Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella, mas allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, cerrando puertas o cerrando capítulos. Como quieras llamarlo, lo importante es poder cerrarlos, dejar momentos de la vida que se van clausurando.
¿Terminaste con tu trabajo? ¿Se acabo tu relación? ¿Ya no vives mas en tu casa? ¿La amistad se acabo?
Puedes pasar todo el tiempo revolcando los porqués y tratar de entender tal o cual hecho. No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos por qué. Lo que sucedió, sucedió y hay que soltar, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos ni adolescentes tardíos ni tener vínculos con quien no quiere estar involucrado con nosotros.
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Deja ir, soltar desprenderse. Es un proceso de aprender a desprenderse y humanamente se puede lograr, porque nada ni nadie nos es indispensable.
José Antonio Brito Solís
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