Hoy
muchos liberales confundidos se ponen del lado de los malos y tremendo favor le
hacen a la izquierda con su ataque a la religión y la familia
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Vanessa Vallejo Actualizado Jul 2, 2019
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estos días algunos libertarios han concentrado sus fuerzas en atacar a la
religión, aseguran que el cristianismo es enemigo de las sociedades libres, y
algunos incluso se atreven a decir que Jesús era socialista y que para ser
realmente libre hay que ser ateo.
Mientras
que estos confundidos defensores de la libertad ven en la religión un enemigo,
en Cuba ocurre algo muy demostrativo del verdadero papel que juega la religión
en una sociedad. Los evangélicos cubanos se están uniendo para enfrentarse al
régimen, exigir que puedan profesar su religión libremente y que sus hijos no
sean educados en el ateísmo.
¿No
se han preguntado los libertarios que odian el cristianismo por qué, no solo
ahora sino históricamente, el socialismo ha atacado la religión?
La
respuesta es clara pero algunos no quieren verla. La religión, el cristianismo,
la iglesia como institución, es una barrera entre el individuo y el Estado, es
un muro de contención frente al socialismo. La izquierda sabe esto hace mucho,
por eso, al igual que para los libertarios confundidos, la religión es su
enemigo. Tremendo favor le hacen algunos liberales a la izquierda…
Los
diez mandamientos, practicados por católicos, evangélicos y judíos, le impiden
a un creyente de verdad, practicante de la sana doctrina, ser socialista. Dios
prohíbe robar, matar, envidiar, odiar, mentir; y para implantar el socialismo
es necesario hacer todo eso.
Dios
también castiga la pereza, es un pecado y el Dios de Abraham exige a los
hombres trabajar.
En
segunda de Tesalonicenses 3 se lee: «Si
alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de entre
vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en
lo ajeno. A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que
trabajando sosegadamente, coman su propio pan.»
Uno
de los yernos de Karl Marx, Paul Lafargue, escribió un ensayo titulado «El
derecho a la pereza» en donde endiosa al perezoso y asegura que el Estado debe
encargarse de los individuos para que ellos disfrutar de su derecho a la
pereza.
A
los socialistas les convienen los hombres perezosos, no los hombres creyentes,
esforzados y virtuosos que consideran la pereza un pecado.
Pero,
además, para un creyente Dios es todo y todo viene de él. El socialismo
necesita que la gente crea que el Estado lo es todo. Mientras que para el
creyente la frase es: «Dios proveerá», para el socialista la frase es: «el
Estado proveerá».
«Buscad
primero el reino de Dios y todo lo demás vendrá por añadidura», los creyentes
trabajamos y nos esforzamos porque así lo manda Dios, sabemos que todo viene de
él. El socialismo pretende que la gente no crea en un Dios, porque debe creer
que la comida y todo lo que necesita para sobrevivir viene del Estado.
Los
creyentes son un estorbo para los socialistas, la izquierda necesita personas
débiles, que se sientan solas y quieran ser protegidas por papá Estado. La
fortaleza que da la religión, la independencia y la forma de vida de los
creyentes son un muro contra el socialismo. Un cristiano no vota por un
político para que le asegure su vida, su seguridad está en Dios.
Una
sociedad atea es un campo fértil para el socialismo. La izquierda quiere gente
débil, sola y desamparada para ofrecerle un Estado protector. Si llega la
enfermedad, no es Dios quien ayudará, ¡no existe!, en cambio, el Estado dará
salud «gratis». Si se acaba el trabajo, Dios Estado se encargará de proveer
comida y de educar a los niños. Tampoco son necesarios los 10 mandamientos o
leer la Biblia, el Estado dará los mandamientos y dirá qué es lo correcto.
Los
socialistas se comportan como una religión en la que el Dios es el Estado, es
quien provee y protege de la incertidumbre de un mundo sin el Dios de Abraham.
Lo
mismo ocurre con la familia. Una amiga cubana que vive en Estados Unidos, y que
tuvo que sufrir en carne propia los horrores del socialismo, me contaba hace
poco los problemas que tienen sus hijos en el colegio por decir abiertamente
que quieren que Trump sea reelegido. Sus niños, a pesar de lo que dicen los
profesores y los compañeros, están bien educados, les han contado lo que se
sufre en el socialismo. Es muy difícil para la izquierda pervertir a una
persona a la que desde pequeña su familia le ha explicado que el socialismo es
muerte.
De
otro lado, igual que ocurre con un hombre sin Dios, en la mayoría de los casos
un hombre sin familia es también presa fácil para el socialismo. Quien no tiene
una red de apoyo, aquel que no sabe a quién pedir ayuda en el momento de la
desgracia, será más fácil de convencer de que el Estado debe cubrir todas las
necesidades.
Esos
ancianos que no tienen hijos y que temen quedar sin dinero en su vejez, votarán
fácilmente al político que les ofrezca ayuda. Esos jóvenes que no tienen padres
que los apoyen económicamente y moralmente, votarán al que prometa educación
gratis. Los enfermos sin familia querrán a quien asegure salud.
Una
persona débil en su espíritu, que se sienta sola y abandonada, que no tenga un
Dios o no cuente con una red de apoyo «en las buenas y en las malas», será
presa fácil para los socialistas.
En
la Unión Soviética Stalin llevó a cabo toda una campaña para incentivar a los
hijos a denunciar a sus padres cuando se «desviaran de la línea». Esos niños
eran tratados como héroes, condecorados y exaltados ante toda la población. Hay
decenas de historias de aquella época de niños que denunciaban a su familia. Si
la denuncia era cierta o falsa, eso no importaba, el objetivo principal tenía
que ver con destruir la familia, destruir la red de apoyo, lograr que no se
pudiera confiar en nadie, ni siquiera en su propia sangre. Amarás al Dios
estado sobre todas las cosas…
Hoy
la izquierda ha encontrado formas más disimuladas de destruir las familias.
Pero la idea no es nueva, desde hace mucho entienden que necesitan al hombre
solo, sin barreras entre el individuo y el Estado.
Respecto
a la religión, la cuestión también es antigua y los ataques son ampliamente
conocidos. Alrededor de 80 mártires del comunismo han sido beatificados por la
iglesia católica. Este número es pequeño comparado con los cientos de mártires
de los que tiene registro la iglesia.
Los
ortodoxos en Rusia han beatificado ya a 2.000 personas. Según cifras oficiales
del gobierno ruso, 45.000 templos ortodoxos fueron destruidos y aproximadamente
200,000 sacerdotes, monjes y monjas cristianos fueron asesinados en la Unión
Soviética entre 1917 y 1985.
En
la Unión Soviética, durante la Revolución Mexicana, en la Guerra Civil de
España, en la Cuba castrista, muchos murieron solo por decir que creían en
Cristo.
Ahí
donde ha tenido «éxito» el socialismo, se ha perseguido a la religión, se la ha
degradado y se ha señalado a los creyentes. La izquierda tiene claro que una
sociedad de verdad creyente y practicante es imposible de corromper.
Hoy,
muchos liberales confundidos atacan la religión y atacan la fundamental institución
de la familia, comparten enemigo con la izquierda, están, parece que sin
saberlo, del lado de los malos.
Las razones por las que la izquierda te quiere sin Dios y sin familia
Liga consultada el 4 de julio 2019 a las 12.00 horas.
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