Después de la multiplicación de los panes, cuando Jesús dio de comer a
cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago. Al día
siguiente, la multitud, que estaba en la otra orilla del lago, se dio cuenta de
que allí no había más que una sola barca y de que Jesús no se había embarcado
con sus discípulos, sino que éstos habían partido solos. En eso llegaron otras
barcas desde Tiberíades al lugar donde la multitud había comido el pan. Cuando
la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y
fueron a Cafarnaúm para buscar a Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron:
"Maestro, ¿cuándo llegaste acá?" Jesús les contestó: "Yo les
aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto señales milagrosas,
sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse. No trabajen por ese
alimento que se acaba, sino por el alimento que dura para la vida eterna y que
les dará el Hijo del hombre; porque a éste, el Padre Dios lo ha marcado con su
sello".
Ellos le dijeron: "¿Qué necesitamos para llevar a cabo las obras
de Dios?" Respondió Jesús: "La obra de Dios consiste en que crean en
aquel a quien él ha enviado".
Reflexión
Es importante el trabajo en nuestra vida, Jesús mismo trabajó de la
misma manera que nosotros lo hacemos; después, como trabajo, realizó el anuncio
de la Palabra de Dios. El mismo San Pablo les dice a los tesalonicenses:
"El que no quiera trabajar que tampoco coma".
Sin embargo, ya había dicho Jesús que no sólo de pan vive el hombre.
Es, pues, importante, junto con nuestro trabajo cotidiano, con el cual
sostenemos el cuerpo, el trabajar también por el alimento espiritual el cual
nos es dado por el mismo Cristo.
La lectura diaria del "pan de la Palabra", nuestra lectura
espiritual, nuestro rato de oración son los elementos que, como veremos en
estos días, unidos a la Eucaristía, hacen que nuestra vida espiritual crezca y
se fortalezca. Muchos cristianos hoy en día viven con una grande anemia
espiritual que los puede llevar incluso a la muerte espiritual.
Si en todos los comerciales de golosinas han incluido la frase:
"Aliméntate bien, come frutas y verduras", nosotros podríamos decir:
¡Aliméntate bien, ora, medita y comulga!
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