En aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: "Cuídense de la
gente, porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los
llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimonio de mí
ante ellos y ante los paganos. Pero, cuando los injurien, no se preocupen por
lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque, en ese momento se les
inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los que hablen, sino el
Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes. El hermano entregará a su
hermano a la muerte y el padre, a su hijo; los hijos se levantarán contra sus
padres y los matarán; todos los odiarán a ustedes por mi causa, pero el que
persevere hasta el fin se salvará".
Reflexión
El pasaje nos recuerda que seguir la verdad a menudo nos pone en
conflicto con las estructuras del mundo (tribunales y sinagogas). Sin embargo,
esa postura no es de derrota, sino de confianza absoluta.
Jesús dice: "No se preocupen por lo que van a decir... el Espíritu
de su Padre hablará por ustedes". No
caminamos con nuestras propias fuerzas; en el momento de la prueba, recibimos
la sabiduría necesaria.
"El que persevere hasta el fin, se salvará". Es una invitación
a mantenernos firmes y fieles a nuestros valores, incluso cuando el entorno se
vuelve hostil.

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