sábado, 15 de febrero de 2020

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20200216

Alguien ha escrito que México está hundido en un océano de delitos. Según el INEGI en 2018 se cometieron 33 millones de delitos, que lastimaron a 24 millones de víctimas. Ni la norma jurídica que ordena respetar la vida y los bienes de cualquier persona en este país, ni la norma moral que nos obliga a elegir el bien por encima de nuestra conveniencia, tienen un peso significativo en la convivencia diaria para un mexicano cerril y bárbaro que no se doblega ante el valor supremo de la vida. Hace unos meses se registró el tope de asesinatos desde que se llevan registros, más de 115 homicidios registrados en un día. El Evangelio de Jesucristo no es negociable para quienes creemos en el Dios de la vida. No matar la vida humana, aminorar al máximo la muerte de cualquier ser viviente es condición indispensable para garantizar la paz y la perdurabilidad de la vida en el planeta.

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