UNA REFLEXIÓN PARA
NUESTRO TIEMPO
La perseverancia es escasa, sobre todo cuando se trata de emprender
un proyecto de vida que implica riesgos y amenazas. Los mártires y profetas que
en Latinoamérica han entregado su vida por el evangelio en los últimos años,
supieron lo que estaban haciendo. Recibieron amenazas y advertencias y
decidieron mantenerse fieles en el seguimiento de Jesús. No hicieron nada que
previamente no hubieran contemplado en el viacrucis de su Señor Jesucristo.
Somos herederos de esa cadena de testigos de la esperanza perseverante. Cuando
apreciamos tantas situaciones contrarias al reino de Dios en nuestra sociedad
no podemos desentendernos, fingiendo que no es nuestra responsabilidad. Como
cristianos, estamos invitados a recorrer el camino de fidelidad y entrega que
el Señor Jesús recorrió. Cada quien sabrá a qué iniciativa cívica,
evangelizadora o espiritual tendrá que sumarse para responder al compromiso
bautismal.
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