“No somos el producto casual y sin sentido de la evolución. Cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios. Cada uno de nosotros es querido, cada uno es amado, cada uno es necesario. Nada hay más hermoso que haber sido alcanzados, sorprendidos, por el Evangelio. Por Cristo. Nada más bello que conocerle y comunicar a los otros la amistad con Él”
Benedicto XVI Homilía de celebración Eucarística de la inauguración solemne de su pontificado. Domingo 24 de abril 2005.
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