DOS MANDAMIENTOS CLAVES
Los saduceos reclaman una respuesta orientadora de parte de Jesús. En
medio de la maraña de mandatos y preceptos, necesitan un poco de claridad
acerca del mandamiento principal. Jesús no se pliega ciegamente a sus
exigencias. Para él no existe un solo mandamiento principal, en realidad
existen dos: el amor a Dios es inseparable del amor al prójimo. Más aún, todo
cuanto Dios ha revelado a través de los libros centrales de Israel: la Torah y
los Profetas se condensa en esa indisoluble exigencia. No es posible amar a
Dios sino a través de los sacramentos de Dios que somos todas las personas.
Cada persona humana es la experiencia visible del Dios invisible. Esta lección
tan sencilla permite reorientar la manera cómo tratamos a los demás. Ningún
criterio externo, nacido del color de la piel, las posesiones o el nivel
social, es más decisivo que la común dignidad de toda persona.
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 104, 3-4
Alégrese el corazón de los que buscan al Señor. Busquen al Señor y
serán fuertes; busquen su rostro sin descanso.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del
mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende
nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de
nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo,
Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, aumenta en nosotros la fe, la esperanza y
la caridad, y para que merezcamos alcanzar lo que nos prometes, concédenos amar
lo que nos mandas. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
La explotación de las viudas y los huérfanos enciende la ira de Dios.
Del libro del Éxodo: 22, 20-26
Esto dice el Señor a su pueblo: "No hagas sufrir ni oprimas al
extranjero, porque ustedes fueron extranjeros en Egipto. No explotes a las
viudas ni a los huérfanos, porque si los explotas y ellos claman a mí,
ciertamente oiré yo su clamor; mi ira se encenderá, te mataré a espada, tus
mujeres quedarán viudas y tus hijos, huérfanos.
Cuando prestes dinero a uno de mi pueblo, al pobre que está contigo, no
te portes con él como usurero, cargándole intereses.
Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, devuélveselo antes de que se
ponga el sol, porque no tiene otra cosa con qué cubrirse; su manto es su único
cobertor y si no se lo devuelves, ¿cómo va a dormir? Cuando él clame a mí, yo
lo escucharé, porque soy misericordioso". Palabra de Dios. Te alabamos,
Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 17, 2-3a. 3bc-4. 6-7ab. 20-21.
R/. Tú, Señor, eres mi refugio.
Yo te amo, Señor, tú eres mi fuerza, el Dios que me protege y me
libera. R/.
Tú eres mi refugio, mi salvación, mi escudo, mi castillo. Cuando
invoqué al Señor de mi esperanza, al punto me libró de mi enemigo. R/.
Bendito seas, Señor, que me proteges; que tú, mi salvador, seas
bendecido. Tú concediste al rey grandes victorias y mostraste tu amor a tu
elegido. R/.
SEGUNDA LECTURA
Abandonando los ídolos, ustedes se convirtieron a Dios y viven en la
esperanza de que venga desde el cielo Jesucristo, su Hijo.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 1, 5-10
Hermanos: Bien saben cómo hemos actuado entre ustedes para su bien.
Ustedes, por su parte, se hicieron imitadores nuestros y del Señor, pues en
medio de muchas tribulaciones y con la alegría que da el Espíritu Santo, han
aceptado la palabra de Dios en tal forma, que han llegado a ser ejemplo para
todos los creyentes de Macedonia y Acaya, porque de ustedes partió y se ha
difundido la palabra del Señor; y su fe en Dios ha llegado a ser conocida, no
sólo en Macedonia y Acaya, sino en todas partes; de tal manera, que nosotros ya
no teníamos necesidad de decir nada.
Porque ellos mismos cuentan de qué manera tan favorable nos acogieron
ustedes y cómo, abandonando los ídolos, se convirtieron al Dios vivo y
verdadero para servirlo, esperando que venga desde el cielo su Hijo, Jesús, a
quien él resucitó de entre los muertos, y es quien nos libra del castigo
venidero. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 23
R/. Aleluya, aleluya.
El que me ama, cumplirá mi palabra, dice el Señor; y mi Padre lo amará
y vendremos a él. R/.
EVANGELIO
Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo.
Del santo Evangelio según san Mateo: 22, 34-40
En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús había
dejado callados a los saduceos, se acercaron a él. Uno de ellos, que era doctor
de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿cuál es el
mandamiento más grande de la ley?".
Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu
corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el
primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu
prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los
profetas". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una,
santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón
de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo
futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Confiados en que la oración de los pobres llega hasta el Señor,
elevemos con humildad nuestras peticiones a Dios y digamos: Te rogamos, Señor.
(R/. Te rogamos, Señor.)
Para que el Señor conceda el espíritu de consejo, fortaleza, ciencia y
piedad a nuestro obispo N., Y a todos los pastores de la Iglesia, roguemos al
Señor.
Para que los gobiernos de las naciones edifiquen sus comunidades en la
paz, equilibrando toda desigualdad injusta, roguemos al Señor.
Para que el Señor alivie los dolores de los que sufren en el cuerpo o
en el espíritu y les dé fuerza para no desfallecer ante la tribulación,
roguemos al Señor.
Para que mantenga a nuestras familias firmes en la concordia y seguras
en su gracia y amistad, roguemos al Señor.
Dios nuestro, refugio en las adversidades, escucha nuestras oraciones y
haz que, llenos de tu Espíritu, abandonemos los ídolos, nos volvamos
sinceramente a ti y cumplamos plenamente el mandamiento de amarte a ti con todo
el corazón y al prójimo como a nosotros mismos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Mira, Señor, los dones que presentamos a tu majestad, para que lo que
hacemos en tu servicio esté siempre ordenado a tu mayor gloria. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio
Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y
de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación
consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 19, 6
Nos alegraremos en tu victoria y cantaremos alabanzas en el nombre de
nuestro Dios.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que tus sacramentos, Señor, produzcan en nosotros todo lo que
significan, para que lo que ahora celebramos en figura lo alcancemos en su
plena realidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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