LEVADURA, MOSTAZA Y CIZAÑA
Sab 12,13.16-19; Rom 8,26-27; Mt 13, 24-43
Tres parábolas. Dos breves y una más amplia. Jesús
comienza recitando la parábola de la cizaña con la intención de frenar la
impaciencia de los "buenos" que quisieran echar fuera de la comunidad
de los discípulos a los remisos pecadores. La espiritualidad de los perfectos,
que miran por encima del hombro a los pecadores tiene una larga historia. De
ahí que sean necesarias las otras dos parábolas. Los procesos de cambio social
son lentos, las profundas transformaciones espirituales se van consolidando tan
lentamente como crece un arbusto de mostaza. Germina una pequeñísima semilla,
que luego desarrolla tallos, fronda y termina finalmente cobijando a las aves
del cielo. Metáforas aparte. El camino cristiano avanza gradualmente en el
corazón de la persona, más aún, en los vericuetos y estructuras de la sociedad
permea con mucha mayor lentitud.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 53, 6. 8
El Señor es mi auxilio y el único apoyo en mi vida.
Te ofrece de corazón un sacrificio y daré gracias a tu nombre, Señor, porque
eres bueno.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Sé propicio, Señor, con tus siervos y multiplica,
bondadoso, sobre ellos los dones de tu gracia, para que, fervorosos en la fe,
la esperanza y la caridad, perseveren siempre fieles en el cumplimiento de tus
mandatos. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Al pecador le das tiempo para que se arrepienta.
Del libro de la Sabiduría: 12, 13. 16-19
No hay más Dios que tú, Señor, que cuidas de todas
las cosas. No hay nadie a quien tengas que rendirle cuentas de la justicia de
tus sentencias. Tu poder es el fundamento de tu justicia, y por ser el Señor de
todos, eres misericordioso con todos.
Tú muestras tu fuerza a los que dudan de tu poder
soberano y castigas a quienes, conociéndolo, te desafían.
Siendo tú el dueño de la fuerza, juzgas con
misericordia y nos gobiernas con delicadeza, porque tienes el poder y lo usas
cuando quieres.
Con todo esto has enseñado a tu pueblo que el justo
debe ser humano, y has llenado a tus hijos de una dulce esperanza, ya que al
pecador le das tiempo para que se arrepienta. Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 85,5-6. 9-10.15-16a.
R/. Tú, Señor, eres bueno y clemente.
Puesto que eres, Señor, bueno y clemente y todo
amor con quien tu nombre invoca, escucha mi oración y a mi súplica da respuesta
pronta. R/.
Señor, todos los pueblos vendrán para adorarte y
darte gloria, pues sólo tú eres Dios, y tus obras, Señor, son portentosas. R/.
Dios entrañablemente compasivo, todo amor y
lealtad, lento a la cólera, ten compasión de mí, pues clamo a ti, Señor, a toda
hora. R/.
SEGUNDA LECTURA
El Espíritu intercede por nosotros con gemidos que
no pueden expresarse con palabras.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 8,
26-27
Hermanos: El Espíritu nos ayuda en nuestra
debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene; pero el
Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con
palabras. Y Dios, que conoce profundamente los corazones, sabe lo que el
Espíritu quiere decir, porque el Espíritu ruega conforme a la voluntad de Dios,
por los que le pertenecen. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGEUO Cfr. Mt 11, 25
R/. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
EVANGELIO
Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo de la
cosecha.
Del santo Evangelio según san Mateo: 13, 24-43
En aquel tiempo, Jesús propuso esta parábola a la
muchedumbre: "El Reino de los cielos se parece a un hombre que sembró
buena semilla en su campo; pero mientras los trabajadores dormían, llegó un
enemigo del dueño, sembró cizaña entre el trigo y se marchó. Cuando crecieron
las plantas y se empezaba a formar la espiga, apareció también la cizaña.
Entonces los trabajadores fueron a decirle al amo:
'Señor, ¿qué no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, salió
esta cizaña?'. El amo les respondió: 'De seguro lo hizo un enemigo mío'. Ellos
le dijeron: '¿Quieres que vayamos a arrancarla?'. Pero él les contestó: 'No. No
sea que al arrancar la cizaña, arranquen también el trigo. Dejen que crezcan
juntos hasta el tiempo de la cosecha y, cuando llegue la cosecha, diré a los
segadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla, y
luego almacenen el trigo en mi granero' ".
Luego les propuso esta otra parábola: "El
Reino de los cielos es semejante a la semilla de mostaza que un hombre siembra
en un huerto. Ciertamente es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando
crece, llega a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto,
de manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas".
Les dijo también otra parábola: "El Reino de
los cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con
tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar".
Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con
parábolas, y sin parábolas nada les decía, para que se cumpliera lo que dijo el
profeta: Abriré mi boca y les hablaré con parábolas; anunciaré lo que estaba
oculto desde la creación del mundo. Luego despidió a la multitud y se fue a su
casa. Entonces se le acercaron sus discípulos y le dijeron: "Explícanos la
parábola de la cizaña sembrada en el campo".
Jesús les contestó: "El sembrador de la buena
semilla es el Hijo del hombre, el campo es el mundo, la buena semilla son los
ciudadanos del Reino, la cizaña son los partidarios del maligno, el enemigo que
la siembra es el diablo, el tiempo de la cosecha es el fin del mundo, y los
segadores son los ángeles.
y así como recogen la cizaña y la queman en el
fuego, así sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles
para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos
los malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la
desesperación. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su
Padre. El que tenga oídos, que oiga". Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo
Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y
resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado
a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que
es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, al Dios de la misericordia Que
auxilie nuestra pequeñez, para que podamos invocar su nombre con los
sentimientos que él desea. Digamos confiadamente: Escúchanos, Señor. (R/.
Escúchanos, Señor.)
Por la paz y la concordia de las Iglesias, por la
unión de todos los cristianos y por la salvación de nuestras almas, roguemos al
Señor.
Por los responsables de las naciones, para que bajo
su gobierno tengamos una vida feliz y pacífica, roguemos al Señor.
Por los que están lejos de casa, por los enfermos y
los encarcelados y por todos los que sufren, roguemos al Señor.
Por nuestra comunidad reunida en la fe, la piedad y
el temor de Dios, por los que hacen el bien a nuestras parroquias y por los que
ayudan a los pobres, roguemos al Señor.
Que nos sostenga, Señor, la fuerza y la paciencia
de tu amor, para que la palabra evangélica, semilla sembrada y levadura
escondida en la Iglesia, fructifique en nosotros, y se refuerce nuestra
esperanza en ver nacer una humanidad nueva que Cristo, con su retorno glorioso,
hará brillar como el sol. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que con la perfección de un único
sacrificio pusiste fin a la diversidad de sacrificios de la antigua ley, recibe
las ofrendas de tus fieles, y santifícalas como bendijiste la ofrenda de Abel,
para que aquello que cada uno te ofrece en honor de tu gloria, sea de provecho
para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por
su Misterio Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud
del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real,
nación consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna
en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 110, 4-5
Ha hecho maravillas memorables, el Señor es piadoso
y clemente; él da alimento a sus fieles.
ORACIÓN DESPUES DE LA COMUNIÓN
Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te
dignaste alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua
condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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