sábado, 19 de octubre de 2019

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20191020


Si damos la vuelta al elogio de la perseverancia, podremos aplicarlo también a la participación ciudadana y a la vida cívica. El Señor Jesús partía de los engorrosos trámites legales para animarnos a suplicar confiadamente a Dios. El mensaje sigue siendo válido en tanto que en ocasiones nuestra confianza en Dios parece flaquear. Sin embargo, podemos aprovecharlo para el logro de propósitos e iniciativas sociales y políticas. Quienes disponen de una pequeña parcela de poder terminan por sentirse dueños de éste, olvidando que son funcionarios y servidores del pueblo que es el verdadero soberano. El desdén y el desaire que en ocasiones recibimos en hospitales u otras instituciones de carácter público no tendrán que desalentarnos, ni hacernos claudicar. En el ejercicio de nuestros derechos, sobre todo aquellos que afectan nuestra salud y nuestra dignidad, tendremos que ser perseverantes y respetuosos.


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