EL DIOS AMIGO DE SU PUEBLO
Ex 19,2-6, Rom 5, 6-11; Mt 9,36-10,8
El libro del Éxodo nos comparte la oferta de
alianza que Dios propone a Israel. Los israelitas dicen estar dispuestos a
cumplir los mandatos que el Señor les imponga. El Señor por su parte se
compromete a cuidar de su pueblo con esmero. La protección que Dios ofrece no
exenta al creyente de las respectivas responsabilidades éticas. Dios se desvive
por atender a sus hijos porque los ama. Se solidariza con la desgracia de un
pueblo sometido a esclavitud por los egipcios. Dios no es indiferente al
sufrimiento de sus hijos. El Evangelio nos recuerda que la compasión de Dios se
tiene que concretar a través de personas sensibles, que hagan suya la causa de
los débiles. Jesús ordena a sus discípulos atender a las necesidades de las
mujeres y los hombres lastimados por la enfermedad y la pobreza. El Reino de
Dios que está llegando tendrá que mejorar la condición de los desfavorecidos.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 26, 7. 9
Oye, Señor, mi voz y mis clamores. Ven en mi ayuda,
no me rechaces, ni me abandones, Dios, salvador mío.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, fortaleza de los que en ti esperan,
acude bondadoso, a nuestro llamado y puesto que sin ti nada puede nuestra
humana debilidad, danos siempre la ayuda de tu gracia, para que, en
cumplimiento de tu voluntad, te agrademos siempre con nuestros deseos y
acciones. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Serán para mí un reino de sacerdotes y una nación
consagrada.
Del libro del Éxodo: 19, 2-6
En aquellos días, el pueblo de Israel salió de
Refidim, llegó al desierto del Sinaí y acampó frente al monte. Moisés subió al
monte para hablar con Dios. El Señor lo llamó desde el monte y le dijo:
"Esto dirás a la casa de Jacob, esto anunciarás a los hijos de Israel:
'Ustedes han visto cómo castigué a los egipcios y de qué manera los he
levantado a ustedes sobre alas de águila y los he traído a mí. Ahora bien, si
escuchan mi voz y guardan mi alianza, serán mi especial tesoro entre todos los
pueblos, aunque toda la tierra es mía. Ustedes serán para mí un reino de
sacerdotes y una nación consagrada' ". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 99, 2. 3. 5.
R/. El Señor es nuestro Dios y nosotros su pueblo.
Alabemos a Dios todos los hombres, sirvamos al
Señor con alegría y con júbilo entremos en su templo. R/.
Reconozcamos que el Señor es Dios, que él fue quien
nos hizo y somos suyos, que somos su pueblo y su rebaño. R/.
Porque el Señor es bueno, bendigámoslo, porque es
eterna su misericordia y su fidelidad nunca se acaba. R/.
SEGUNDA LECTURA
Si la muerte de Cristo nos reconcilió con Dios,
mucho más nos reconciliará su vida.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 5,
6-11
Hermanos: Cuando todavía no teníamos fuerzas para salir
del pecado, Cristo murió por los pecadores en el tiempo señalado. Difícilmente
habrá alguien que quiera morir por un justo, aunque puede haber alguno que esté
dispuesto a morir por una persona sumamente buena. Y la prueba de que Dios nos
ama está en que Cristo murió por nosotros, cuando aún éramos pecadores.
Con mayor razón, ahora que ya hemos sido
justificados por su sangre, seremos salvados por él del castigo final. Porque,
si cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él por la muerte de
su Hijo, con mucha más razón, estando ya reconciliados, recibiremos la
salvación participando de la vida de su Hijo. Y no sólo esto, sino que también
nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos
obtenido ahora la reconciliación. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mc 1. 15
R/. Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios está cerca, dice el Señor;
arrepiéntanse y crean en el Evangelio. R/.
EVANGELIO
Jesús envió a sus doce apóstoles con instrucciones.
Del santo Evangelio según san Mateo: 9, 36-10, 8
En aquel tiempo, al ver Jesús a las multitudes, se
compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin
pastor. Entonces dijo a sus discípulos: "La cosecha es mucha y los
trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe
trabajadores a sus campos".
Después, llamando a sus doce discípulos, les dio
poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades
y dolencias.
Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el
primero de todos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su
hermano Juan, hijos de Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el
publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón, el cananeo, y Judas
Iscariote, que fue el traidor. A estos doce los
envió Jesús con estas instrucciones: "No vayan a tierra de paganos ni
entren en ciudades de samaritanos. Vayan más bien en busca de las ovejas
perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca
el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los
muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder;
ejérzanlo, pues, gratuitamente". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo
Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y
resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado
a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que
es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, al Señor que conoce lo que está
escondido a nuestros ojos y sabe cuáles son las verdaderas necesidades de los
hombres, diciendo: Señor Jesús, escúchanos. (R/. Señor Jesús, escúchanos.)
Oremos por la santa Iglesia, para que Dios, nuestro
Señor, aumente el número de sus fieles, aleje de ella toda división y escuche
las plegarias que le dirigen todos los cristianos del mundo, roguemos al Señor.
Oremos también a nuestro Señor por los gobernantes
de nuestra patria y de todos los pueblos, para que Dios les dé sabiduría y
fuerza para gobernar y dirigir con paz y justicia el pueblo que tienen
encomendado, roguemos al Señor.
Oremos también por los que están lejos de su hogar.
para Que nuestro Señor les conceda un viaje feliz, retornar con salud a sus
familias y la realización plena de los proyectos de su viaje, roguemos al
Señor.
Oremos también a nuestro Señor por los que hoy nos
hemos reunido aquí en su nombre y por el párroco (pastor) que nos preside, para
que nuestro Señor escuche nuestras oraciones y nuestras peticiones le sean
siembre agradables, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que nos has elegido como reino de
sacerdotes, propiedad personal y nación santa y has querido que seamos signo
visible de la nueva realeza de tu reino, escucha las oraciones de tu pueblo y
concédenos vivir en plena unión contigo, tanto en el sacrificio de alabanza
como en el servicio a nuestros hermanos, para que así lleguemos a ser delante
de los hombres anunciadores y testigos del Evangelio. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Tú que con este pan y este vino que te presentamos
das al género humano el alimento que lo sostiene y el sacramento que lo
renueva, concédenos, Señor, que nunca nos falte esta ayuda para el cuerpo y el
alma. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por
su Misterio Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud
del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real,
nación consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna
en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 26, 4
Una sola cosa he pedido y es lo único que busco,
habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida.
ORACIÓN DESPUES DE LA COMUNIÓN
Señor, que esta santa comunión, que acabamos de
recibir, así como significa la unión de los fieles en ti, así también lleve a
efecto la unidad en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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