LA CARNE SANA
Is 58, 7-10; 1 Cor 2, 1-5; Mt 5, 13-16
Podemos establecer una relación entre la imagen de
la sal que aparece en el Evangelio de san Mateo y la imagen de la carne sana
que menciona el profeta Isaías. La salud de células y tejidos vivos es
invaluable, por eso resulta comprensible que el profeta compare la mejora de la
convivencia social en el pueblo de Israel con un tejido que desecha sus llagas
y recupera la carne sana. Cuando desaparece la opresión, disminuye el egoísmo y
aumenta la compasión, se rejuvenece el tejido social que cohesiona al pueblo de
Dios. El Señor Jesús lo expresa con las imágenes de la luz y la sal. Cuando los
discípulos reorganizan su vida a partir del encuentro con Jesús, aprenden a
confiar en la bondad de Dios y reajustan la manera de tratar a los pobres, los
débiles y necesitados. Los miran con los ojos de Dios y entonces se siente la
dinámica del amor de Dios en la convivencia diaria.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 94, 6-7
Entremos y adoremos de rodillas al Señor, creador
nuestro, porque él es nuestro Dios.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a
quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te
adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios
Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Señor, que guardes con incesante amor a
tu familia santa, que tiene puesto su apoyo sólo en tu gracia, para que halle
siempre en tu protección su fortaleza. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Entonces surgirá tu luz como la aurora.
Del libro del profeta Isaías: 58, 7-10
Esto dice el Señor: "Comparte tu pan con el
hambriento, abre tu casa al pobre sin techo, viste al desnudo y no des la
espalda a tu propio hermano.
Entonces surgirá tu luz como la aurora y
cicatrizarán de prisa tus heridas; te abrirá camino la justicia y la gloria del
Señor cerrará tu marcha.
Entonces clamarás al Señor y él te responderá; lo
llamarás y él te dirá: 'Aquí estoy'.
Cuando renuncies a oprimir a los demás y destierres
de ti el gesto amenazador y la palabra ofensiva; cuando compartas tu pan con el
hambriento y sacies la necesidad del humillado, brillará tu luz en las
tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 111,4-5.6-7. 8ª y 9.
R/. El justo brilla como una luz en las tinieblas.
Quien es justo, clemente y compasivo, como una luz
en las tinieblas brilla. Quienes, compadecidos, prestan y llevan su negocio
honradamente, jamás se desviarán. R/.
El justo no vacilará; vivirá su recuerdo para
siempre. No temerá malas noticias, porque en el Señor vive confiadamente. R/.
Firme está y sin temor su corazón. Al pobre da
limosna, obra siempre conforme a la justicia; su frente se alzará llena de
gloria. R/.
SEGUNDA LECTURA
Les he anunciado a Cristo crucificado. De la
primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 2,1-5
Hermanos: Cuando llegué a la ciudad de ustedes para
anunciarles el Evangelio, no busqué hacerlo mediante la elocuencia del lenguaje
o la sabiduría humana, sino que resolví no hablarles sino de Jesucristo, más
aún, de Jesucristo crucificado.
Me presenté ante ustedes débil y temblando de
miedo. Cuando les hablé y les prediqué el Evangelio, no quise convencerlos con
palabras de hombre sabio; al contrario, los convencí por medio del Espíritu y
del poder de Dios, a fin de que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios y
no de la sabiduría de los hombres. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 8, 12
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me
sigue tendrá la luz de la vida. R/.
EVANGELIO
Ustedes son la luz del mundo.
Del santo Evangelio según san Mateo: 5,13-16
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Ustedes son la sal de la tierra. Si la sal se vuelve insípida, ¿con qué
se le devolverá el sabor? Ya no sirve para nada y se tira a la calle para que
la pise la gente.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar
una ciudad construida en lo alto de un monte; y cuando se enciende una vela, no
se esconde debajo de una olla, sino que se pone sobre un candelero, para que
alumbre a todos los de la casa.
Que de igual manera brille la luz de ustedes ante
los hombres, para que viendo las buenas obras que ustedes hacen, den gloria a
su Padre, que está en los cielos". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor
Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador
del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo
Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los
siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado,
no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y
resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado
a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y
muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de
vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que
es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, hermanos, al Padre del Unigénito, al Hijo
del Dios eterno y al Espíritu, fuente de todo bien: (R/. Escúchanos, Señor.)
Para la Iglesia inmaculada del Dios verdadero,
extendida por todo el mundo, pidamos la plena riqueza del amor de Dios,
roguemos al Señor.
Para los que gobiernan los pueblos y tienen en su
mano el destino de los hombres, pidamos el espíritu de justicia y el deseo de
servir con dedicación a sus súbditos, roguemos al Señor.
Por los débiles que se ven oprimidos y por los
justos que sufren persecución, oremos a Jesús el Salvador.
Para nosotros mismos, pidamos al Señor un temor
filial, un amor ferviente, una vida feliz y una buena muerte, roguemos al
Señor.
Dios nuestro, que en la necedad de la cruz has
manifestado cómo tu sabiduría está por encima de la prudencia del mundo,
escucha nuestras oraciones y haz que comprendamos el verdadero espíritu del
Evangelio, para que, fervorosos en la fe y fuertes en la caridad, nos
convirtamos en luz del mundo y sal de la tierra. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios nuestro, que has creado los frutos de la
tierra sobre todo para ayuda de nuestra fragilidad, concédenos que también se
conviertan para nosotros en sacramento de eternidad. Por nuestro Señor.
PREFACIO
Nuestra Humanidad salvada por la humanidad de
Cristo
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y
salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
poderoso y eterno. Porque reconocemos como la obra de tu poder admirable no
sólo haber socorrido nuestra débil naturaleza con la fuerza de tu divinidad,
sino también el haber previsto el remedio de nuestra misma naturaleza mortal, y
así con lo que fue la causa de nuestra ruina, con eso mismo nos diste la
salvación, por Cristo, Señor nuestro. Por Él, los ángeles cantan con júbilo eterno
y nosotros nos unimos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Crf. Sal 106, 8-9
Demos gracias al Señor por su misericordia, por las
maravillas que hace en favor de su pueblo; porque da de beber al que tiene sed
y les da de comer a los hambrientos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que quisiste hacemos participar de un
mismo pan y un mismo cáliz, concédenos vivir de tal manera, que, hechos uno en
Cristo, demos frutos con alegría para la salvación del mundo. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
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