontrará la
felicidad y podrá contemplar su rostro glorioso, roguemos al Señor.
Para que el Hijo Unigénito de Dios, que se hizo
hombre para desposarse con la Iglesia, infunda en ella un amor semejante al
suyo, como corresponde a su condición de esposa amada, roguemos al Señor.
Para que el Espíritu del Señor, que enriquece al
mundo con sus dones, sea padre para los pobres, consuelo para los tristes,
salud para los enfermos y fuerza para los decaídos, roguemos al Señor.
Para que los que conocemos el misterio de la vida
íntima de Dios, uno en tres Personas, tengamos celo para anunciarlo a quienes
lo desconocen, a fin de que también ellos encuentren gozo y descanso en Dios,
que se nos ha revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo, roguemos al Señor.
Padre fiel y misericordioso, que enviaste al mundo
a tu Hijo Unigénito y quisiste que tu Espíritu fuera para nosotros principio de
vida, constructor de unidad y fuente de amor, escucha nuestras oraciones,
fortalece nuestra fe e inspíranos sentimientos de paz y de esperanza para que,
reunidos en la comunión de tu Iglesia, bendigamos siempre tu nombre glorioso y
santo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por la invocación de tu nombre, santifica, Señor,
estos dones que te presentamos y transfórmanos por ellos en una continua
oblación a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El misterio de la Santísima Trinidad.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno. Que con tu Hijo único y el Espíritu Santo, eres un solo
Dios, un solo Señor, no en la singularidad de una sola persona, sino en la
trinidad de una sola sustancia. Y lo que creemos de tu gloria, porque tú lo
revelaste, eso mismo lo afirmamos de tu Hijo y también del Espíritu Santo, sin
diferencia ni distinción. De modo que al proclamar nuestra fe en la verdadera y
eterna divinidad, adoramos a tres personas distintas, en la unidad de un solo
ser e iguales en su majestad. A quien alaban los ángeles y los arcángeles, y
todos los coros celestiales, que no cesan de aclamarte con una sola voz: Santo,
Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Ga 4, 6
Porque ustedes son hijos de Dios, Dios infundió en
sus corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: Abbá, Padre.
ORACIÓN DESPUES DE LA COMUNIÓN
Que la recepción de este sacramento y nuestra
profesión de fe en la Trinidad santa y eterna, y en su Unidad indivisible, nos
aprovechen, Señor, Dios nuestro, para la salvación de cuerpo y alma. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
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