viernes, 1 de noviembre de 2019

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20191103


El Evangelio de san Lucas 19,1-10 proclama de manera decidida el mensaje de la misericordia divina. Lo hace a través de parábolas típicas del tercer Evangelio. En la tradición de san Lucas encontramos igualmente un insistente llamado a la conversión. Misericordia divina y conversión humana como dos dimensiones inseparables de la salvación. El episodio de san Lucas lo ilustra de forma muy transparente. El encuentro del recaudador con Jesús es una oferta de salvación. La mirada de Jesús es un llamado personalizado a la conciencia de Zaqueo. El entusiasmo con el cual el recaudador responde al llamado transparenta su voluntad de reorientar su vida. No es un entusiasmo pasajero, sino un reajuste decisivo en su forma de vivir. Restablecerá las relaciones justas con las víctimas que había agraviado, devolviéndoles al cuatro por uno lo robado. Y para mostrar agradecimiento por la gratuidad del perdón recibido, repartirá la mitad de los bienes a los pobres. Gestos y decisiones que mantienen su validez en todo proceso de conversión.

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