miércoles, 29 de julio de 2020

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20200802


La seguridad alimentaria, la seguridad energética, la seguridad personal. Un paquete de certezas en favor de una vida digna para todos. Una población mundial que no para de crecer, una disponibilidad de alimentos incierta. El agua y el aire limpio que escasean a causa de un estilo de vida marcadamente consumista. Los relatos que nos hablan del vínculo entre la fe y el pan abundante no pueden desconectarse de nuestras preocupaciones cotidianas. Dios nos ama sin condiciones, nos bendice generosamente, pero no nos exenta de cumplir solidariamente con nuestras responsabilidades en relación con el reparto solidario de los alimentos, ni tampoco de nuestra obligación de cuidar y pastorear la Casa común. El manejo responsable de la creación, la sensibilidad hacia los necesitados son algunas de las exigencias mínimas que debemos cumplir para seguirnos beneficiando de la bendición divina.

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