VI DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A Domingo 12 de febrero 2023
LA LIBERTAD HUMANA
Sir 15, 16-21·Sal 118; l Cor 2,6-10; Mt 5 17-37
Sirácide hace una de las afirmaciones más claras en el Antiguo
Testamento sobre la libertad humana. En contraste con algunos pensadores de su
contexto cultural helenístico, quienes proponían un fatalismo que negaba dicha
libertad, Sirácide presenta a Dios ofreciendo al ser humano alternativas y
reconociendo que "tú extenderás la mano a lo que quieras" (v. 16). Es
una libertad que debe guiarse por el Espíritu, como sugiere Pablo en la segunda
lectura, porque el Espíritu "escudriña lo más profundo de Dios" (v.
10) y le ofrece la ayuda de la sabiduría divina. Es una libertad demostrada por
Jesús en el Evangelio respecto a una cuestión de gran importancia en la
comunidad de Mateo, a saber, la vigencia de la Ley de Moisés. En vez de escoger
las alternativas típicas -seguir la Ley o rechazarla Jesús opta por
profundizarla.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 30, 3-4
Sírveme de defensa, Dios mío, de roca y fortaleza salvadoras; y pues
eres mi baluarte y mi refugio, acompáñame y guíame.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que prometiste poner tu morada en los corazones rectos y
sinceros, concédenos, por tu gracia, vivir de tal manera que te dignes habitar
en nosotros.
Por nuestro Señor Jesucristo ...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Dios no ha dado a nadie permiso de pecar.
Del libro del Sirácide (Eclesiástico): 15, 16-21
Si tú lo quieres, puedes guardar los mandamientos; permanecer fiel a
ellos es cosa tuya. El Señor ha puesto delante de ti fuego y agua; extiende la
mano a lo que quieras. Delante del hombre están la muerte y la vida; le será
dado lo que él escoja.
Es infinita la sabiduría del Señor; es inmenso su poder y él lo ve
todo. Los ojos del Señor ven con agrado a quienes lo temen; el Señor conoce
todas las obras del hombre. A nadie le ha mandado ser impío y a nadie le ha
dado permiso de pecar. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 118,1-2.4-5.17-18.33-34.
R/. Dichoso el que cumple la voluntad del Señor.
Dichoso el hombre de conducta intachable, que cumple la ley del Señor.
Dichoso el que es fiel a sus enseñanzas y lo busca de todo corazón. R/.
Tú, Señor, has dado tus preceptos para que se observen exactamente.
Ojalá que mis pasos se encaminen al cumplimiento de tus mandamientos. R/.
Favorece a tu siervo para que viva y observe tus palabras. Ábreme los
ojos para ver las maravillas de tu voluntad. R/.
Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes y yo lo seguiré con cuidado.
Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. R/.
SEGUNDA LECTURA
Predicamos una sabiduría misteriosa prevista por Dios antes de los
siglos, para conducirnos a la gloria.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 2,6-10
Hermanos: Es cierto que a los adultos en la fe les predicamos la
sabiduría, pero no la sabiduría de este mundo ni la de aquellos que dominan al
mundo, los cuales van a quedar aniquilados. Por el contrario, predicamos una
sabiduría divina, misteriosa, que ha permanecido oculta y que fue prevista por
Dios desde antes de los siglos, para conducirnos a la gloria. Ninguno de los
que dominan este mundo la conoció, porque, de haberla conocido, nunca hubieran
crucificado al Señor de la gloria.
Pero lo que nosotros predicamos es, como dice la Escritura, que lo que
Dios ha preparado para los que lo aman, ni el ojo lo ha visto, ni el oído lo ha
escuchado, ni la mente del hombre pudo siquiera haberlo imaginado. A nosotros,
en cambio, Dios nos lo ha revelado por el Espíritu que conoce perfectamente
todo, hasta lo más profundo de Dios. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 11, 25
R/. Aleluya, aleluya.
Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado
los misterios del Reino a la gente sencilla. R/.
EVANGELIO
Han oído lo que se dijo a los antiguos; pero yo les digo ...
Del santo Evangelio según san Mateo: 5, 17-37
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No crean que he
venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles
plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje
de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley. Por lo tanto, el que
quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el
menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será
grande en el Reino de los cielos. Les aseguro que si su justicia no es mayor
que la de los escribas y fariseos, ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de
los cielos.
Han oído que se dijo a los antiguos: No matarás y el que mate será
llevado ante el tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su
hermano, será llevado también ante el tribunal; el que insulte a su hermano,
será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo desprecie, será llevado al
fuego del lugar de castigo.
Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te
acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu
ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve
luego a presentar tu ofrenda. Arréglate pronto con tu adversario, mientras vas
con él por el camino; no sea que te entregue al juez, el juez al policía y te
metan a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el
último centavo.
También han oído que se dijo a los antiguos: No cometerás adulterio.
Pero yo les digo que quien mire con malos deseos a una mujer, ya cometió
adulterio con ella en su corazón. Por eso, si tu ojo derecho es para ti ocasión
de pecado, arráncatelo y tíralo lejos, porque más te vale perder una parte de
tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al lugar de castigo. Y si tu mano
derecha es para ti ocasión de pecado, córtatela y arrójala lejos de ti, porque
más te vale perder una parte de tu cuerpo y no que todo él sea arrojado al
lugar de castigo.
También se dijo antes: El que se divorcie, que le dé a su mujer un
certificado de divorcio; pero yo les digo que el que se divorcia, salvo el caso
de que vivan en unión ilegítima, expone a su mujer al adulterio, y el que se
casa con una divorciada comete adulterio.
Han oído que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso y le cumplirás
al Señor lo que le hayas prometido con juramento. Pero yo les digo: No juren de
ninguna manera, ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra,
porque es donde él pone los pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del gran
Rey.
Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro uno
solo de tus cabellos. Digan simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando es no.
Lo que se diga de más, viene del maligno". Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
PORFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Imploremos, hermanos, al Dios de la misericordia y pidámosle su ayuda
para poder invocar su nombre con sentimientos que le agraden: (R/. Escúchanos,
Señor.)
Por la paz de todo el mundo, por la prosperidad de las santas Iglesias
y por la unión de todos los hombres, roguemos al Señor.
Por nuestros gobernantes, para que bajo su dirección tengamos una vida
feliz y pacífica, roguemos al Señor.
Por la conservación de la naturaleza, por la abundancia de las cosechas
y por el progreso del mundo, roguemos al Señor.
Por nuestros familiares y amigos que han muerto en la esperanza de la
resurrección, para que Dios les conceda el reposo eterno, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que nos has revelado que la plenitud de tu ley se
fundamenta en el amor, escucha las oraciones de tu pueblo y concede a los que
hoy nos hemos reunido para ofrecerte el sacrificio perfecto, vivir siempre de
acuerdo con las exigencias del Evangelio y ser así para todos los hombres signo
de reconciliación y de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que esta ofrenda, Señor, nos purifique y nos renueve, y se convierta en
causa de recompensa eterna para quienes cumplimos tu voluntad. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio
Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y
de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación
consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 77, 29-30
El Señor colmó el deseo de su pueblo; no lo defraudó. Comieron y
quedaron satisfechos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Saciados, Señor, por este manjar celestial, te rogamos que nos hagas
anhelar siempre este mismo sustento por el cual verdaderamente vivimos. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
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