lunes, 16 de julio de 2012

Te doy gracias Padre...




Texto bíblico (Mt 11, 25-26)
¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.

Reflexión
No es raro encontrar personas a quienes la ciencia acaba por volverlas tontas. La pequeñez, de la que habla el Evangelio, es por sí misma una permanente apertura a Dios.
¡Pero cuidado! Pequeñez no significa rechazo a la instrucción, al conocimiento. Esto no es pequeñez evangélica, es pereza, o quizá miedo a que me quiten el único espacio en que sé moverme.

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