LAS DUDAS DE PEDRO
1 Re 19,9.11-13; Rom 9,1-5; Mt 14, 22-33
El Evangelio de san Mateo destaca la figura del
pescador llamado Simón y apodado Pedro, es decir, roca, con mucha más amplitud
que los otros sinópticos. En algunas escenas su figura se agranda y en otras,
emerge su fragilidad. Este relato pertenece a la segunda categoría. La escena
donde Jesús camina sobre las aguas del mar durante la madrugada está ubicada
inmediatamente después del signo de los panes. Aunque la memoria de los Doce
debía conservar el recuerdo de ese y otros signos, Pedro termina flaqueando. No
consigue entregarse en las manos de Dios. El relato del libro de los Reyes nos
presenta a un profeta desamparado. Elías perseguido está abatido y dispuesto a
terminar su misión. La discreta presencia del Señor lo reconforta y le permite
reafirmar su confianza en la fidelidad de Dios.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 73, 20. 19. 22. 23
Acuérdate, Señor, de tu alianza; no olvides por más
tiempo la suerte de tus pobres. Levántate, Señor, a defender tu causa; no
olvides las voces de los que te buscan.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, a quien, enseñados por
el Espíritu Santo, invocamos con el nombre de Padre, intensifica en nuestros
corazones el espíritu de hijos adoptivos tuyos, para que merezcamos entrar en
posesión de la herencia que nos tienes prometida. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Quédate en el monte, porque el Señor va a pasar.
Del primer libro de los Reyes: 19, 9. 11-13
Al llegar al monte de Dios, el Horeb, el profeta
Elías entró en una cueva y permaneció allí. El Señor le dijo: «Sal de la cueva
y quédate en el monte para ver al Señor, porque el Señor va a pasar".
Así lo hizo Elías, y al acercarse el Señor, vino
primero un viento huracanado, que partía las montañas y resquebrajaba las
rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Se produjo después un terremoto;
pero el Señor no estaba en el terremoto. Luego vino un fuego; pero el Señor no
estaba en el fuego. Después del fuego se escuchó el murmullo de una brisa
suave. Al oírlo, Elías se cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de
la cueva. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 84, 9ab-10.11-12.13-14.
R/. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Escucharé las palabras del Señor, palabras de paz
para su pueblo santo. Está ya cerca nuestra salvación y la gloria del Señor
habitará en la tierra. R/.
La misericordia y la verdad se encontraron, la
justicia y la paz se besaron; la fidelidad brotó en la tierra y la justicia
vino del cielo. R/.
Cuando el Señor nos muestre su bondad, nuestra
tierra producirá su fruto. La justicia le abrirá camino al Señor e irá
siguiendo sus pisadas. R/.
SEGUNDA LECTURA
Hasta quisiera verme separado de Cristo, si esto
fuera para bien de mis hermanos.
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos: 9,
1-5
Hermanos: Les hablo con toda verdad en Cristo; no
miento. Mi conciencia me atestigua, con la luz del Espíritu Santo, que tengo
una infinita tristeza y un dolor incesante tortura mi corazón.
Hasta aceptaría verme separado de Cristo, si esto
fuera para bien de mis hermanos, los de mi raza y de mi sangre, los israelitas,
a quienes pertenecen la adopción filial, la gloria, la alianza, la ley, el
culto y las promesas. Ellos son descendientes de los patriarcas; y de su raza,
según la carne, nació Cristo, el cual está por encima de todo y es Dios bendito
por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 129, 5
R/. Aleluya, aleluya.
Confío en el Señor, mi alma espera y confía en su
palabra. R/.
EVANGELIO
Mándame ir a ti caminando sobre el agua.
Del santo Evangelio según san Mateo: 14, 22-33
En aquel tiempo, inmediatamente después de la
multiplicación de los panes, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca
y se dirigieran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Después de
despedirla, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba él solo
allí.
Entre tanto, la barca iba ya muy lejos de la costa
y las olas la sacudían, porque el viento era contrario. A la madrugada, Jesús
fue hacia ellos, caminando sobre el agua. Los discípulos, al verlo andar sobre
el agua, se espantaron y decían: "¡Es un fantasma!". Y daban gritos
de terror. Pero Jesús les dijo enseguida: "Tranquilícense y no teman. Soy
yo".
Entonces le dijo Pedro: "Señor, si eres tú,
mándame ir a ti caminando sobre el agua". Jesús le contestó:
"Ven". Pedro bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua hacia
Jesús; pero al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, comenzó a hundirse
y gritó: "¡Sálvame, Señor!" Inmediatamente Jesús le tendió la mano,
lo sostuvo y le dijo: "Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?".
En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó.
Los que estaban en la barca se postraron ante Jesús, diciendo:
"Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios". Palabra del Señor. Gloria a
ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo
Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros,
los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu
Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, a nuestro Señor Jesucristo, para
que, acordándose de su promesa, escuche la oración de los que nos hemos reunido
en su nombre. Digamos: escúchanos, Señor. (R/. Escúchanos, Señor.)
Por la paz que desciende del cielo, por la unión de
las Iglesias y por la salvación de nuestras almas, roguemos al Señor.
Por los que trabajan por el bien de los pobres, por
los que ayudan a los ancianos y por los que cuidan a niños y desvalidos,
roguemos al Señor.
Por los que están abatidos o sometidos a una prueba,
por los que están en peligro, por el retorno de los extraviados y por la
libertad de los encarcelados, roguemos al Señor.
Por los que en este momento están orando con
nosotros, por los que han pedido nuestras oraciones y por el reposo eterno de
nuestros hermanos difuntos, roguemos al Señor.
Dios omnipotente y eterno, que con tu poder dominas
la creación, escucha nuestras oraciones y haz que te reconozcamos presente y
activo en todos los acontecimientos de nuestra historia, para que sepamos así
afrontar las pruebas con serenidad y avancemos confiados hacia la paz de tu
reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe benignamente, Señor, los dones de tu
Iglesia, y, al concederle en tu misericordia que te los pueda ofrecer, haces al
mismo tiempo que se conviertan en sacramento de nuestra salvación. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
fuente de salvación darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor,
Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por
su Misterio Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud
del pecado y de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real,
nación consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna
en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 147, 12. 14
Alaba, Jerusalén, al Señor, porque te alimenta con
lo mejor de su trigo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
La comunión de tus sacramentos que hemos recibido,
Señor, nos salven y nos confirmen en la luz de tu verdad. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
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