Remar Mar Adentro, pretende, como laicos comprometidos, presentar temas de reflexión para vivir el reino de Dios; levantando las anclas en una tarea asumida generosamente. Ricardo Huante Magaña
lunes, 31 de marzo de 2025
Evangelio del 1 de abril 2025 Juan 5, 1-16
Era un día de fiesta para los judíos, cuando Jesús subió a Jerusalén.
Hay en Jerusalén, junto a la puerta de las Ovejas, una piscina llamada Betesdá,
en hebreo, con cinco pórticos, bajo los cuales yacía una multitud de enfermos,
ciegos, cojos y paralíticos. Entre ellos estaba un hombre que llevaba treinta y
ocho años enfermo.
EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20250406
«Por ello le pusieron un
tropiezo en la tercera, esto es, en la justicia. ¿Por qué? Porque la Ley había
prescrito lapidar a los adúlteros y la Ley no podía en absoluto prescribir lo
que era injusto; si alguien dijera algo distinto de lo que la Ley había prescrito
sería sorprendido como injusto. Dijeron, pues, entre ellos: "Se le tiene
por veraz, parece apacible; hay que buscarle una intriga respecto a la
justicia; presentémosle una mujer sorprendida en adulterio, digamos qué está
preceptuado sobre ella en la Ley; si prescribe que sea lapidada, no tendrá
mansedumbre; si opina que se la perdone, no tendrá la justicia. Ahora bien,
dicen, para no perder la mansedumbre que le ha hecho ya amable para la gente,
sin duda va a decir que debe ser perdonada. Gracias a esto hallaremos la
ocasión de acusarle y lo haremos reo como prevaricador de la Ley, diciéndole:
Eres enemigo de la Ley; respondes contra Moisés, mejor dicho, contra el que
mediante Moisés ha dado la Ley; eres reo de muerte, con ella debes ser lapidado
también tú. Con estas palabras y afirmaciones podría inflamarse la envidia,
animarse la acusación, exigirse la condena. Pero esto, ¿contra quién? La
perversidad contra la rectitud, la falsedad contra la verdad, el corazón
corrupto contra el corazón recto, la insensatez contra la sabiduría. ¿Cuándo
ellos prepararían trampas en que antes no metieran la cabeza? He aquí que el
Señor, respondiendo, va a mantener la justicia y no va a apartarse de la
mansedumbre. Porque no creían en quien podría librarlos de las trampas, no fue
cazado aquel a quien se las tendían, sino que, más bien, resultaron cazados
quienes las tendían» (San Agustín [354-430].
Evangelio de Juan. Tratado 33, 5).
DOMINGO V DE CUARESMA Ciclo C Domingo 6 de abril 2025
LA LUZ DE LA ESPERANZA
Is 43, 16-21; Sal 125; Flp 3, 7-14; Jn 8,1-11
En medio de una Cuaresma que se torna cada vez más sombría, aparecen
brillos de esa luz que es la esperanza. De acuerdo con Isaías, los exilios en
Babilonia no van a durar por siempre. El nuevo Éxodo que Dios realizará en
favor de su pueblo será aún más maravilloso que aquel éxodo de Egipto. No vale
aquí aquella apreciación de que "los sueños, sueños son": este sueño
es una realidad. Es lo mismo en el Evangelio de Juan. Los adversarios ponen a
Jesús ante una dura prueba: la misericordia o la justicia. Su objetivo es
acusarlo como enemigo de la ley de Moisés. Tampoco les importa la situación de
aquella pobre mujer que iba a ser lapidada. Jesús no sólo escapa de sus trampas
sino que muestra el brillo de la misericordia divina ante la mujer pecadora.
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 42, 1-2
Señor, hazme justicia. Defiende mi causa contra gente sin piedad,
sálvame del hombre injusto y malvado, tú que eres mi Dios y mi defensa.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Te rogamos, Señor Dios nuestro, que, con tu auxilio, avancemos
animosamente hacia aquel grado de amor con el que tu Hito, por la salvación del
mundo, se entregó a la muerte. El que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Yo realizaré algo nuevo y daré de beber a mi pueblo.
Del libro del profeta Isaías: 43, 16-21
Esto dice el Señor, que abrió un camino en el mar y un sendero en las
aguas impetuosas, el que hizo salir a la batalla a un formidable ejército de
carros y caballos, que cayeron y no se levantaron, y se apagaron como una mecha
que se extingue: "No recuerden lo pasado ni piensen en lo antiguo; yo voy
a realizar algo nuevo. Ya está brotando. ¿No lo notan? Voy a abrir caminos en
el desierto y haré que corran los ríos en la tierra árida. Me darán gloria las
bestias salvajes, los chacales y las avestruces, porque haré correr agua en el
desierto, y ríos en el yermo, para apagar la sed de mi pueblo escogido.
Entonces el pueblo que me he formado proclamará mis alabanzas".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 125, 1-2ab. 2cd-3. 4-5. 6.
R/. Grandes cosas has hecho por nosotros, Señor.
Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio, creíamos soñar;
entonces no cesaba de reír nuestra boca, ni se cansaba entonces la lengua de
cantar. R/.
Aun los mismos paganos con asombro decían: "¡Grandes cosas ha
hecho por ellos el Señor!". Y estábamos alegres, pues ha hecho grandes
cosas por su pueblo el Señor. R/.
Como cambian los ríos la suerte del desierto, cambia también ahora
nuestra suerte, Señor, y entre gritos de júbilo cosecharán aquellos que
siembran con dolor. R/.
Al ir, iban llorando, cargando la semilla; al regresar, cantando
vendrán con sus gavillas. R/.
SEGUNDA LECTURA
Todo lo considero como basura, con tal de asemejarme a Cristo en su
muerte.
De la carta del apóstol san Pablo a los filipenses: 3, 7-14
Hermanos: Todo lo que era valioso para mí, lo consideré sin valor a
causa de Cristo. Más aún pienso que nada vale la pena en comparación con el
bien supremo, que consiste en conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por cuyo amor
he renunciado a todo, y todo lo considero como basura, con tal de ganar a
Cristo y de estar unido a él, no porque haya obtenido la justificación que
proviene de la ley, sino la que procede de la fe en Cristo Jesús, con la que
Dios hace justos a los que creen.
Y todo esto, para conocer a Cristo, experimentar la fuerza de su
resurrección, compartir sus sufrimientos y asemejarme a él en su muerte, con la
esperanza de resucitar con él de entre los muertos.
No quiero decir que haya logrado ya ese ideal o que sea ya perfecto,
pero me esfuerzo en conquistarlo, porque Cristo Jesús me ha conquistado. No,
hermanos, considero que todavía no lo he logrado. Pero eso sí, olvido lo que he
dejado atrás, y me lanzo hacia adelante, en busca de la meta y del trofeo al
que Dios, por medio de Cristo Jesús, nos llama desde el cielo. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Joel 2, 12-13
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice el Señor, conviértanse a mí de todo corazón,
porque soy compasivo y misericordioso. R/.
EVANGELIO
Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra.
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 1-11
En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos y al amanecer
se presentó de nuevo en el templo, donde la multitud se le acercaba; y él,
sentado entre ellos, les enseñaba.
Entonces los escribas y fariseos le llevaron a una mujer sorprendida en
adulterio, y poniéndola frente a él, le dijeron: "Maestro, esta mujer ha
sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos manda en la ley apedrear a
estas mujeres. ¿Tú que dices?".
Le preguntaban esto para ponerle una trampa y poder acusarlo. Pero
Jesús se agachó y se puso a escribir en el suelo con el dedo. Como insistían en
su pregunta, se incorporó y les dijo: ''Aquel de ustedes que no tenga pecado,
que le tire la primera piedra". Se volvió a agachar y siguió escribiendo
en el suelo.
Al oír aquellas palabras, los acusadores comenzaron a escabullirse uno
tras otro, empezando por los más viejos, hasta que dejaron solos a Jesús y a la
mujer, que estaba de pie, junto a él.
Entonces Jesús se enderezó y le preguntó: "Mujer, ¿dónde están los
que te acusaban? ¿Nadie te ha condenado?".
Ella le contestó: "Nadie, Señor". Y Jesús le dijo:
"Tampoco yo te condeno. Vete y ya no vuelvas a pecar". Palabra del
Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder
de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y
está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a
juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la
carne y la vida eterna.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Oremos, amados hermanos, y pidamos la misericordia del Señor para que,
compadecido de su pueblo penitente, escuche nuestras plegarias: (R/.
Escúchanos, Señor.)
Para que el Redentor del mundo, que se entregó a la muerte para
vivificar a su pueblo, libere a la Iglesia de todo mal, roguemos al Señor.
Para que el Redentor del mundo, que oró en la cruz por quienes lo
crucificaban, interceda ante el Padre por los pecadores. roguemos al Señor.
Para que el Redentor de mundo, que experimentó en la cruz el
sufrimiento y la angustia, se compadezca de los que sufren, les dé fortaleza y
paciencia y ponga fin a sus dolores, roguemos al Señor.
Para que el Redentor del mundo a nosotros, sus siervos, que en estos
días nos disponemos a recordar con veneración su cruz, nos reconforte con la
fuerza de su resurrección, roguemos al Señor.
Dios de bondad, que quieres renovar en Cristo el universo entero,
contempla nuestra miseria y, puesto que enviaste a tu Hijo al mundo no para
condenarlo, sino para salvarlo, escucha nuestras oraciones, perdona nuestras
culpas y haz que renazca en nuestros corazones la alegría de una vida nueva y
exultante. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Escúchanos, Dios todopoderoso, y concede a tus siervos, en quienes
infundiste la sabiduría de la fe cristiana, quedar purificados, por la eficacia
de este sacrificio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Significado espiritual de la Cuaresma
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno, por Cristo, Señor nuestro. Por él concedes bondadosamente a tus fieles
anhelar gozosos, año tras año, con el alma purificada, las solemnidades de la
Pascua, para que dedicados con mayor entrega a la oración y a las obras de
caridad, por la celebración de los misterios que nos dieron nueva vida,
lleguemos a ser plenamente hijos tuyos. Por eso, con los ángeles y los
arcángeles, con los tronos y dominaciones y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 8,10-11
¿Nadie te ha condenado, mujer? Nadie, Señor. Yo tampoco te condeno. Ya
no vuelvas a pecar.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te rogamos, Dios todopoderoso, que podamos contarnos siempre entre los
miembros de aquel cuyo Cuerpo y Sangre acabamos de comulgar. Él, que vive y
reina por los siglos de los siglos.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Bendice, Señor, a tu pueblo, que espera los dones de tu misericordia, y
concédele recibir de tu mano generosa lo que tú mismo lo mueves a pedir. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20250406
domingo, 30 de marzo de 2025
Evangelio 31 de marzo 2025 Juan 4, 43-54
En aquel tiempo, Jesús salió de Samaria y se fue a Galilea. Jesús mismo
había declarado que a ningún profeta se le honra en su propia patria. Cuando
llegó, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que él
había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían estado
allí.
Volvió entonces a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en
vino. Había allí un funcionario real, que tenía un hijo enfermo en Cafarnaúm.
Al oír éste que Jesús había venido de Judea a Galilea, fue a verlo y le rogó
que fuera a curar a su hijo, que se estaba muriendo. Jesús le dijo: «Si no ven
ustedes señales y prodigios, no creen». Pero el funcionario del rey insistió:
«Señor, ven antes de que mi muchachito muera». Jesús le contestó: «Vete, tu
hijo ya está sano».
Aquel hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Cuando
iba llegando, sus criados le salieron al encuentro para decirle que su hijo ya
estaba sano. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Le
contestaron: «Ayer, a la una de la tarde, se le quitó la fiebre». El padre
reconoció que a esa hora Jesús le había dicho: 'Tu hijo ya está sano', y creyó
con todos los de su casa.
Esta fue la segunda señal milagrosa que hizo Jesús al volver de Judea a
Galilea.
Reflexión
Ser buen cristiano implica creer en Jesús pero también creerle a Jesús
y hacer lo que él nos pide en el evangelio, tenerlo como verdadero maestro y
Señor de nuestras vidas. ¿Tú eres de los que simplemente cree en Jesús, o de
los que han decidido hacer de su Palabra una norma de vida?
sábado, 29 de marzo de 2025
viernes, 28 de marzo de 2025
Evangelio del 29 de marzo 2025 Lucas 18, 9-14
En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola sobre algunos que se tenían
por buenos y despreciaban a los demás:
«Dos hombres subieron al templo para orar: uno era fariseo y el otro,
publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: 'Dios mío, te doy
gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos y adúlteros;
tampoco soy como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de
todas mis ganancias'.
El publicano, en cambio, se quedó lejos y no se atrevía a levantar los
ojos al cielo; lo único que hacía era golpearse el pecho diciendo: 'Dios mío,
apiádate de mí, que soy un pecador'.
Pues bien, yo les aseguro que éste bajó a su casa justificado y aquél
no; porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será
enaltecido».
Reflexión
El evangelio de hoy trae una enseñanza muy profunda e importante para
nuestra vida: La necesidad de Dios. Hoy mucha gente, y pudiera ser el caso de
cualquiera, se sienten como el fariseo: que son buenos. Que no hacen mal a
nadie, que se portan bien, que no van a lugares inconvenientes.
Y esto, por supuesto, que está muy bien, el problema real es que creen
que son buenos por ellos mismos, no reconocen en su vida la presencia de Dios,
no se han dado cuenta de que si han podido llevar una vida recta no es por sus
méritos, sino por la obra maravillosa del Espíritu Santo que, a pesar de
nuestras debilidades, opera en nosotros. Además, están tan orgullosos de la
vida que llevan que no se dan cuenta de que en realidad son también, como el
publicano, pecadores, pues dice la Escritura que "el justo peca siete
veces al día". Si eso se aplica a los que son buenos, podemos imaginar lo
que hacemos nosotros.
Cuando el hombre se siente ya completamente salvado, es como el hombre
enfermo que se siente sano: difícilmente sanará. Es, pues, importante
reconocer, por un lado, que lo bueno que somos es obra de Dios en nosotros por
lo que no tenemos nada de qué enorgullecernos, antes bien, dar gracias; y por
otro, que por más obras buenas y lo bien que nos portemos, siempre debemos
reconocer nuestra naturaleza pecadora y buscar con humildad al Señor para
pedirle que nos libre del pecado y que perdone las muchas faltas que día a día
cometemos.
jueves, 27 de marzo de 2025
Evangelio del 28 de marzo 2025 Marcos 12, 28-34
En aquel tiempo, uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó:
«¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?» Jesús le respondió: «El
primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor; amarás
al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y
con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
No hay ningún mandamiento mayor que éstos».
El escriba replicó: «Muy bien, Maestro. Tienes razón, cuando dices que
el Señor es único y que no hay otro fuera de él, y amarlo con todo el corazón,
con toda el alma, con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo,
vale más que todos los holocaustos y sacrificios».
Jesús, viendo que había hablado muy sensatamente, le dijo: «No estás
lejos del Reino de Dios». Y ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Reflexión
Una de las cosas que todavía me sorprende es que cuando hacemos nuestro
examen de conciencia empezamos siempre con el segundo mandamiento y pocas veces
nos ponemos a reflexionar si realmente estamos cumpliendo con el primero ya que
está a la base de todos los demás.
¿Te has puesto a pensar sobre cuánto amas a Dios? La ley nos dice que
se debe amar a Dios con todo el corazón, con toda nuestra mente, con todas
nuestras fuerzas pero ¿cómo? ¿Qué significa esto? El problema del amor es
siempre el punto de referencia. El cristiano tiene como único punto de
referencia a Cristo, es decir, al amar tenemos que hacerlo de la misma manera
que él lo hizo: hasta dar la vida por el ser amado. El mandamiento expresado
por la ley y por Cristo implicaría dar la vida por Dios, sin embargo, no
vayamos tan lejos, preguntémonos hoy: ¿seríamos capaces de dejar de hacer algo
que es pecado por amor a Dios?
Si no somos capaces de dejar el pecado por amor a Dios, mucho menos lo
seremos de donarle toda nuestra mente, todo nuestro corazón y todo nuestro ser
para que en nuestra vida encuentre su gloria. ¿Qué tanto amas a Dios?
¡Pruébaselo!
UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20250330
El amor y el arrepentimiento están profundamente interconectados en la
fe, formando una relación que refleja tanto la misericordia de Dios como el
crecimiento espiritual de los creyentes.
El amor de Dios es el punto de partida: Él ama incondicionalmente a sus
hijos, incluso cuando fallan. Este amor inagotable es lo que inspira el
arrepentimiento, ya que cuando una persona experimenta la profundidad de ese
amor, se siente llamada a responder dejando atrás el pecado y volviendo a Dios
con humildad y gratitud.
Por otro lado, el arrepentimiento es una expresión del amor hacia Dios.
Cuando alguien se arrepiente, reconoce sus fallas y su deseo de alinear su vida
con la voluntad divina, mostrando un corazón lleno de reverencia y afecto por
Él.
En esencia, el amor de Dios impulsa el arrepentimiento, y el
arrepentimiento, a su vez, alimenta un amor más profundo hacia Él. Juntos, son
el núcleo de una relación viva y transformadora con Dios.
EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20250330
«El hombre con dos hijos es Dios,
que tiene dos pueblos. El hijo mayor es el pueblo judío; el menor, el pueblo
gentil La herencia recibida del padre es la inteligencia, la mente, la memoria,
el ingenio y todo lo que Dios nos dio para que lo conozcamos y lo adoremos.
Tras haber recibido este patrimonio, el hijo menor se marchó a una región
lejana: lejana, es decir, hasta el olvido de su creador. Disipó su herencia
viviendo pródigamente: gastando y no adquiriendo, derrochando lo que poseía y
no adquiriendo lo que no tenía; es decir, consumiendo todo su ingenio en
dispendios, en ídolos, en toda clase de perversos deseos a los que la Verdad
llamó meretrices. No ha de extrañar que a ese dispendio siguiese el hambre.
Reinaba la penuria en aquella región: no penuria de pan visible, sino penuria
de la verdad invisible. Impelido por la necesidad, fue a dar con un jefe de
aquella región. Se entiende que se trata del diablo, jefe de los demonios, en
quien van a dar todos los curiosos, pues toda curiosidad ilícita no es otra
cosa que una pestilente penuria de verdad. Aquel hijo, arrancado de Dios por el
hambre de su inteligencia, fue reducido a servidumbre y le tocó ponerse a
cuidar cerdos; es decir, la servidumbre última e inmunda de que suelen gozarse
los demonios. En efecto, no en vano permitió el Señor a los demonios entrar en
la piara de los puercos. Aquí se alimentaba de bellotas, que no le saciaban.
Las bellotas son, a nuestro parecer, las doctrinas mundanas, que meten ruido,
pero no sacian; digno alimento para puercos, pero no para hombres; es decir,
las que producen satisfacción a los demonios, pero no hacen justos a los
fieles» (San Agustín (354-430). Sermón 112 A).
DOMINGO IV DE CUARESMA Ciclo C Domingo 30 de Marzo 2025
DOMINGO DE LA ALEGRÍA «LAETARE»
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 66, 10-11
Alégrate, Jerusalén, y que se reúnan cuantos la aman. Compartan su
alegría los que estaban tristes, vengan a saciarse con su felicidad.
No se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que por tu Palabra realizas admirablemente la
reconciliación del género humano, concede al pueblo cristiano prepararse con
generosa entrega y fe viva a celebrar las próximas fiestas de la Pascua. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[El pueblo de Dios celebró la Pascua al entrar en la tierra prometida.]
Del libro de Josué 5, 9a. 10-12
En aquellos días, el Señor dijo a Josué: “Hoy he quitado de encima de
ustedes el oprobio de Egipto”.
Los israelitas acamparon en Guilgal, donde celebraron la Pascua, al
atardecer del día catorce del mes, en la llanura desértica de Jericó.
El día siguiente a la Pascua, comieron del fruto de la tierra, panes
ázimos y granos de trigo tostados. A partir de aquel día, cesó el maná. Los
israelitas ya no volvieron a tener maná, y desde aquel año comieron de los
frutos que producía la tierra de Canaán. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 33
R/. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo. Yo me
siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo. R/.
Proclamemos la grandeza del Señor y alabemos todos juntos su poder.
Cuando acudí al Señor, me hizo caso y me libró de todos mis temores. R/.
Confía en el Señor y saltarás de gusto, jamás te sentirás decepcionado,
porque él Señor escucha el clamor de los pobres y los libra de todas sus
angustias. R/.
SEGUNDA LECTURA
[Dios nos reconcilió consigo por medio de Cristo.]
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios 5, 17-21
Hermanos: El que vive según Cristo es una creatura nueva; para él todo
lo viejo ha pasado. Ya todo es nuevo.
Todo esto proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de
Cristo y que nos confirió el ministerio de la reconciliación. Porque,
efectivamente, en Cristo, Dios reconcilió al mundo consigo y renunció a tomar
en cuenta los pecados de los hombres, y a nosotros nos confió el mensaje de la
reconciliación.
Por eso, nosotros somos embajadores de Cristo, y por nuestro medio, es
Dios mismo el que los exhorta a ustedes. En nombre de Cristo les pedimos que se
reconcilien con Dios.
Al que nunca cometió pecado, Dios lo hizo “pecado” por nosotros, para
que, unidos a él, recibamos la salvación de Dios y nos volvamos justos y
santos. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 15, 18
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Me levantaré, volveré a mi padre y le diré: “Padre, he pecado contra el
cielo y contra ti”. R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
EVANGELIO
[Tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida.]
Del santo Evangelio según san Lucas 15, 1-3. 11-32
En aquel tiempo, se acercaban a Jesús los publícanos y los pecadores
para escucharlo. Por lo cual los fariseos y los escribas murmuraban entre sí:
“Este recibe a los pecadores y come con ellos”.
Jesús les dijo entonces esta parábola: “Un hombre tenía dos hijos, y el
menor de ellos le dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de la herencia que me
toca’. Y él les repartió los bienes.
No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, se fue a
un país lejano y allá derrochó su fortuna, viviendo de una manera disoluta.
Después de malgastarlo todo, sobrevino en aquella región una gran hambre y él
empezó a padecer necesidad.
Entonces fue a pedirle trabajo a un habitante de aquel país, el cual lo
mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tenía ganas de hartarse con las bellotas
que comían los cerdos, pero no lo dejaban que se las comiera. Se puso entonces
a reflexionar y se dijo: ‘¡Cuántos trabajadores en casa de mi padre tienen pan
de sobra, y yo, aquí, me estoy muriendo de hambre! Me levantaré, volveré a mi
padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco
llamarme hijo tuyo. Recíbeme como a uno de tus trabajadores’. Enseguida se puso
en camino hacia la casa de su padre.
Estaba todavía lejos, cuando su padre lo vio y se enterneció
profundamente. Corrió hacia él, y echándole los brazos al cuello, lo cubrió de
besos. El muchacho le dijo: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya
no merezco llamarme hijo tuyo’. Pero el padre les dijo a sus criados:
‘¡Pronto!, traigan la túnica más rica y vístansela; pónganle un anillo en el
dedo y sandalias en los pies; traigan el becerro gordo y mátenlo. Comamos y
hagamos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida,
estaba perdido y lo hemos encontrado’. Y empezó el banquete.
El hijo mayor estaba en el campo y al volver, cuando se acercó a la
casa, oyó la música y los cantos. Entonces llamó a uno de los criados y le
preguntó qué pasaba. Este le contestó: ‘Tu hermano ha regresado y tu padre
mandó matar el becerro gordo, por haberlo recobrado sano y salvo’. El hermano
mayor se enojó y no quería entrar.
Salió entonces el padre y le rogó que entrara; pero él replicó: ‘¡Hace
tanto tiempo que te sirvo, sin desobedecer jamás una orden tuya, y tú no me has
dado nunca ni un cabrito para comérmelo con mis amigos! Pero eso sí, viene ese
hijo tuyo, que despilfarró tus bienes con malas mujeres, y tú mandas matar el
becerro gordo’.
El padre repuso: ‘Hijo, tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo.
Pero era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este hermano tuyo estaba
muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo hemos encontrado’ ”. Palabra
del Señor.
PTOFESIÓN DE FE
Credo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder
de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y
está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a
juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la
carne y la vida eterna.
Amén.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Oremos al Señor, que no desea la muerte del pecador, sino que se
convierta y viva, y pidámosle que tenga misericordia de su pueblo:
Para que Dios fortalezca la voluntad de los que se preparan a recibir
en estos días cuaresmales el sacramento de la penitencia y les conceda un
verdadero arrepentimiento de sus culpas, roguemos al Señor.
Para que el Señor abra la inteligencia y el corazón de los incrédulos,
de manera que lleguen al conocimiento de la verdad, y –en la fe– encuentren
aquel descanso que sin saberlo desean, roguemos al Señor.
Para que Dios conceda su ayuda a los que se sienten tentados y a todos
aquellos que con su sufrimiento participan de la Cruz de Cristo, roguemos al
Señor.
Para que todos nosotros perseveremos en el esfuerzo cuaresmal y
lleguemos, purificados, a las fiestas de Pascua que se acercan, roguemos al
Señor.
Dios, rico en misericordia, que recibes con el abrazo del perdón a tus
hijos que, arrepentidos, retornan a ti. Perdona nuestras culpas y revístenos
con vestiduras de fiesta, para que podamos participar en el banquete eterno de
tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te presentamos, Señor, llenos de alegría, estas ofrendas para el
sacrificio redentor, y pedimos tu ayuda para celebrarlo con fe sincera y
ofrecerlo dignamente por la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
PREFACIO ll DE CUARESMA
El espíritu de la penitencia cuaresmal
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. Porque misericordiosamente estableciste este tiempo especial de gracia
para que tus hijos busquen de nuevo la pureza del alma y así, libres de todo
afecto desordenado, no se afanen en las realidades transitorias, sino, antes
bien, pongan su corazón en aquellas que duran para siempre. Por eso, con todos
los ángeles y los santos, te alabamos, diciendo sin cesar el himno de tu
gloria: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 15, 32
Alégrate, hijo mío, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la
vida, estaba perdido y lo hemos encontrado.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo,
ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para que podamos
siempre pensar lo que es digno y grato a tus ojos y amarte con sincero corazón.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Protege, Señor, a quienes te invocan, ayuda a los débiles y reaviva
siempre con tu luz a quienes caminan en medio de las tinieblas de la muerte;
concédeles que, liberados por tu bondad de todos los males, alcancen los bienes
supremos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
miércoles, 26 de marzo de 2025
Evangelio del 27 de marzo 2025 Lucas 11, 14-23
En aquel tiempo, Jesús expulsó a un demonio, que era mudo. Apenas salió
el demonio, habló el mudo y la multitud quedó maravillada. Pero algunos decían:
«Éste expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el príncipe de los
demonios». Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa.
Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: «Todo reino
dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si
Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino?
Ustedes dicen que yo arrojo a los demonios con el poder de Satanás. Entonces,
¿con el poder de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos
serán sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios por el poder de Dios, eso
significa que ha llegado a ustedes el Reino de Dios.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes
están seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita
las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no está
conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama».
Reflexión
La manifestación definitiva de la victoria del Reino y de Jesús es el
hecho de que el demonio no tiene ya poder sobre el mundo y la humanidad.
Sin embargo, esto no ocurrirá totalmente sino hasta el final de los
tiempos, cuando, como dice San Pablo, todo incluyendo la muerte, será puesto
bajo los pies de Jesús. Mientras tanto, nos acogemos al poder salvífico de
Jesús que obra en la medida que "estamos con él", en la medida en que
nos sentimos necesitados. Sabemos que de manera ordinaria el demonio sólo opera
en el ámbito de la tentación. Jesús es quien tiene el poder para ayudarnos a
vencer nuestras tentaciones, por eso el tiempo de la cuaresma es un tiempo
privilegiado para crecer en nuestra relación con Dios mediante la oración.
En la medida en que "estamos" más con Jesús, el demonio tiene
menos oportunidad de destruirnos. Aprovechemos nuestra cuaresma incrementando
el tiempo que dedicamos a nuestra oración personal.
martes, 25 de marzo de 2025
Evangelio del 26 de marzo 2025 Mateo 5, 17-19
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No crean que he venido a
abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud.
Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de
cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley.
Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe
eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los
cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos».
Reflexión
Con estas palabras nos enseña Jesús dos cosas. Primero, que el Antiguo
Testamento forma parte auténtica de la revelación de Dios y segundo, que no hay
mandamientos pequeños o enseñanzas banales en la Escritura.
Cierto que el Antiguo Testamento, por haber sido escrito en un tiempo y
cultura lejanos a nosotros, no siempre es fácil de entender. Sin embargo, esto
no quiere decir que no debemos buscar en él la voluntad de Dios. Por otro lado,
es cierto que no todo lo que entendemos, incluso del Nuevo Testamento, es fácil
de cumplir. Requiere, ante todo, de la firme convicción de que esto es lo que
Dios quiere, y que como tal, debemos de respetarlo y actuar como él nos lo
propone.
Es importante tenerlo en mente, pues, en esta confusión moral e incluso
teológica, no faltan las opiniones sobre algunos aspectos de la Escritura, que
no se toman en cuenta y son causa de dolor y de malestar para nosotros mismos y
para la sociedad. Estemos siempre atentos, tengamos como fuente de sabiduría la
Palabra de Dios, y como fuente de conocimiento e interpretación el
"Magisterio Ordinario de la Iglesia".
lunes, 24 de marzo de 2025
Evangelio del 25 de marzo 2025 Lucas 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de
Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de
David, llamado José. La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: «Alégrate, llena de
gracia, el Señor está contigo». Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y
se preguntaba qué querría decir semejante saludo.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia ante
Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él
será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de
David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su
reinado no tendrá fin».
María le dijo entonces al ángel: «¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo
permanezco virgen?» El ángel le contestó: «El Espíritu Santo descenderá sobre
ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va
a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que
a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que
llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios». María contestó: «Yo
soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho». Y el ángel se
retiró de su presencia.
Reflexión
Uno de los valores más exquisitos que permiten que el Reino de los
cielos se instaure es la disponibilidad. La vida no es siempre fácil y nuestros
proyectos, en muchas ocasiones, se ven modificados incluso drásticamente.
Creo sinceramente que María tendría otros planes para su matrimonio,
sin embargo, se presenta siempre disponible a la voluntad y a la acción de Dios
en su vida. Y esto es precisamente lo que hace que el Reino de los cielos se
haga una realidad. El Sí disponible de María une el cielo con la tierra.
Busquemos, no sólo hoy, sino toda nuestra vida, poner buena cara a los
cambios que Dios va realizando en nuestra vida, teniendo presente que esta
disponibilidad hará de nosotros un instrumento valioso para que el Reino se
realice en nuestras familias y en nuestra sociedad.
domingo, 23 de marzo de 2025
Evangelio del 24 de marzo 2025 Lucas 4, 24-30
En aquel tiempo, Jesús llegó a Nazaret, entró a la sinagoga y dijo al
pueblo: «Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente en
Israel muchas viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó la lluvia durante
tres años y medio, y hubo un hambre terrible en todo el país; sin embargo, a
ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta,
ciudad de Sidón. Había muchos leprosos en Israel, en tiempos del profeta
Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, que era de
Siria».
Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y
levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta una barranca del
monte, sobre el que estaba construida la ciudad, para despeñarlo. Pero él,
pasando por en medio de ellos, se alejó de allí.
Reflexión
La historia se repite, quizás, la diferencia sea que hoy la manera en
que se rechaza al profeta es diferente. Hoy ya no se les busca para matarlos,
simplemente se les ignora.
Pensemos en cuántas veces hemos escuchado a Jesús en la Misa, en un
retiro, en una conversación y, cuántas veces hemos hecho caso omiso de sus
palabras. ¿Cuántas veces nos ha mandado diferentes profetas en la persona de
nuestros padres, maestros, amigos, sacerdotes, buscando un cambio en nuestra
vida, buscando nuestra conversión y nosotros simplemente hemos dejado que la
palabra o el consejo entre por un oído y salga por otro?
Ciertamente nosotros no hemos despeñado a Jesús desde la barranca, pero
¿cuántos de nosotros lo tenemos silenciado dentro de un cajón o lleno de polvo
en un librero? La Cuaresma nos invita a abrir no sólo nuestro corazón, sino
toda nuestra vida al mensaje de los profetas, al mensaje de Cristo, a su
Evangelio y a su amor. No desaprovechemos esta oportunidad.
viernes, 21 de marzo de 2025
¿Qué te impide entrar en la Casa del Padre para la fiesta de la reconciliación y del reencuentro?