viernes, 7 de febrero de 2020

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20200209



La sociedad mexicana, lo mismo que la Iglesia, atraviesa desafíos complejos. La fractura entre las prácticas y las creencias arroja saldo negativo, manifiesto en el aumento de homicidios, en el descontrol de autoridades y ciudadanos inermes ante el aumento de la inseguridad y de la impunidad. Un pueblo que frecuenta los santuarios marianos y que participa en celebraciones religiosas con regularidad padece las consecuencias de la doble moral. Supuestos creyentes nominales que viven una fe desabrida, que termina siendo inoperante. Sal que no sirve, sino para ser tirada a la calle. La imagen parece violenta, pero transparenta la radicalidad del Señor Jesús que nos invita el decir sí o no con toda contundencia.

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