LOS MALVADOS Y ARROGANTES
Ma1 3, 19-20; 2 Tes 3, 7-12; Lc 21, 5-19
En un primer momento, según afirman tanto el profeta Malaquías (Cfr como el evangelista Lucas, prevalecerá la
prepotencia de los malvados y de los perseguidores en perjuicio de los justos
que se mantienen fieles a Dios. Su triunfo no es definitivo. Dios es el único
Señor de la historia. Tal como lo anuncia el discurso escatológico en este
pasaje evangélico, los verdaderos discípulos jamás estarán exentos de padecer
rechazos y persecuciones. El tiempo del conflicto se prolonga, como también se
prolonga el llamado a dar un testimonio de fidelidad en el nombre de Jesús:
"los conducirán ante reyes y gobernadores por causa mía". Estas
advertencias no pretenden desanimar a los discípulos, al contrario, son
advertencias oportunas para que no desfallezcamos en el momento de dar
testimonio del amor de Dios. Así lo ratifica Malaquías con gran confianza: a
los que respetan mi nombre los alumbrará el sol de la justicia.
ANTÍFONA DE ENTRADA Jr 29, 11. 12. 14
Yo tengo designios de paz, no de aflicción, dice el Señor. Ustedes me
invocarán y yo los escucharé y los libraré de la esclavitud donde quiera que se
encuentren.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, Dios nuestro, alegrarnos siempre en tu servicio
porque la profunda y verdadera alegría está en servirte siempre a ti, autor de
todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Brillará para ustedes el sol de justicia.
Del libro del profeta Malaquías: 3,19-20
"Ya viene el día del Señor, ardiente como un horno, y todos los
soberbios y malvados serán como la paja. El día que viene los consumirá, dice
el Señor de los ejércitos, hasta no dejarles ni raíz ni rama. Pero para
ustedes, los que temen al Señor, brillará el sol de justicia, que les traerá la
salvación en sus rayos”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 97, 5-6. 7-8.9.
R/. Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Señor al son del arpa, aclamemos al son de los clarines al
Señor, nuestro Rey. R/.
Alégrese el mar y el mundo submarino, el orbe y todos los que en él
habitan. Que los ríos estallen en aplausos y las montañas salten de alegría.
R/.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe.
Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones. R/.
SEGUNDA LECTURA
El que no quiera trabajar, que no coma.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses: 3, 7-12
Hermanos: Ya saben cómo deben vivir para imitar mi ejemplo, puesto que,
cuando estuve entre ustedes, supe ganarme la vida y no dependí de nadie para
comer; antes bien, de día y de noche trabajé hasta agotarme, para no serles
gravoso. Y no porque no tuviera yo derecho a pedirles el sustento, sino para
darles un ejemplo que imitar. Así, cuando estaba entre ustedes, les decía una y
otra vez: "El que no quiera trabajar, que no coma".
Y ahora vengo a saber que algunos de ustedes viven como holgazanes, sin
hacer nada, y además, entrometiéndose en todo. Les suplicamos a esos tales y
les ordenamos, de parte del Señor Jesús, que se pongan a trabajar en paz para
ganarse con sus propias manos la comida. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 21, 28
R/. Aleluya, aleluya.
Estén atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su
liberación, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Si perseveran con paciencia, salvaran sus almas.
Del santo Evangelio según san Lucas: 21, 5-19
En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción
del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo:
"Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están
admirando; todo será destruido".
Entonces le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y
cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?". Él les respondió:
"Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi
nombre y dirán: 'Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado'. Pero no les hagan
caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el
pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin".
Luego les dijo: "Se levantará una nación contra otra y un reino
contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y
hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles. Pero antes de
todo esto los perseguirán y los apresarán, los llevarán a los tribunales y a la
cárcel, y los harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Con
esto ustedes darán testimonio de mí.
Grábense bien que no tienen que preparar de ante-mano su defensa,
porque yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir
ningún adversario de ustedes.
Los traicionarán hasta sus propios padres, hermanos, parientes y
amigos. Matarán a algunos de ustedes, y todos los odiarán por causa mía. Sin
embargo, ni un cabello de su cabeza perecerá. Si se mantienen firmes,
conseguirán la vida". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su
reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que
procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma
adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es
una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el
perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del
mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja con
bondad nuestras peticiones, digamos con fe y devoción: Te rogamos, Señor. (R/.
Te rogamos, Señor.)
Para que el Señor, el único que puede inspirar y llevar a término los
buenos propósitos, multiplique el número de fieles que, abandonando todas las
cosas, se consagren exclusivamente a él en la vida religiosa, roguemos al
Señor.
Para que Dios, al que han de servir los poderes humanos, conceda a los
jefes de las naciones, buscar la voluntad divina, temer a Dios en el
cumplimiento de su misión y acertar en sus decisiones, roguemos al Señor.
Para que Dios, que ha creado los alimentos para los seres vivos, mire
con misericordia a las creaturas que en distintos lugares pasan hambre y les
conceda el alimento necesario, roguemos al Señor.
Para que el Señor, que nos ha dado el mandamiento nuevo del amor, nos
dé fuerza para amar a nuestros enemigos y para cumplir su precepto de devolver
bien por mal, roguemos al Señor.
Dios nuestro, principio y fin de todas las cosas, que quieres reunir a
toda la humanidad para formar el templo vivo del Cuerpo de tu Hijo, escucha las
oraciones de la Iglesia suplicante y haz que, a través de los acontecimientos,
alegres y tristes, de la propia vida, mantengamos firme la esperanza de que,
sufriendo con perseverancia, ganaremos la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que estas ofrendas que ponemos bajo tu mirada, nos
obtengan la gracia de vivir entregados a tu servicio y nos alcancen, en
recompensa, la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
El Misterio Pascual y el Pueblo de Dios
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y fuente de salvación
darte gracias y alabarte siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios
todopoderoso y eterno, por Cristo Señor nuestro. Quien, por su Misterio
Pascual, realizó la obra maravillosa de llamamos de la esclavitud del pecado y
de la muerte al honor de ser estirpe elegida, sacerdocio real, nación
consagrada, pueblo de tu propiedad, para que, trasladados por ti de las
tinieblas a tu luz admirable, proclamemos ante el mundo tus maravillas. Por eso
con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos
sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 72, 28
Mi felicidad consiste en estar cerca de Dios y en poner sólo en él mis
esperanzas.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al recibir, Señor, el don de estos sagrados misterios, te suplicamos
humildemente que lo que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria, suya, nos
aproveche para crecer en nuestra caridad fraterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
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