Tómate de la mano de Dios, y pídele valor necesario para confrontar tus errores,sin justificar ni delegar en los demás. Pídele que te mantenga abrazado bajo su luz y protección para que sepas que no estas sólo y que, quien hizo mar y tierra, no te reprocha ni te condena, solo desea que aprendas de tus errores para forjar tu propia historia, para continuar tu camino de crecimiento interior y tu evolución como ser humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario