sábado, 18 de octubre de 2014

XXIX DOMINGO ORDINARIO Ciclo A


XXIX DOMINGO ORDINARIO Ciclo A
19 de octubre 2014
DOMINGO MUNDIAL DE LAS MISIONES


Is 56, 1. 6-7; 1 Tm 2,1-8; Mt 28,16-20

La experiencia del exilio había sensibilizado el corazón de muchos israelitas. No podían continuar viviendo su elección como si fuesen privilegiados. Dios amaba con la misma intensidad a todas las personas, independientemente de la raza o cultura que proviniesen. La casa de oración estaría abierta para todos los pueblos. Las promesas ya no estaban restringidas a un linaje, la puerta de acceso a la plenitud de la vida se había ensanchado. Desafortunadamente esta perspectiva universalista no prevaleció, sino que se afianzó una visión excluyente que discriminaba a los gentiles. La resurrección de Cristo abrirá otro horizonte. Jesús resucitado convoca a los discípulos en Galilea, para relanzar la misión desde un nuevo enfoque: ya no permanecerán en los poblados aledaños al lago de Genesaret, tendrán que marchar a los cuatro puntos cardinales, para testimoniar la excelencia del amor de Dios, manifiesto en la persona de Cristo, revestido de autoridad.


ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 95, 3-4)

Anuncien a todos los pueblos la gloria del Señor, sus maravillas a todas las naciones, porque grande es el Señor y muy digno de alabanza.


ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que has querido que tu Iglesia sea sacramento de salvación para todos los pueblos, de forma que así perdure la obra redentora de Cristo hasta el fin de los tiempos, despierta los corazones de tus fieles y haz que se sientan llamados a trabajar por la salvación de todos, con tanta mayor urgencia, cuanto es necesario que, de todas las naciones, surja y crezca para ti una sola familia y un solo pueblo. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.


LITURGIA DE LA PALABRA


Primera Lectura

Monición.-
Isaías nos presenta la figura del profeta israelita: un auténtico discípulo de Dios, un servidor del pueblo, a quien el Señor ama con predilección y protege con mano fuerte.

Del libro del profeta Isaías: 56, 1. 6-7
Esto dice el Señor: "Velen por los derechos de los demás, practiquen la justicia, porque mi salvación está a punto de llegar y mi justicia a punto de manifestarse. A los extranjeros que se han adherido al Señor para servirlo, amarlo y darle culto, a los que guardan el sábado sin profanarlo y se mantienen fieles a mi alianza, los conduciré a mi monte santo y los llenaré de alegría en mi casa de oración. Sus holocaustos y sacrificios serán gratos en mi altar, porque mi templo será la casa de oración para todos los pueblos". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


Salmo responsorial

Del salmo 66 R/. Que todos los pueblos conozcan tu bondad.

Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R/.

Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones. R/.

La tierra ha producido ya sus frutos, Dios nos ha bendecido. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R/.


Segunda lectura

Monición.-
El apóstol Pablo subraya la urgente tarea de evangelización, porque “Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”.

De la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo: 2, 1-8
Te ruego, hermano, que ante todo se hagan oraciones, plegarias, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres, y en particular, por los jefes de Estado y las demás autoridades, para que podamos llevar una vida tranquila y en paz, entregada a Dios y respetable en todo sentido.
Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, pues Él quiere que todos los hombres se salven y todos lleguen al conocimiento de la verdad, porque no hay sino un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre Él también, que se entregó como rescate por todos.
Él dio testimonio de esto a su debido tiempo y de esto yo he sido constituido, digo la verdad y no miento, pregonero y apóstol para enseñar la fe y la verdad.
Quiero, pues, que los hombres, libres de odios y divisiones, hagan oración dondequiera que se encuentren, levantando al cielo sus manos puras.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN (Mt 28, 19. 20) R/. Aleluya, aleluya.
Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos, dice el Señor, y sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. R/.


Evangelio

Monición.-
Mateo nos presenta el último acto de ministerio de Jesús, “envía a sus discípulos a bautizar y a enseñar”. Es un pasaje bíblico que remarca el carácter misionero de la Iglesia.

Del santo Evangelio según san Mateo: 28, 16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea y subieron al monte en el que Jesús los había citado. Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban.
Entonces, Jesús se acercó a ellos y les dijo: "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo cuanto yo les he mandado; y sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Presentemos al Padre nuestra oración, hoy de un modo especial para que la semilla del Evangelio alcance a toda la tierra.
Después de cada petición diremos: Escúchanos, Padre.

Por toda la Iglesia, por cada uno de los cristianos. Para que todos sintamos el anhelo de que la Buena

Noticia de Jesús sea conocida en toda la tierra. Oremos.

Por los misioneros y misioneras. Para que realicen su labor con mucha fe, con mucha esperanza, con mucho amor, y vivan llenos de la alegría de Dios. Oremos.

Por los que no conocen a Jesucristo. Para que un día puedan llegar a recibir la luz del Evangelio. Oremos.

Por los médicos. Para que realicen su labor como un verdadero servicio al prójimo. Oremos.

Por todos nosotros, que nos hemos reunido para celebrar la Eucaristía. Para que seamos fieles testigos de la fe y la esperanza que nos mueve. Oremos.

Escucha, Padre, nuestra oración, y derrama tu amor sobre los hombres y las mujeres del mundo entero. Por Jesucristo, nuestro Señor.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Señor, que lleguen a tu presencia soberana los dones de tu Iglesia suplicante, del mismo modo que fue tan grata a tus ojos la gloriosa pasión de tu Hijo, para la salvación del mundo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.


Prefacio para los domingos del Tiempo Ordinario.


ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mc 16, 15)

Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura, dice el Señor.


ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Señor, que la participación en tu mesa nos santifique, y concede que todos los pueblos reciban con gratitud, por medio del sacramento de tu Iglesia, la salvación que tu Unigénito consumó en la cruz. El, que vive y reina por los siglos de los siglos.


UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Vivir nuestra existencia como discípulos de Cristo es misionar. Hay quienes escuchan un llamado a traspasar las fronteras de su cultura y se marchan a donde el Espíritu los llama, para servir en orfanatos, en hospitales, y en un sinfín de modalidades, en pueblos afectados por la pobreza y la violencia o en sociedades opulentas. El quehacer es el mismo: ser testigos de Jesús, que viven lo que Él les enseñó y que por lo mismo, curan enfermos, animan y defienden migrantes y mujeres maltratadas por tantos abusos. Quienes permanecen en su lugar de origen, realizando su profesión o empleo y se comprometen a encarnar su fe a través del trabajo honesto, la participación ciudadana, la educación de los hijos, también están cumpliendo una misión evangelizadora. Las situaciones son tan diferentes, sin embargo, el encargo es el mismo: vivir en comunidades de discípulos, testimoniando la fuerza transformadora del amor de Dios en las circunstancias presentes.


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