DOMINGO XX DOMINGO ORDINARIO Ciclo B
Domingo 19 de agosto 2018
UN BANQUETE PARA TODOS
El pregón de la sensatez, caracterizada como una gran matrona que
administra con tino su casa sirve de marco introductorio para comprender las
palabras crudas y escandalosas que dirige Jesús a sus discípulos en el
Evangelio. Doña sensatez también ofrece su pan y su vino, que no son tales sino
símbolos de la oferta de sensatez y buen juicio que encierra su enseñanza.
Quien se alimente de la sabiduría aprenderá a respetar al Señor y vivirá una larga
vida. En ese sentido, comer la carne y beber la sangre de Jesús es acogerlo a
él con todas sus consecuencias. Participar del Cuerpo y la Sangre de Jesús es
hacerse uno con él. Es fácil comprender que en cierta medida somos lo que
comemos; del mismo modo somos lo que creemos y asimilamos en el plano
espiritual. Quien haya hecho suyo el mensaje y la persona de Jesús, participará
de su vida para siempre.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 83, 10-11
Dios, protector nuestro, mira el rostro de tu Ungido. Un solo día en tu
casa es más valioso, que mil días en cualquier otra parte.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado
del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que has preparado bienes invisibles para los que te aman,
infunde en nuestros corazones el anhelo de amarte, para que, amándote en todo y
sobre todo, consigamos tus promesas, que superan todo deseo. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Coman de mi pan y beban del vino que les he preparado.
Del libro de los Proverbios: 9,16
La sabiduría se ha edificado una casa, ha preparado un banquete, ha
mezclado el vino y puesto la mesa. Ha enviado a sus criados para que, desde los
puntos que dominan la ciudad, anuncien esto: "Si alguno es sencillo, que
venga acá".
Y a los faltos de juicio les dice: "Vengan a comer de mi pan y a
beber del vino que he preparado. Dejen su ignorancia y vivirán; avancen por el
camino de la prudencia".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 33,2-3. 10-11. 12-13. 14-15
R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me
siento orgulloso del Señor; que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.
Que amen al Señor todos sus fieles, pues nada faltará a los que lo
aman. El rico empobrece y pasa hambre; a quien busca al Señor, nada le falta.
R/.
Escúchame, hijo mío: voy a enseñarte cómo amar al Señor. ¿Quieres vivir
y disfrutar la vida? Guarda del mal tu lengua y aleja de tus labios el engaño.
Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y ve tras ella. R/.
SEGUNDA LECTURA
Traten de entender cuál es la voluntad de Dios.
De la carta del apóstol San Pablo a los efesios: 5, 15-20
Hermanos: Tengan cuidado de portarse no como insensatos, sino como
prudentes, aprovechando el momento presente, porque los tiempos son malos. No
sean irreflexivos, antes bien, traten de entender cuál es la voluntad de Dios.
No se embriaguen, porque el vino lleva al libertinaje. Llénense, más bien, del
Espíritu Santo; expresen sus sentimientos con salmos, himnos y cánticos
espirituales, cantando con todo el corazón las alabanzas al Señor. Den
continuamente gracias a Dios Padre por todas las cosas, en el nombre de nuestro
Señor Jesucristo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 5, 56
R/. Aleluya, aleluya.
El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él, dice
el Señor. R/.
EVANGELIO
Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.
Del santo Evangelio según san Juan: 6, 51-58
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Yo soy el pan vivo, que
ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que
yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida".
Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: "¿Cómo puede
éste darnos a comer su carne?".
Jesús les dijo: "Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del
hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi
carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día. Mi
carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne
y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado,
posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí.
Éste es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron
sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre".
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Presentemos, hermanos, nuestras súplicas al Señor y pidámosle que
atienda a sus hijos, según las necesidades de cada uno de ellos, respondiendo:
Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)
Roguemos al Señor por quienes, a causa de su enfermedad, porque están
el servicio de sus hermanos o por cualquier otro motivo, no han podido venir a
celebrar con nosotros el domingo; a fin de que, ya que no pueden participar de
la alegría de esta celebración, no se vean privados nunca del gozo del Señor.
Roguemos al Señor.
Roguemos por los que ayudan a los pobres o hacen obras de misericordia
en favor de sus hermanos, para que Dios premie abundantemente el bien que
hacen, y lo que reparten a sus hermanos el Señor lo multiplique y lo convierta
para ellos en premio de vida eterna. Roguemos al Señor.
Roguemos por los que están de viaje, por los que tienen que vivir fuera
de su hogar o alejados de sus familiares y amigos, para que Dios los proteja de
todo peligro, los ayude en sus dificultades y les conceda retornar, sanos y
salvos, a sus hogares. Roguemos al Señor.
Roguemos finalmente por nosotros mismos, para que el Señor nos haga
perseverar en la fe cristiana, nos ayude a conocer más y más el Evangelio de
Cristo, fortalezca nuestra voluntad en el bien, nos guarde de todo mal y nos
conceda alcanzar la vida eterna. Roguemos al Señor.
Señor Dios, que cada Domingo nos invitas como comensales y amigos a tu
mesa, escucha las oraciones de tu Iglesia y fortalece su fe, para que, con
valentía, proclame al mundo la esperanza en la resurrección final y la
confianza de participar en el banquete festivo de tu reino. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, nuestros dones, con los que se realiza tan glorioso
intercambio, para que, al ofrecerte lo que tú nos diste, merezcamos recibirte a
ti mismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio
Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y
de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación
consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 129, 7
Con el Señor viene la misericordia, y la abundancia de su redención.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Unidos a Cristo por este sacramento, suplicamos humildemente, Señor, tu
misericordia, para que, hechos semejantes a él aquí en la tierra, merezcamos
gozar de su compañía en el cielo. Él, que vive y reina por los siglos de los
siglos.
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