LECCIONES EN LA FE PASCUAL
Hech 10, 34. 37-43; Sal 11; Cor
5, 6-8; Jn 20, 1-9
En su narrativa, Juan nos ofrece
lecciones en la fe pascual. Por ejemplo, escribe que María Magdalena llega al
sepulcro "cuando todavía estaba oscuro (v. l)". El evangelista no
está haciendo curiosas observaciones cronológicas. Está explicando desde dónde parte
la fe pascual, es decir, desde la oscuridad del desengaño, de la desesperanza y
del temor. Desde esta oscuridad, la fe pascual amanece y crece hasta brillar
como el sol. Más importante todavía es el detalle que "el otro
discípulo" no entra en el sepulcro antes que Pedro (v. 5). Quizá el
evangelista quiso dramatizar la importancia del "otro discípulo"
(¿Juan?) reconociendo al mismo tiempo la prioridad de Pedro. Sin embargo,
también sugiere que debemos llegar a la fe pascual no como individuos aislados,
sino con la ayuda de los demás, como el otro discípulo, que espera a que llegue
Pedro.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 138,
18. 5-6
He resucitado y estoy contigo,
aleluya: has puesto tu mano sobre mí, aleluya: tu sabiduría ha sido
maravillosa, aleluya, aleluya.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en
la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te
bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey
celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios,
Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad
de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que
estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú
eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por medio de tu
Unigénito, vencedor de la muerte, nos has abierto hoy las puertas de la vida
eterna, concede a quienes celebramos la solemnidad de la resurrección del
Señor, resucitar también en la luz de la vida eterna, por la acción renovadora
de tu Espíritu. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Hemos comido y bebido con Cristo
resucitado.
Del libro de los Hechos de los
Apóstoles: 10, 34. 37-43
En aquellos días, Pedro tomó la
palabra y dijo: "Ya saben ustedes lo sucedido en toda Judea, que tuvo
principio en Galilea, después del bautismo predicado por Juan: cómo Dios ungió
con el poder del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret y cómo éste pasó haciendo el
bien, sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.
Nosotros somos testigos de cuanto
él hizo en Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de la cruz, pero Dios lo
resucitó al tercer día y concedió verlo, no a todo el pueblo, sino únicamente a
los testigos que él, de antemano, había escogido: a nosotros, que hemos comido
y bebido con él después de que resucitó de entre los muertos.
Él nos mandó predicar al pueblo y
dar testimonio de que Dios lo ha constituido juez de vivos y muertos. El
testimonio de los profetas es unánime: que cuantos creen en él reciben, por su
medio, el perdón de los pecados".
Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 117, 1-2. 16ab-17.
22-23.
R/. Este es el día del triunfo
del Señor. Aleluya.
Te damos gracias, Señor, porque
eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Diga la casa de Israel: "Su
misericordia es eterna". R/.
La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es nuestro orgullo. No moriré, continuaré viviendo para
contar lo que el Señor ha hecho. R/.
La piedra que desecharon los
constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor,
es un milagro patente. R/.
SEGUNDA LECTURA
Busquen los bienes del cielo,
donde está Cristo.
De la carta del apóstol san Pablo
a los colosenses: 3, 1-4
Hermanos: Puesto que han
resucitado con Cristo, busquen los bienes de arriba, donde está Cristo, sentado
a la derecha de Dios. Pongan todo el corazón en los bienes del cielo, no en los
de la tierra, porque han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios.
Cuando se manifieste Cristo, vida de ustedes, entonces también ustedes se
manifestarán gloriosos, juntamente con él.
Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SECUENCIA (De Pascua)
Ofrezcan los cristianos
ofrendas de alabanza
a gloria de la Víctima
propicia de la Pascua.
Cordero sin pecado
que a las ovejas salva,
a Dios y a los culpables
unió con nueva alianza.
Lucharon vida y muerte
en singular batalla,
y, muerto el que es la Vida,
triunfante se levanta.
"¿Qué has visto de camino,
María, en la mañana?"
"A mi Señor glorioso,
la tumba abandonada,
los ángeles testigos,
sudarios y mortaja.
¡Resucitó de veras
mi amor y mi esperanza!
Venid a Galilea,
allí el Señor aguarda;
allí veréis los suyos
la gloria de la Pascua."
Primicia de los muertos,
sabemos por tu gracia
que estás resucitado;
la muerte en ti no manda.
Rey vencedor, apiádate
de la miseria humana
y da a tus fieles parte
en tu victoria santa.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
Cfr. 1 Cor 5,7-8
R/. Aleluya, aleluya.
Cristo, nuestro cordero pascual,
ha sido inmolado; celebremos, pues, la Pascua. R/.
EVANGELIO
Él debía resucitar de entre los
muertos.
Del santo Evangelio según san
Juan: 20, 1-9
El primer día después del sábado,
estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la
piedra que lo cerraba. Echó a correr llegó a la casa donde estaban Simón Pedro
y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del
sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto".
Salieron Pedro y el otro
discípulo camino del sepulcro. Los dos iban corriendo juntos, pero el otro
discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro, e
inclinándose, miró los lienzos puestos en el suelo, pero no entró.
En eso llegó también Simón Pedro,
que lo venía siguiendo, y entró en el sepulcro. Contempló los lienzos puestos
en el suelo y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, puesto no
con los lienzos en el suelo, sino doblado en sitio aparte. Entonces entró
también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y
creyó, porque hasta entonces no habían entendido las Escrituras, según las
cuales Jesús debía resucitar de entre los muertos.
Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro
Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa
María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y
sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los
muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre
Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el
Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón
de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Llenos de gozo por la santa
Resurrección del Señor, purificados nuestros sentimientos y renovado nuestro
espíritu, supliquemos con insistencia al Señor, diciendo: Rey vencedor,
escúchanos. R/. Rey vencedor, escúchanos.
A Cristo, que, con su gloriosa
resurrección ha sido constituido Cabeza de la Iglesia, pidámosle que, por su
amor, conceda gozo y exultación a todos los fieles que celebran su triunfo.
A Cristo, que, con su santa
resurrección ha otorgado el perdón y la paz a los pecadores, supliquémosle que
quienes han regresado al camino de la vida conserven íntegramente los dones que
la misericordia del Padre les ha restituido.
A Cristo, que, con su gloriosa
resurrección ha inaugurado la resurrección universal, pidámosle que alegre el
corazón de los hombres que aún desconocen [los frutos de] su victoria y, con el
anuncio evangélico, llene de gozo a todos los pueblos y naciones.
A Cristo, que, con su santa
resurrección, ha colmado de alegría a los pueblos, los ha enriquecido con sus
dones y ha hecho vibrar de gozo nuestros corazones, pidámosle que renueve la
esperanza de los que sufren y lloran.
A Cristo, que, con su gloriosa
resurrección, ha alegrado al mundo entero, pidámosle que renueve nuestro
espíritu y nos conceda la esperanza firme de compartir su triunfo y de
resucitar con él a una vida nueva.
Señor Jesucristo, que en el cielo
eres glorificado por los ángeles y los santos y en la tierra eres enaltecido y
adorado por tu Iglesia, en esta fiesta gloriosa de tu Resurrección te pedimos
que escuches nuestras plegarias y extiendas tu diestra misericordiosa sobre
este pueblo que tiene puesta toda su esperanza en tu resurrección. Tú, que
vives y reinas, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Llenos de júbilo por el gozo
pascual te ofrecemos, Señor, este sacrificio, mediante el cual admirablemente
nace y se nutre tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca
(en esta noche) (en este día) (en este tiempo), en que Cristo, nuestra Pascua,
fue inmolado. Porque él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo:
muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida. Por eso,
con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y
también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar
el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 1 Cor 5,
7-8
Cristo nuestro Cordero Pascual ha
sido inmolado. Aleluya. Celebremos, pues, la Pascua, con el pan sin levadura,
que es sinceridad y verdad. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios de bondad, protege
paternalmente con amor incansable a tu Iglesia, para que renovada por los
misterios pascuales, pueda llegar a la gloria de la resurrección. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
DESPEDIDA
Anuncien a todos la alegría del
Señor resucitado.
Pueden ir en paz. Aleluya,
aleluya.
R. Demos gracias a Dios, aleluya,
aleluya.
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