ANTÍFONA DE ENTRADA
Miren que ya viene el Señor todopoderoso; en su mano están el reino, la
potestad y el imperio.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que en este día manifestaste a tu Unigénito a las naciones,
guiándolas por la estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe, que
lleguemos a contemplar la hermosura de tu excelsa gloria. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios por los siglos de los siglos. Amén.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Isaías: 60, 1-6
Levántate y resplandece, Jerusalén, porque ha llegado tu luz y la
gloria del Señor alborea sobre ti. Mira: las tinieblas cubren la tierra y
espesa niebla envuelve a los pueblos; pero sobre ti resplandece el Señor y en
ti se manifiesta su gloria. Caminarán los pueblos a tu luz y los reyes, al
resplandor de tu aurora. Levanta los ojos y mira alrededor: todos se reúnen y
vienen a ti; tus hijos llegan de lejos, a tus hijas las traen en brazos.
Entonces verás esto radiante de alegría; tu corazón se alegrará, y se
ensanchará, cuando se vuelquen sobre ti los tesoros del mar y te traigan las
riquezas de los pueblos. Te inundará una multitud de camellos y dromedarios,
procedentes de Madián y de Efá. Vendrán todos los de Sabá trayendo incienso y
oro y proclamando las alabanzas del Señor. Palabra de Dios. R. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 71
R. Que te adoren, Señor, todos los pueblos.
Comunica, Señor, al rey tu juicio, y tu justicia al que es hijo de
reyes; así tu siervo saldrá en defensa de tus pobres y regirá a tu pueblo
justamente. R.
Florecerá en sus días la justicia y reinará la paz, era tras era. De
mar a mar se extenderá su reino y de un extremo al otro de la tierra. R.
Los reyes de occidente y de las islas le ofrecerán sus dones. Ante él
se postrarán todos los reyes y todas las naciones. R.
Al débil librará del poderoso y ayudará al que se encuentra sin amparo;
se apiadará del desvalido y pobre y salvará la vida al desdichado. R.
SEGUNDA LECTURA
De la carta del apóstol san Pablo a los efesios: 3, 2-3. 5-6
Hermanos: Han oído hablar de la distribución de la gracia de Dios, que
se me ha confiado en favor de ustedes. Por revelación se me dio a conocer este
designio secreto, que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos,
pero que ha sido revelado ahora por el Espíritu a sus santos apóstoles y
profetas: es decir, que por el Evangelio, también los paganos son coherederos
de la misma herencia, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la misma
promesa en Jesucristo. Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Aleluya, aleluya.
Hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido a adorar al Señor.
R.
EVANGELIO
Del santo Evangelio según san Mateo: 2, 1-12
Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de
oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los
judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a
adorarlo”. Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén
con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y
les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén
de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no
eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti
saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”. Entonces Herodes
llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les
había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a
averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño, y cuando lo encuentren, avísenme
para que yo también vaya a adorarlo”. Después de oír al rey, los magos se
pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a
guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo
la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al
niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus
cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el
sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
ORACIÓN UNIVERSAL
Sacerdote: Presentemos, hermanos, nuestras oraciones al Señor en este
día santo en que Dios ha manifestado su poder a las naciones, la salvación a
los pueblos y a nosotros la luz radiante de su gloria. Oremos diciendo:
TODOS: Por tu encarnación escúchanos, Señor.
1. Por la santa Iglesia de Dios, para que ilumine a los hombres con la
luz de Cristo y dé ánimo a todos los fieles, para que hagan brillar la luz del
Evangelio ante todas las naciones. Roguemos al Señor.
2. Por las Iglesias que acaban de nacer en los diversos pueblos, para
que su juventud y vigor sean levadura de vida para todas las comunidades
cristianas. Roguemos al Señor.
3. Por los pueblos que aún no han sido iluminados por el Evangelio y
por aquellos que, habiendo conocido a Cristo han abandonado el camino de la
verdad, confiesen a Cristo como Señor y lo adoren como Dios verdadero. Roguemos
al Señor.
4. Por todos nosotros, que hemos sido llamados por Cristo, para que nos
afiancemos en la fe verdadera y sigamos con fidelidad las enseñanzas del
Evangelio.
Roguemos al Señor
Escucha nuestras oraciones, Dios todopoderoso y eterno, y haz que los
que hemos conocido a tu Hijo, Rey y Señor de todos los pueblos, nos esforcemos
por vivir e iluminas con la luz de Cristo a todos los pueblos y naciones. Por
Jesucristo nuestro Señor.
Amén
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira con bondad, Señor, los dones de tu Iglesia, que no consisten ya en
oro, incienso y mirra, sino en lo que por esos dones se representa, se inmola y
se recibe como alimento, Jesucristo, Señor nuestro. Él, que vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
PREFACIO DE LA EPIFANÍA
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Porque hoy has revelado en Cristo, el misterio de nuestra salvación,
para iluminar con su luz a todos los pueblos; ya que, al manifestarse él en
nuestra carne mortal, nos has restaurado con la nueva gloria de su
inmortalidad. Por eso, con los ángeles y los arcángeles, con los tronos y
dominaciones y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de
tu gloria: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
Hemos visto su estrella en el Oriente y venimos con regalos a adorar al
Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Señor, que tu luz celestial siempre y en todas partes vaya
guiándonos, para que contemplemos con ojos puros y recibamos con amor sincero
el misterio del que quisiste hacernos partícipes. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amén.

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