En aquel tiempo, Pedro le dijo a Jesús: "Señor, ya ves que
nosotros lo hemos dejado todo para seguirte".
Jesús le respondió: "Yo les aseguro: Nadie que haya dejado casa, o
hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras, por mí y por el
Evangelio, dejará de recibir, en esta vida, el ciento por uno en casas,
hermanos y hermanas, madres e hijos y tierras, junto con persecuciones, y en el
otro mundo, la vida eterna. Y muchos que ahora son los primeros serán los
últimos, y muchos que ahora son los últimos, serán los primeros".
Reflexión
Este pasaje, usado de manera ordinaria por la pastoral vocacional
referido a dejar casa y familia por seguir al Señor, pude tener un significado
más profundo para todos nosotros. Recordemos que el contexto es la negación del
hombre que no ha querido dejar aquello que lo ataba para seguir a Cristo. Es
por ello por lo que Pedro dice a Jesús que él y sus compañeros sí lo han dejado
todo por seguirlo.
En este contexto podemos pensar que la pregunta de Pedro está también
referida a aquellos que, aun haciendo un fuerte sacrificio y con todo el dolor
que puede implicar han dejado lo que los detenía para seguir al Señor. No se
trata, pues, de dejar nuestras casas, a nuestras familias y todo lo que se
posee, sino de dejar aquello que nos impide responderle con más generosidad al
Señor. Jesús espera de nosotros una respuesta total.
Esto, por un lado nos llenará de dones y gracias, dándonos la paz y la
alegría (manifestada en el pasaje como el ciento por uno, figura de abundancia
y plenitud); y por otro lado, nos convertirá en buenos instrumentos para que el
mensaje del evangelio se difunda en nuestros ambientes. Piensa entonces, por un
momento qué cosas te ayudarían a responder con más generosidad al llamado de
Dios.
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