Todos los
pueblos han vivido una experiencia particular de su encuentro con la divinidad.
El lenguaje, los símbolos y los conceptos acerca de Dios han sido variados y
hasta contradictorios entre las diversas religiones. Visiones politeístas junto
a atisbos de monoteísmo por señalar dos enfoques mínimos. Este relato
evangélico nos invita a creer que Dios no puede desentenderse de unos hijos
para atender a otros. En cada circunstancia histórica se va manifestando Dios a
sus creaturas. El Evangelio nos anima a superar los paradigmas excluyentes del
pasado. Dios es un Padre amoroso que busca cariñosamente a todas las personas.
Quienes reconocemos a Jesús como Señor y Mesías, entendemos que el camino
cristiano es la opción que nos ha permitido tener acceso al rostro genuino de
Dios; pero a la vez, comprendemos que por otros caminos extraños y misteriosos
otras comunidades han accedido al misterio del Absoluto.
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