En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Me voy ya al que me
envió y ninguno de ustedes me pregunta: '¿A dónde vas?' Es que su corazón se ha
llenado de tristeza porque les he dicho estas cosas. Sin embargo, es cierto lo
que les digo: Les conviene que me vaya; porque si no me voy, no vendrá a
ustedes el Consolador; en cambio, si me voy, yo se lo enviaré.
Y cuando él venga, establecerá la culpabilidad del mundo en materia de
pecado, de justicia y de juicio; de pecado, porque ellos no han creído en mí;
de justicia, porque me voy al Padre y ya no me verán ustedes; de juicio, porque
el príncipe de este mundo ya está condenado".
Reflexión
Quizás una de las acciones más importantes que ejerce el Espíritu Santo
en nuestros corazones es el de "convencernos del pecado".
Este es el paso definitivo de una conversión profunda y verdadera. Por
ello, pide al Espíritu Santo que te haga comprender interiormente la necesidad
de Dios, pídele que te convenza del pecado para que puedas, con la ayuda
divina, evitarlo y vivir la paz y la alegría del Reino.
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