Ma1 3, 19-20; Lc 21, 5-19
En un primer momento, según afirman tanto el profeta Malaquías, como el evangelista Lucas, prevalecerá la
prepotencia de los malvados y de los perseguidores en perjuicio de los justos
que se mantienen fieles a Dios. Su triunfo no es definitivo. Dios es el único
Señor de la historia. Tal como lo anuncia el discurso escatológico en este
pasaje evangélico, los verdaderos discípulos jamás estarán exentos de padecer
rechazos y persecuciones. Estas
advertencias no pretenden desanimar son oportunas para que no desfallezcamos en el momento de dar
testimonio del amor de Dios.
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