ANTÍFONA DE ENTRADA Dn 3, 31. 29. 30. 43. 42
Todo lo que hiciste con nosotros, Señor, es verdaderamente justo,
porque hemos pecado contra ti y hemos desobedecido tus mandatos; pero haz honor
a tu nombre y trátanos conforme a tu inmensa misericordia.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que manifiestas tu poder de una manera admirable sobre todo
cuando perdonas y ejerces tu misericordia, multiplica tu gracia sobre nosotros,
para que, apresurándonos hacia lo que nos prometes, nos hagas partícipes de los
bienes celestiales. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Ustedes, los que lleven una vida disoluta, irán al destierro.]
Del libro del profeta Amos 6, 1a. 4-7
Esto dice el Señor todopoderoso: “¡Ay de ustedes, los que se sienten
seguros en Sión y los que ponen su confianza en el monte sagrado de Samaria! Se
reclinan sobre divanes adornados con marfil, se recuestan sobre almohadones
para comer los corderos del rebaño y las terneras en engorda. Canturrean al son
del arpa, creyendo cantar como David. Se atiborran de vino, se ponen los
perfumes más costosos, pero no se preocupan por las desgracias de sus hermanos.
Por eso irán al destierro a la cabeza de los cautivos y se acabará la
orgía de los disolutos”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 145
R. Alabemos al Señor, que viene a salvarnos.
El Señor siempre es fiel a su palabra, y es quien hace justicia al
oprimido; él proporciona pan a los hambrientos y libera al cautivo. R.
Abre el Señor los ojos de los ciegos y alivia al agobiado. Ama el Señor
al hombre justo y toma al forastero a su cuidado. R.
A la viuda y al huérfano sustenta y trastorna los planes del inicuo.
Reina el Señor eternamente, reina tu Dios, oh Sión, reina por siglos. R.
SEGUNDA LECTURA
[Cumple todo lo mandado, hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo.]
De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 6, 11-16
Hermano: Tú, como hombre de Dios, lleva una vida de rectitud, piedad,
fe, amor, paciencia y mansedumbre. Lucha en el noble combate de la fe,
conquista la vida eterna a la que has sido llamado y de la que hiciste tan
admirable profesión ante numerosos testigos.
Ahora, en presencia de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo
Jesús, que dio tan admirable testimonio ante Poncio Pilato, te ordeno que
cumplas fiel e irreprochablemente todo lo mandado, hasta la venida de nuestro
Señor Jesucristo, la cual dará a conocer a su debido tiempo Dios, el
bienaventurado y único soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el
único que posee la inmortalidad, el que habita en una luz inaccesible y a quien
ningún hombre ha visto ni puede ver. A él todo honor y poder para siempre.
Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 2 Cor 8, 9
R. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos con su
pobreza. R. Aleluya.
EVANGELIO
[Recibiste bienes en tu vida y Lázaro, males; ahora él goza de
consuelo, mientras que tú sufres tormentos.]
Del santo Evangelio según san Lucas 16, 19-31
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Había un hombre rico, que
se vestía de púrpura y telas finas y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un
mendigo, llamado Lázaro, yacía a la entrada de su casa, cubierto de llagas y
ansiando llenarse con las sobras que caían de la mesa del rico. Y hasta los
perros se acercaban a lamerle las llagas.
Sucedió, pues, que murió el mendigo y los ángeles lo llevaron al seno
de Abraham. Murió también el rico y lo enterraron. Estaba éste en el lugar de
castigo, en medio de tormentos, cuando levantó los ojos y vio a lo lejos a
Abraham y a Lázaro junto a él.
Entonces gritó: "Padre Abraham, ten piedad de mí. Manda a Lázaro
que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me
torturan estas llamas". Pero Abraham le contestó: "Hijo, recuerda que
en tu vida recibiste bienes y Lázaro, en cambio, males. Por eso él goza ahora
de consuelo, mientras que tú sufres tormentos. Además, entre ustedes y nosotros
se abre un abismo inmenso, que nadie puede cruzar, ni hacia allá ni hacia
acá".
El rico insistió: "Te ruego, entonces, padre Abraham, que mandes a
Lázaro a mi casa, pues me quedan allá cinco hermanos, para que les advierta y
no acaben también ellos en este lugar de tormentos". Abraham le dijo:
"Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen". Pero el rico
replicó: "No, padre Abraham. Si un muerto va a decírselo, entonces sí se
arrepentirán". Abraham repuso: "Si no escuchan a Moisés y a los
profetas, no harán caso, ni aunque resucite un muerto”. Palabra del Señor.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
ORACIONES DE LOS FIELES
Oremos por todos los hombres para que a nadie falte nunca la ayuda de
nuestra caridad:
Para que el Señor vivifique su Iglesia y le conceda santos y numerosos
ministros que iluminen y santifiquen a los fieles, roguemos al Señor.
Para que Dios conceda a los gobernantes el deseo de ser justos e
infunda en los responsables de los pueblos el sentido de la unidad de la
familia humana, roguemos al Señor.
Para que los que buscan a Dios sinceramente encuentren la verdad que
desean y -habiéndola encontrado- descansen contemplándola, roguemos al Señor.
Para que el Señor perdone nuestras culpas, no permita que recaigamos en
el pecado y nos libre de una muerte imprevista, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que desconoces a quien -olvidándose de los necesitados-
sólo se goza en las riquezas, concédenos que, al escuchar tu palabra, creamos
que Cristo ha regresado verdaderamente de entre los muertos y nos recibirá, al
término de nuestros días, en el seno de nuestro padre Abraham. Él, que vive y
reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO
Historia de la salvación
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, Señor nuestro. Porque naciendo, restauró nuestra naturaleza
caída; padeciendo en la cruz, borró nuestros pecados; resucitando de entre los
muertos, nos proporcionó el acceso a la vida eterna, y ascendiendo hasta ti,
Padre, nos abrió las puertas del Reino de los cielos. Por eso, unidos a la
multitud de los ángeles y de los santos, te aclamamos, llenos de alegría:
Santo, Santo, Santo...
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Dios misericordioso, que nuestra ofrenda te sea aceptable y
que por ella quede abierta para nosotros la fuente de toda bendición. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN
En esto hemos conocido lo que es el amor de Dios: en que dio su vida
por nosotros. Por eso también nosotros debemos dar la vida por los hermanos. (1
Jn 3, 16)
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que este misterio celestial renueve, Señor, nuestro cuerpo y nuestro
espíritu, para que seamos coherederos en la gloria de aquel cuya muerte, al
anunciarla, la hemos compartido. Él, que vive y reina por los siglos de los
siglos.
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