"¿Por qué este acontecimiento es tan
importante? Porque con él comenzó a realizarse la adhesión de los pueblos
paganos a la fe en Cristo, según la promesa hecha por Dios a Abraham que nos
refiere el libro del Génesis: "Por ti serán bendecidos todos los linajes
de la tierra" (Gn 12,3). Por tanto, si María, José y los pastores de Belén
representan al pueblo de Israel que acogió al Señor, los Magos son, en cambio,
las primicias de los gentiles, llamados también ellos a formar parte de la
Iglesia, nuevo pueblo de Dios, que ya no se basa en la homogeneidad étnica,
lingüística o cultural, sino sólo en la fe común en Jesús, Hijo de Dios. Por
eso, la Epifanía de Cristo es al mismo tiempo epifanía de la Iglesia, es decir,
manifestación de su vocación y misión universal". S. S. Benedicto I XVI
(2007).
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