sábado, 25 de febrero de 2023

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20230226

 

 

«La misma creación natural es, para cada cristiano, verdadero adoctrinamiento que lo lleva a la adoración de Dios, ya que el cielo y la tierra, el mar y cuanto en ellos hay manifiestan la bondad y la omnipotencia de su Autor, y la admirable belleza de todos los elementos que le sirven está pidiendo a la creatura inteligente una acción de gracias. Pero cuando se avecinan estos días, consagrados más especialmente a los misterios de la redención de la humanidad, estos días que preceden a la fiesta pascual, se nos exige, con más urgencia, una preparación y una purificación del espíritu. Porque es propio de la festividad pascual que toda la Iglesia goce del perdón de los pecados, no sólo quienes nacen en el sagrado bautismo, sino también los que, desde hace tiempo, se cuentan ya en el número de los hijos adoptivos. Pues bien, si los hombres nacen a la vida nueva principalmente por el bautismo, como a todos nos es necesario renovamos cada día de las manchas de nuestra condición pecadora, y no hay nadie que no tenga que ser cada vez mejor en la escala de la perfección debemos esforzamos para que nadie se encuentre bajo el efecto de los viejos vicios el día de la redención. Por ello, en estos días, hay que poner especial cuidado y devoción en cumplir aquellas cosas que los cristianos deben realizar en todo tiempo; así viviremos, en santos ayunos, esta Cuaresma de institución apostólica, y precisamente no sólo por el uso menguado de los alimentos, sino sobre todo ayunando de nuestros vicios. Y no hay cosa más útil que unir los ayunos santos y razonables con la limosna, que, bajo la única denominación de misericordia, contiene muchas y laudables acciones de piedad» (San León Magno [e. 390 - 461]45° Papa de la Iglesia. Sermón 6 sobre la Cuaresma, 1-2).

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