A primera vista, las leyes civiles de nuestras sociedades
laicas no parecen siempre compatibles con la vida cristiana. En contraste con
la Ley Mosaica y la moralidad del Nuevo Testamento, que gozan de una
continuidad natural basadas en la revelación del mismo Dios, las leyes civiles
frecuentemente tienen un origen distinto de la moralidad cristiana. Originadas
en costumbres sociales no-religiosas, o en otros códigos civiles (p.ej. el
Códice Napoleónico), las leyes civiles pueden diferir mucho de la vida
cristiana o, en algunos casos, contradecirla. ¿Cómo reconciliar las dos? No
podemos separarnos de la sociedad civil y vivir en un aislamiento cristiano; ni
siquiera podemos vivir de manera bifurcada, intentando observar la moralidad
cristiana en una situación y las leyes civiles contradictorias en otras
situaciones. La relación entra la ley civil y la moralidad cristiana parece ser
una cuestión abierta.
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