UN SÍMBOLO
ELOCUENTE
Is 22,
19-23; Rom 11, 33-36; Mt 16,13-20
El profeta
Isaías estableció a un nuevo mayordomo del palacio real de Jerusalén en
sustitución de un mayordomo abusivo. La entrega de las llaves implicaba
conferir un poder excepcional en el palacio para disponer de la custodia, los
ingresos y accesos al palacio de David. En el pasaje del Evangelio de san
Mateo, el Señor Jesús delega una autoridad plena al primero de los Doce. Simón,
asumirá a partir de este momento clave la función de ser roca testimonial sobre
la que se levantará la comunidad de los discípulos del resucitado. Además,
Pedro ejercerá funciones disciplinares, marcando referencias claras sobre las
exigencias éticas derivadas del seguimiento de Jesús. Como intérprete de la
voluntad de Jesús, su Señor, Pedro deberá discernir en comunión con los demás
apóstoles, el camino de la fidelidad a Jesucristo.
ANTÍFONA DE
ENTRADA Cfr. Sal 85, 1-3
Inclina tu
oído, Señor, y escúchame. Salva a tu siervo, que confía en ti. Ten piedad de
mí, Dios mío, pues sin cesar te invoco.
GLORIA
Gloria a
Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa
gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos
gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único,
Jesucristo.
Señor Dios,
Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad
de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que
estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú
eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN
COLECTA
Señor Dios,
que unes en un mismo sentir los corazones de tus fieles, impulsa a tu pueblo a
amar lo que mandas y a desear lo que prometes, para que, en medio de la
inestabilidad del mundo, estén firmemente anclados nuestros corazones donde se
halla la verdadera felicidad. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE
LA PALABRA
PRIMERA
LECTURA
Pondré la
llave del palacio de David sobre su hombro.
Del libro
del profeta Isaias: 22, 19-23
Esto dice el
Señor a Sebná, mayordomo de palacio: "Te echaré de tu puesto y te
destituiré de tu cargo. Aquel mismo día llamaré a mi siervo, a Eleacín, el hijo
de Elcías; le vestiré tu túnica, le ceñiré tu banda y le traspasaré tus
poderes.
Será un
padre para los habitantes de Jerusalén y para la casa de Judá. Pondré la llave
del palacio de David sobre su hombro. Lo que él abra, nadie lo cerrará; lo que
él cierre, nadie lo abrirá. Lo fijaré como un clavo en muro firme y será un
trono de gloria para la casa de su padre". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO
RESPONSORIAL
Del salmo
137, 1-2a. 2bc-3. 6. 8bc.
R/. Señor,
tu amor perdura eternamente.
De todo
corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te
cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo. R/.
Señor, te
damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos, nos oíste
y nos llenaste de valor. R/.
Se complace
el Señor en los humildes y rechaza al engreído. Señor, tu amor perdura
eternamente; obra tuya soy, no me abandones. R/.
SEGUNDA
LECTURA
Todo
proviene de Dios, todo ha sido hecho por él y todo está orientado hacia él.
De la carta
del apóstol san Pablo a los romanos: 11, 33-36
¡Qué inmensa
y rica es la sabiduría y la ciencia de Dios! ¡Qué impenetrables son sus
designios e incomprensibles sus caminos! ¿Quién ha conocido jamás el
pensamiento del Señor o ha llegado a ser su consejero? ¿Quién ha podido darle
algo primero, para que Dios se lo tenga que pagar? En efecto, todo proviene de
Dios, todo ha sido hecho por él y todo está orientado hacia él. A él la gloria
por los siglos de los siglos. Amén.
Palabra de
Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN
ANTES DEL EVANGELIO Mt 16, 18
R/. Aleluya,
aleluya.
Tú eres
Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y los poderes del infierno no
prevalecerán sobre ella, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Tú eres
Pedro y yo te daré las llaves del Reino de los cielos.
Del santo
Evangelio según san Mateo: 16,13-20
En aquel
tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta
a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?".
Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que
Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas".
Luego les
preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?". Simón Pedro tomó la
palabra y le dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". Jesús
le dijo entonces: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo
ha revelado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo
a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes
del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los
cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que
desates en la tierra quedará desatado en el cielo".
Y les ordenó
a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías. Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE
FE
CREDO
NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un
sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo
visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios
nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios
verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del
Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra
salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la
Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de
Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las
Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo
vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo
en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por
los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso
que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección
de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA
UNIVERSAL
Pidamos,
hermanos, al Señor que venga en nuestro auxilio y, por el honor de su nombre,
escuche nuestra oración. Digamos con fe y devoción: Te rogamos, Señor. (R/. Te
rogamos, Señor.)
Para que el
Señor, en su infinita bondad, se acuerde del Santo Padre, el Papa Francisco, de
nuestro obispo N., Y de todos los demás obispos, que anuncian la palabra de Dios;
para que bendiga a los sacerdotes y diáconos y, en su gran misericordia, se
acuerde de todos los fieles que aman a Jesucristo, roguemos al Señor.
Para que
Dios conceda a los que trabajan la tierra lluvias oportuna y buenas cosechas,
dé sabiduría a los investigadores, acierto a los que enseñan, docilidad y
constancia a los que estudian y otorgue a todos aquellos que necesitan en cada
momento, roguemos al Señor.
Para que el
Señor infunda en el corazón de los pecadores un vivo y sincero arrepentimiento
de sus culpas, les conceda el perdón de sus pecados y les dé fuerza para no
recaer en el mal, a fin de que donde creció el pecado, más desbordante sea la
misericordia divina, roguemos al Señor.
Para que el
Señor conceda sus dones a nuestros familiares, amigos, bienhechores y a todos
aquellos que queremos recordar; para que, a cambio de las riquezas que nos han
dado, obtengan las riquezas inmortales y, en lugar de los bienes temporales, alcancen
los bienes eternos, roguemos al Señor.
Señor, Padre
santo, fuente de toda sabiduría, que mostraste al apóstol Pedro la soberanía de
tu Hijo, escucha las oraciones de tu pueblo y haz que nuestra fe encuentre
siempre su más sólido fundamento en las enseñanzas del sucesor de Pedro, y que
todos los pueblos, iluminados por la luz de tu Espíritu, reconozcan en Jesús de
Nazaret al Cristo vivo y glorioso y lleguen a ser piedras vivas de tu Iglesia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN
SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que
con un mismo y único sacrificio adquiriste para ti un pueblo de adopción,
concede, propicio, a tu Iglesia, los dones de la unidad y de la paz. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio
Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es
justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación darte gracias y
alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio Pascual, realizó la
obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y de la muerte al
honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de tu
propiedad, para que, trasladados por ti de las tinieblas a tu luz admirable,
proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso con los ángeles y los
arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu
gloria:
Santo,
Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están
el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el
cielo.
Bendito el
que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE
LA COMUNIÓN Cfr. Sal 103, 13-15
La tierra
está llena, Señor, de dones tuyos: el pan que sale de la tierra y el vino que
alegra el corazón del hombre.
ORACIÓN
DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos,
Señor, que la obra salvadora de tu misericordia fructifique plenamente en
nosotros, y haz que, con la ayuda continua de tu gracia, de tal manera tendamos
a la perfección, que podamos siempre agradarte en todo.
Por
Jesucristo, nuestro Señor.
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