En la sociedad moderna, es común
hacer mucho sin la ayuda de otras personas. Gracias a la tecnología, podemos
comprar comida, pagar cuentas, tomar cursos online y hasta llenar nuestros
automóviles con gasolina sin depender de otras personas. Estas conveniencias
modernas hacen que la vida sea menos compleja y más suave. No obstante, pueden
también producir la soledad y el aislamiento, aún en medio de ciudades con
millones de personas. Si estamos experimentando estos problemas, las lecturas y
la liturgia de pascua son un remedio eficaz. No sólo nos recuerdan que no
estamos solos; sino que también afirman que estamos íntimamente relacionados
con Dios, con la humanidad entera y con todo el universo transformado por la misma
resurrección que conocemos. Además, nos ofrecen la oportunidad de experimentar
nuestra conectividad con todo lo que existe por medio de signos reales y
sacramentales.
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