sábado, 15 de agosto de 2020

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20200816


Todos los pueblos han vivido una experiencia particular de su encuentro con la divinidad. El lenguaje, los símbolos y los conceptos acerca de Dios han sido variados y hasta contradictorios entre las diversas religiones. Visiones politeístas junto a atisbos de monoteísmo por señalar dos enfoques mínimos. Este relato evangélico nos invita a creer que Dios no puede desentenderse de unos hijos para atender a otros. En cada circunstancia histórica se va manifestando Dios a sus creaturas. El Evangelio nos anima a superar los paradigmas excluyentes del pasado. Dios es un Padre amoroso que busca cariñosamente a todas las personas. Quienes reconocemos a Jesús como Señor y Mesías, entendemos que el camino cristiano es la opción que nos ha permitido tener acceso al rostro genuino de Dios; pero a la vez, comprendemos que por otros caminos extraños y misteriosos otras comunidades han accedido al misterio del Absoluto.

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