viernes, 30 de mayo de 2025

Evangelio del 31 de mayo 2025 Lucas 1, 39-56

 


En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno.

Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.

Entonces dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre, y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen.

Él hace sentir el poder de su brazo: dispersó a los de corazón altanero, destronó a los potentados y exaltó a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió sin nada.

Acordándose de su misericordia, vino en ayuda de Israel, su siervo, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y a su descendencia, para siempre”. María permaneció con Isabel unos tres meses, y luego regresó a su casa.

 

Reflexión

 

En este hermosísimo pasaje, san Lucas nos ha retratado el interior de María Santísima. En él, expresa lo que sentía y pensaba, no sólo de Dios en sí mismo y su actuación para con su pueblo, sino la profunda relación que mantenía con él y que es el motor de toda su vida.

 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20250601

San Lucas enfatiza, en el relato de la Ascensión, que se ha verificado un cambio de época. El tiempo y la misión de Jesús en la tierra de Israel ha llegado a su término, ahora da inicio el tiempo de la misión cristiana. El mensajero Jesús se convierte en mensaje. En el nombre de Jesús se ofrece el perdón y la reconciliación a quien se decida a creer. El cumplimiento de tan grande misión excedía las capacidades de los discípulos. Eran demasiado débiles y carentes de elocuencia para convencer a los sabios y entendidos. Jesús los alecciona asegurándoles que la misión de proclamar el mensaje será cumplida con la fuerza de Dios. La misión continúa.






jueves, 29 de mayo de 2025

Evangelio del 30 de mayo 2025 Juan 16, 20-23

 


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Les aseguro que ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se transformará en alegría.

Cuando una mujer va a dar a luz, se angustia, porque le ha llegado la hora; pero una vez que ha dado a luz, ya no se acuerda de su angustia, por la alegría de haber traído un hombre al mundo. Así también ahora ustedes están tristes, pero yo los volveré a ver, se alegrará su corazón y nadie podrá quitarles su alegría. Aquel día no me preguntarán nada".

 

Reflexión

 

La alegría de Dios es algo duradero, no es temporal ni esporádica; no se parece, de hecho, a la que el mundo y sus pasatiempos pueden producir. La razón es que esta alegría es interior pues es producida directamente por el Espíritu Santo.

Por eso Jesús dice: "que nadie podrá quitarnos esta alegría". Puede ser que pasemos por situaciones difíciles y apremiantes, sin embargo, la alegría interior se convierte en un río interno que pacifica, conforta y da armonía a toda nuestra vida, haciéndonos capaces de afrontar y resolver cualquier problema o dificultad, por difícil o grave que éste sea. Esta alegría y paz es tal, que por eso dice Jesús también: "Ese día no me preguntarán nada".

Y es que cuando el corazón está lleno de Dios, ¿qué cosa puede ser importante para el hombre sino Dios mismo? ¿Qué pregunta podría surgir de este corazón? Ninguna: Dios lo es todo, Dios lo llena todo, Dios lo ilumina todo. Pidamos al Espíritu: Ven Espíritu de alegría y de paz y llena todo nuestro ser, toda nuestra vida y haznos experimentar el poder y el amor del Dios que Salva.

 

 

miércoles, 28 de mayo de 2025

Evangelio del 29 de mayo 2025 Juan 16, 16-20


 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Dentro de poco tiempo ya no me verán; y dentro de otro poco me volverán a ver". Algunos de sus discípulos se preguntaban unos a otros: "¿Qué querrá decir con eso de que: 'Dentro de poco tiempo ya no me verán, y dentro de otro poco me volverán a ver', y con eso de que: 'Me voy al Padre'?" Y se decían: "¿Qué significa ese 'un poco'? No entendemos lo que quiere decir".

Jesús comprendió que querían preguntarle algo y les dijo: "Están confundidos porque les he dicho: 'Dentro de poco tiempo ya no me verán y dentro de otro poco me volverán a ver'. Les aseguro que ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se transformará en alegría".

 

Reflexión

 

En esta despedida de Jesús, les hace ver de nuevo a sus discípulos el contraste entre la vida cristiana y la vida del mundo: "Ustedes se entristecerán y el mundo se alegrará con mi partida".

Y es que el mundo nos propone como la verdadera fuente de la felicidad un mundo sin Dios, en donde cada uno puede regir su vida como mejor le parezca. Los cristianos, por el contrario, hemos entendido que la vida sin Dios es caos, destrucción, angustia y soledad. Por ello la lucha en nuestro corazón continúa, pues no faltan las invitaciones a vivir, si no toda nuestra vida, sí muchas situaciones particulares (fiestas, negocios, relaciones en el noviazgo o el matrimonio, etc.) al margen de Dios.

Si por nuestra debilidad nos hemos dejado llevar por estas invitaciones, ¡ánimo!, el Señor no nos ha abandonado; y si te sientes ahorita triste y desanimado porque tu vida atraviesa por un período en donde no sientes la cercanía de Dios ¡ánimo! Jesús prometió que tu tristeza se convertirá en gozo. Y Jesús no miente. ¡Ten fe!

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20250601

 


«Si en la casa de Dios Padre no hubiera muchas estancias, decía el Señor, sería causa suficiente para anticiparme a preparar mansiones para los santos; pero como sé que hay ya muchas preparadas esperando la llegada de los que aman a Dios, no es ésta la causa de mi partida, sino la de prepararos el retorno al camino del cielo, como se prepara una estancia, y allanar lo que un tiempo era intransitable. En efecto, el cielo era absolutamente inaccesible al hombre y jamás, hasta entonces, la naturaleza humana había penetrado en el puro y santísimo ámbito de los ángeles. Cristo fue el primero que inauguró para nosotros esa vía de acceso y ha facilitado al hombre el modo de subir allí, ofreciéndose a sí mismo a Dios Padre como primicia de los muertos y de los que yacen en la tierra. Él es el primer hombre que se ha manifestado a los espíritus celestiales. Por esta razón, los ángeles del cielo, ignorando el augusto y grande misterio de aquella venida en la carne, contemplaban atónitos y maravillados a aquel que ascendía, y, asombrados ante el novedoso e inaudito espectáculo, no pudieron menos de exclamar: ¿Quién es ése que viene de Edom? Esto es, de la tierra. Pero el Espíritu no permitió que aquella multitud celeste continuase en la ignorancia de la maravillosa sabiduría de Dios Padre, antes bien mandó que se le abrieran las puertas del cielo como a Rey Señor del universo, exclamando: portones!, alzad los dinteles, que se alcen las antiguas compuertas: va a entrar el Rey de la Gloria. Así pues, nuestro Señor Jesucristo nos ha inaugurado un camino nuevo y vivo, como dice Pablo: Ha entrado no en un santuario construido por hombres, sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros» (San Cirilo de Alejandría [370-444]. Comentario al evangelio de Juan. Libro 9).

VII DOMINGO DE PASCUA, LA ASCENCIÓN DEL SEÑOR. Ciclo C Domingo 1 de junio 2025

 

 

«Compartan con mansedumbre la esperanza que hay en sus corazones». (Cfr. 1 Pe 3, 15-16)

 

Una vida «plena» junto a Dios…

 

Celebramos la Ascensión de Jesús al cielo, acaecida cuarenta días después de la Pascua. Contemplamos el misterio de Jesús que sale de nuestro espacio terreno para entrar en la plenitud de la gloria de Dios, llevando consigo nuestra humanidad:

¡Nuestra humanidad entra por primera vez en el cielo...! El Evangelio de San Lucas nos muestra la reacción de los discípulos ante el Señor que, mientras los bendecía, «se fue apartando de ellos y se fue elevando al cielo». No hubo en ellos dolor y desconsuelo, sino que, después de adorarlo, «regresaron a Jerusalén llenos de gozo» … Es el regreso de quien no teme ya a la ciudad que había rechazado al Maestro, que había visto la traición de Judas y la negación de Pedro. Que había visto la vergonzosa dispersión de los discípulos y la violencia de un poder que –con su ahora nuevo mensaje y con su testimonio tan lleno de entusiasmo– se sentía amenazado.

A partir de aquel día para los apóstoles y para todo discípulo de Cristo fue posible habitar en Jerusalén y en todas las ciudades del mundo, porque sobre todas las ciudades del mundo está el mismo cielo y cualquiera de sus habitantes puede alzar la mirada con esperanza hacia él… En este cielo habita aquel Dios que se ha revelado tan cercano que llegó a asumir el rostro de un hombre, Jesús de Nazaret. Él permanece para siempre el «Dios-con-nosotros» y no nos deja solos. Desde entonces podemos mirar hacia lo alto para reconocer delante de nosotros nuestro futuro… En la Ascensión de Jesús, el Crucificado-Resucitado, está la promesa de nuestra participación en la plenitud de vida junto a Dios Jesús nos ha asegurado que para este anuncio y para este testimonio seremos revestidos de «la fuerza que viene de lo alto», es decir, con el poder del Espíritu Santo… Aquí está el secreto de esta misión: la presencia entre nosotros del Señor resucitado, que con el don del Espíritu continúa abriendo nuestra mente y nuestro corazón, para anunciar su amor y su misericordia también en los ambientes más refractarios de nuestras ciudades… ¡Que en esta semana –que nos lleva a la gran fi esta de Pentecostés– sepamos permanecer espiritualmente en el Cenáculo, junto a la Virgen María, para acoger al Espíritu Santo! [Sintetizado de: Papa Francisco, Regina Coeli, 8-V-2016].

 

LA ASCENCIÓN DEL SEÑOR

 

ANTÍFONA DE ENTRADA Hech 1, 11

Hombres de Galilea, ¿qué hacen allí parados mirando al cielo?

Ese mismo Jesús, que los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto marcharse. Aleluya.

 

GLORIA

 

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Amén.

 

ORACIÓN COLECTA

 

Concédenos, Dios todopoderoso, rebosar de santa alegría y, gozosos, elevar a ti fervorosas gracias ya que la ascensión de Cristo, tu Hijo, es también nuestra victoria, pues a donde llegó él, que es nuestra cabeza, esperamos llegar también nosotros, que somos su cuerpo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

 

PRIMERA LECTURA

 

[Se fue elevando a la vista de sus apóstoles.]

 

Del libro de los Hechos de los Apóstoles 1, 1-11

 

En mi primer libro, querido Teófilo, escribí acerca de todo lo que Jesús hizo y enseñó, hasta el día en que ascendió al cielo, después de dar sus instrucciones, por medio del Espíritu Santo, a los apóstoles que había elegido. A ellos se les apareció después de la pasión, les dio numerosas pruebas de que estaba vivo y durante cuarenta días se dejó ver por ellos y les habló del Reino de Dios. Un día, estando con ellos a la mesa, les mandó: “No se alejen de Jerusalén. Aguarden aquí a que se cumpla la promesa de mi Padre, de la que ya les he hablado: Juan bautizó con agua; dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo”.

Los ahí reunidos le preguntaban: “Señor, ¿ahora sí vas a restablecer la soberanía de Israel?” Jesús les contestó: “A ustedes no les toca conocer el tiempo y la hora que el Padre ha determinado con su autoridad; pero cuando el Espíritu Santo descienda sobre ustedes, los llenará de fortaleza y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los últimos rincones de la tierra”.

Dicho esto, se fue elevando a la vista de ellos, hasta que una nube lo ocultó a sus ojos. Mientras miraban fijamente al cielo, viéndolo alejarse, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron: “Galileos, ¿qué hacen allí parados, mirando al cielo? Ese mismo Jesús que los ha dejado para subir al cielo, volverá como lo han visto alejarse”. Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL del salmo 46

 

R. Entre voces de júbilo, Dios asciende a su trono. Aleluya.

Aplaudan, pueblos todos; aclamen al Señor, de gozo llenos; que el Señor, el Altísimo, es terrible y de toda la tierra, rey supremo. R.

Entre voces de júbilo y trompetas, Dios, el Señor, asciende hasta su trono. Cantemos en honor de nuestro Dios, al rey honremos y cantemos todos. R.

Porque Dios es el rey del universo, cantemos el mejor de nuestros cantos. Reina Dios sobre todas las naciones desde su trono santo. R.

 

SEGUNDA LECTURA

 

[Cristo entró en el cielo mismo.]

 

De la carta a los hebreos 9, 24-28; 10, 19-23

 

Hermanos: Cristo no entró en el santuario de la antigua alianza, construido por mano de hombres y que sólo era figura del verdadero, sino en el cielo mismo, para estar ahora en la presencia de Dios, intercediendo por nosotros.

En la antigua alianza, el sumo sacerdote entraba cada año en el santuario para ofrecer una sangre que no era la suya; pero Cristo no tuvo que ofrecerse una y otra vez a sí mismo en sacrificio, porque en tal caso habría tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. De hecho, él se manifestó una sola vez, en el momento culminante de la historia, para destruir el pecado con el sacrificio de sí mismo.

Y así como está determinado que los hombres mueran una sola vez y que después de la muerte venga el juicio, así también Cristo se ofreció una sola vez para quitar los pecados de todos. Al final se manifestará por segunda vez, pero ya no para quitar el pecado, sino para la salvación de aquellos que lo aguardan, y en él tienen puesta su esperanza.

Hermanos, en virtud de la sangre de Jesucristo, tenemos la seguridad de poder entrar en el santuario, porque él nos abrió un camino nuevo y viviente a través del velo, que es su propio cuerpo. Asimismo, en Cristo tenemos un sacerdote incomparable al frente de la casa de Dios.

Acerquémonos, pues, con sinceridad de corazón, con una fe total, limpia la conciencia de toda mancha y purificado el cuerpo por el agua saludable. Mantengámonos inconmovibles en la profesión de nuestra esperanza, porque el que nos hizo las promesas es fiel a su palabra. Palabra de Dios.

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 28, 19. 20

 

R. Aleluya, aleluya.

Vayan y enseñen a todas las naciones, dice el Señor, y sepan que yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.

R. Aleluya.

 

EVANGELIO

 

[Mientras los bendecía, iba subiendo al cielo.]

 

Del santo Evangelio según san Lucas 24, 46-53

 

En aquel tiempo, Jesús se apareció a sus discípulos y les dijo: “Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de esto. Ahora yo les voy a enviar al que mi Padre les prometió. Permanezcan, pues, en la ciudad, hasta que reciban la fuerza de lo alto”.

Después salió con ellos fuera de la ciudad, hacia un lugar cercano a Betania; levantando las manos, los bendijo, y mientras los bendecía, se fue apartando de ellos y elevándose al cielo. Ellos, después de adorarlo, regresaron a Jerusalén, llenos de gozo, y permanecían constantemente en el templo, alabando a Dios. Palabra del Señor.

 

PROFESIÓN DE FE

 

CREDO de los Apóstoles

 

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

Amén.

 

ORACIÓN DE LOS FIELES:

 

Pongamos nuestra mirada en Jesús –que ha atravesado el cielo para interceder por nosotros– y pidámosle por las necesidades de todos los hombres:

1. Para que Cristo venga en ayuda de su Iglesia, que lucha en medio de las dificultades del mundo, y no permita que sus fieles se dejen cautivar por los bienes de la tierra, roguemos al Señor.

2. Para que Jesús –que prometió que, al ser elevado sobre la tierra, atraería a todos hacia sí– revele su nombre a los hombres que aún no lo conocen, roguemos al Señor.

3. Para que el Señor, llene de esperanza a los que sufren enfermedades en el cuerpo o angustias en el espíritu, roguemos al Señor.

4. Para que el Señor nos envíe el Espíritu Santo, a fin de que nos enseñe a amar los bienes de arriba y a no dejarnos cautivar por las cosas de la tierra, roguemos al Señor.

Padre todopoderoso, que has resucitado a tu Hijo, y lo has hecho Señor del universo, reconoce la voz de tu amado en las oraciones de la Iglesia y concédenos

lo que, con fe, te hemos pedido. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, por los siglos de los siglos.

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

 

Al ofrecerte, Señor, este sacrificio en la gloriosa festividad de la ascensión, concédenos que por este santo intercambio, nos elevemos también nosotros a las cosas del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PREFACIO

 

El misterio de la Ascensión

 

V/. El Señor esté con vosotros.

R/. Y con tu espíritu

V/. Levantemos el corazón.

R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

R/. Es justo y necesario.

 

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque Jesús, el Señor, el rey de la gloria, vencedor del pecado y de la muerte, ha ascendido [hoy] ante el asombro de los ángeles a lo más alto del cielo, como mediador entre Dios y los hombres, como juez de vivos y muertos. No se ha ido para desentenderse de este mundo, sino que ha querido precedernos como cabeza nuestra para que nosotros, miembros de su Cuerpo, vivamos con la ardiente esperanza de seguirlo en su reino. Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 28, 20

 

Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Aleluya.

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso y eterno, que nos permites participar en la tierra de los misterios divinos, concede que nuestro fervor cristiano nos oriente hacia el cielo, donde ya nuestra naturaleza humana está contigo. Por Jesucristo, nuestro Señor.


martes, 27 de mayo de 2025

Evangelio del 28 de mayo 2025 Juan 16, 12-15

 


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. El me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se los comunicará a ustedes".

 

Reflexión

 

En un mundo pluriforme no es difícil darnos cuenta de que, cada uno de nosotros tenemos parte de la verdad. La única verdad absoluta es Dios.

Toda nuestra vida será crecer en ella. La humildad y la oración hacen posible que ésta crezca y se manifieste en nosotros como sabiduría, prudencia, y amor a Dios y a nuestros hermanos. Pidamos incesantemente: Ven Espíritu Santo y muéstrame la verdad, muéstrame tu Verdad y hazme comprender que cada hombre tiene parte de esta verdad, de tu Verdad.

lunes, 26 de mayo de 2025

Evangelio del 27 de mayo 2025 Juan 16, 5-11

  


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Me voy ya al que me envió y ninguno de ustedes me pregunta: '¿A dónde vas?' Es que su corazón se ha llenado de tristeza porque les he dicho estas cosas. Sin embargo, es cierto lo que les digo: Les conviene que me vaya; porque si no me voy, no vendrá a ustedes el Consolador; en cambio, si me voy, yo se lo enviaré.

Y cuando él venga, establecerá la culpabilidad del mundo en materia de pecado, de justicia y de juicio; de pecado, porque ellos no han creído en mí; de justicia, porque me voy al Padre y ya no me verán ustedes; de juicio, porque el príncipe de este mundo ya está condenado".

 

Reflexión

 

Quizás una de las acciones más importantes que ejerce el Espíritu Santo en nuestros corazones es el de "convencernos del pecado".

Este es el paso definitivo de una conversión profunda y verdadera. Por ello, pide al Espíritu Santo que te haga comprender interiormente la necesidad de Dios, pídele que te convenza del pecado para que puedas, con la ayuda divina, evitarlo y vivir la paz y la alegría del Reino.

 

domingo, 25 de mayo de 2025

 


 


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando venga el Consolador, que yo les enviaré a ustedes de parte del Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, él dará testimonio de mí y ustedes también darán testimonio, pues desde el principio han estado conmigo.

Les he hablado de estas cosas para que su fe no tropiece. Los expulsarán de las sinagogas y hasta llegará un tiempo, cuando el que les dé muerte creerá dar culto a Dios. Esto lo harán, porque no nos han conocido ni al Padre ni a mí. Les he hablado de estas cosas para que, cuando llegue la hora de su cumplimiento, recuerden que ya se lo había predicho yo".

 

Reflexión

 

Jesús, como parte de la preparación final a sus apóstoles antes de la pasión los instruyó sobre dos cosas: la primera y más importante, es que serían revestidos de una fuerza interior que los convertiría en auténticos testigos de su amor y de su Reino.

Por otro lado, que el convertirse en auténticos testigos los llevará a afrontar una serie de dificultades, incluso a perder la vida como prueba de fidelidad. Estos dos elementos han estado presentes siempre en la Iglesia: el testimonio de Cristo, Mesías, llevado hasta las últimas consecuencias y la presencia activa del Espíritu que conforta, anima e impulsa a testificar que Jesús es el Señor y que solo en él hay Vida en Abundancia.

Quizás sería bueno esta semana reflexionar sobre la eficacia de nuestro testimonio ante los demás. Nuestro testimonio con nuestros compañeros de trabajo y en nuestra misma familia. Y por otro lado, hacernos conscientes de la presencia activa del Espíritu que obra en nosotros y nos asegura que sólo en Jesús hay vida.

viernes, 23 de mayo de 2025

Evangelio del 24 mayo 2025 Juan 15,18-21


 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Si el mundo los odia, sepan que me ha odiado a mí antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya; pero el mundo los odia porque no son del mundo, pues al elegirlos, yo los he separado del mundo.

Acuérdense de lo que les dije: 'El siervo no es superior a su señor'. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán, y el caso que han hecho de mis palabras, lo harán de las de ustedes. Todo esto se lo van a hacer por mi causa, pues no conocen a aquél que me envió".

 

Reflexión

 

Este día se nos antoja preguntarnos: ¿cuál es la relación que lleva el mundo conmigo? ¿El mundo me elogia? ¿Me premia? ¿Me estima? O bien, ¿me rechaza y persigue? La respuesta a estas preguntas es muy importante pues es la que define de qué lado del campo estamos.

Es necesario que en esta Pascua retomemos nuestro cristianismo y que seamos claramente identificables por el resto de la sociedad. Esto seguramente no traerá beneficio a nuestra vida, como no lo trajo a la de Jesús, pero entonces y solo entonces estaremos dando un signo claro de nuestra adhesión al Maestro, seremos entonces llamados con toda propiedad cristianos.

 

jueves, 22 de mayo de 2025

Evangelio del 23 de mayo 2025 Juan 15, 12-17

 


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mí Padre.

No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros".

 

Reflexión

 

El amor cristiano tiene una característica muy particular: ha de ser semejante al de Cristo. Jesús en este evangelio no deja lugar a dudas de cómo ha de ser nuestro amor: "ámense de la misma manera que yo los he amado".

Para Jesús no había clases sociales, culturas, buenos o malos, justos o pecadores, romanos o judíos. Los amó a todos, los envolvió a todos de manera total. Junto a él nadie se sentía excluido. Si verdaderamente queremos cumplir el mandamiento de Jesús nuestro amor ha de ser: solidario, compasivo, total y envolvente.

miércoles, 21 de mayo de 2025

Evangelio del 22 de mayo 2025 Juan 15, 9-11

 


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena".

 

Reflexión

 

Uno de los conceptos que tendríamos que cambiar en nuestra vida, es el que los mandamientos que Dios nos ha dado limitan y coartan nuestra libertad.

En el pasaje que hemos leído hoy, escuchamos cómo Jesús dice: "Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena". Es decir, la alegría y la felicidad plena la podemos alcanzar sólo si cumplimos los mandamientos. Y es que los mandamientos nos previenen de las consecuencias que el pecado trae a nuestra vida. Y así, por ejemplo, cuando Dios dice: "no robarás", lo que está buscando es evitar todos los daños que el robo trae para nosotros y para nuestro prójimo. De tal manera que cuando le hacemos caso y obedecemos sus mandamientos, estamos construyendo nuestra felicidad y nuestra paz interior.

De la misma manera que nuestros padres nos cuidan advirtiéndonos de los peligros, advertencias que en ocasiones se convierten en prohibiciones y con ello nos muestran que nos aman, así Dios también, al habernos dado los mandamientos, nos ha mostrado que nos ama. Mostrémosle ahora que nosotros le amamos, obedeciendo.

DOMINGO VI DE PASCUA CICLO C Domingo 25 de mayo 2025


  

RECORDANDO LAS PALABRAS DE JESÚS

Hech15, 1-2.22-29; Sal 66; Apoc 21, 10-14.22-23; Jn 14, 23-29

 

Algunos interpretan el Evangelio de hoy como si fuera una aceptación, por parte de Jesús, de que no ha revelado todo a los discípulos y de que el Espíritu Santo tenía que finalizar la revelación comunicando más verdades. Sin embargo, tal interpretación hace caso omiso de eso a que todos los exégetas bíblicos deben prestar atención, es decir, las palabras precisas de la Escritura. Jesús dice, textualmente, que el Espíritu Santo les recordará a los discípulos de lo que él ha enseñado por medio de su ministerio. En otros términos, Jesús no les ha escondido nada; el Espíritu les ayudará a recordar su predicación y penetrar su significado más profundo. Jesús y el Espíritu no son unos seres independientes, sino dos Personas del mismo Dios que se nos revela a sí mismo totalmente.

 

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Is 48, 20

 

Con voz de júbilo, anúncienlo; que se oiga. Que llegue a todos los rincones de la tierra: el Señor ha liberado a su pueblo. Aleluya.

 

GLORIA

 

Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor, Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.

Amén.

 

ORACIÓN COLECTA

 

Dios todopoderoso, concédenos continuar celebrando con incansable amor estos días de tanta alegría en honor del Señor resucitado, y que los misterios que hemos venido conmemorando se manifiesten siempre en nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo ...

 

LITURGIA DE LA PALABRA

 

PRIMERA LECTURA

 

El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido no imponerles más cargas que las necesarias.

 

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 15, 1-2. 22-29

 

En aquellos días, vinieron de Judea a Antioquía algunos discípulos y se pusieron a enseñar a los hermanos que si no se circuncidaban conforme a la ley de Moisés, no podrían salvarse.

Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; al fin se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más fueran a Jerusalén para tratar el asunto con los apóstoles y los presbíteros.

Los apóstoles y los presbíteros, de acuerdo con toda la comunidad cristiana, juzgaron oportuno elegir a algunos de entre ellos y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé. Los elegidos fueron Judas (llamado Barsabás) y Silas, varones prominentes en la comunidad. A ellos les entregaron una carta que decía:

"Nosotros, los apóstoles y los presbíteros, hermanos suyos, saludamos a los hermanos de Antioquía, Siria y Cilicia, convertidos del paganismo. Enterados de que algunos de entre nosotros, sin mandato nuestro, los han alarmado e inquietado a ustedes con sus palabras, hemos decidido de común acuerdo elegir a dos varones y enviárselos, en compañía de nuestros amados hermanos Bernabé y Pablo, que han consagrado su vida a la causa de nuestro Señor Jesucristo. Les enviamos, pues, a Judas y a Silas, quienes les transmitirán, de viva voz, lo siguiente: 'El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido no imponerles más cargas que las estrictamente necesarias. A saber: que se abstengan de la fornicación y de comer lo inmolado a los ídolos, la sangre y los animales estrangulados. Si se apartan de esas cosas, harán bien'. Los saludamos". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL

 

Del salmo 66, 2-3. 5. 6. 8.

R/. Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya.

 

Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R/.

Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones. R/.

Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R/.

 

SEGUNDA LECTURA

 

Un ángel me mostró la ciudad santa, que descendía del cielo.

 

Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 21, 10-14. 22-23

 

Un ángel me transportó en espíritu a una montaña elevada, y me mostró a Jerusalén, la ciudad santa, que descendía del cielo, resplandeciente con la gloria de Dios. Su fulgor era semejante al de una piedra preciosa, como el de un diamante cristalino.

Tenía una muralla ancha y elevada, con doce puertas monumentales, y sobre ellas, doce ángeles y doce nombres escritos, los nombres de las doce tribus de Israel. Tres de estas puertas daban al oriente, tres al norte, tres al sur y tres al poniente. La muralla descansaba sobre doce cimientos, en los que estaban escritos los doce nombres de los apóstoles del Cordero.

No vi ningún templo en la ciudad, porque el Señor Dios todopoderoso y el Cordero son el templo. No necesita la luz del sol o de la luna, porque la gloria de Dios la ilumina y el Cordero es su lumbrera.

Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 23

R/. Aleluya, aleluya.

 

El que me ama, cumplirá mi palabra, dice el Señor; y mi Padre lo amará y vendremos a él. R/.

 

EVANGELIO

 

El Espíritu Santo les recordará todo cuanto les he dicho.

 

Del santo Evangelio según san Juan: 14, 23-29

 

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada.

El que no me ama no cumplirá mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió. Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el Paráclito, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho.

La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir: 'Me voy, pero volveré a su lado'. Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

PROFESIÓN DE FE

 

CREDO de los Apóstoles

 

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

Amén.

 

PLEGARIA UNIVERSAL

 

Unidos a Cristo, que intercede siempre por nosotros, elevemos, hermanos, nuestras súplicas al Padre diciendo: Te rogamos, Señor. (R/. Te rogamos, Señor.)

Para que el que estaba muerto y ahora vive por los siglos de los siglos conceda a la Iglesia ser, con firmeza y valentía, testimonio perseverante de su resurrección, roguemos al Señor.

Para que el resucitado, que dio a los apóstoles su paz, quiera concederla también en abundancia a todos los pueblos, roguemos al Señor.

Para que el vencedor de la muestre transforme los sufrimientos de los enfermos, de los moribundos y de todos los que sufren en aquella alegría que nunca nadie les podrá quitar, roguemos al Señor.

Para que el que tiene las llaves de la muerte y de su reino nos conceda celebrar un día su resurrección con los ángeles y los santos en su reino, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que has prometido hacer morada en aquel que escucha tu palabra y la guarda, escucha nuestra oración y envíanos el Espíritu Santo, para que nos recuerde constantemente todo lo que Cristo ha dicho y enseñado y nos haga capaces de dar testimonio de ello con nuestras obras y palabras. Por Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

 

Suba hasta ti, Señor, nuestra oración, acompañada por estas ofrendas, para que, purificados por tu bondad, nos dispongas para celebrar el sacramento de tu inmenso amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PREFACIO

 

Restauración universal por el Misterio Pascual

 

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra Pascua, fue inmolado. Porque destruida la antigua situación de pecado, se renueva todo lo que estaba caído y en Cristo se restablece la integridad de nuestra vida. Por eso, con esta efusión del gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo...

 

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 14, 15-16

 

Si me aman, cumplirán mis mandamientos, dice el Señor; y yo rogaré al Padre, y él les dará otro Abogado, que permanecerá con ustedes para siempre. Aleluya.

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

 

Dios todopoderoso y eterno, que, por la resurrección de Cristo, nos has hecho renacer a la vida eterna, multiplica en nosotros el efecto de este sacramento pascual, e infunde en nuestros corazones el vigor que comunica este alimento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

 

 

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO 20250525

Entre los malentendidos que se encuentran en la Iglesia está la opinión de que los laicos son recipientes pasivos de la enseñanza del clero, es decir, que los obispos y los sacerdotes predican la verdad y los laicos la reciben como una esponja que absorbe agua. Contra esta opinión es lo que el Concilio Vaticano II ha proclamado, en su documento sobre la revelación divina, Dei Verbum: la revelación "progresa en la Iglesia con la asistencia del Espíritu Santo, puesto que va creciendo en la comprensión de las cosas y de las palabras transmitidas, ya por la contemplación y el estudio de los creyentes que las meditan en su corazón, ya por la percepción íntima que experimentan de las cosas espirituales" (n. 8). La verdad no puede progresar sin el esfuerzo de todos, incluso los laicos que cooperan con el Espíritu.

EN COMUNIÓN CON LA TRADICIÓN VIVA DE LA IGLESIA 20250525

 


 



«Continuamente necesitamos obras, y no palabras vanas y fastuosas. A todos resulta fácil decir y prometer, pero no es tan fácil dar cumplimiento. ¿Por qué digo esto? Porque hoy existen muchas personas que dicen tener y querer al Señor, y vemos, no obstante, que desmienten sus palabras con sus obras. Dios, por el contrario, quiere ser amado por las obras. Por eso decía a sus discípulos: si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Después de afirmar: Cualquier cosa que me pidáis, yo lo haré, a fin de que sus discípulos no creyeran que simplemente bastaba con pedir, añadió: Si me amáis -dice-, lo haré. Puesto que era natural que al oír las palabras: voy a mi Padre se turbaran, les dijo: "El hecho de que os turbéis por estas palabras no significa que me améis. Vuestro amor se ha de manifestar en la obediencia a mis palabras. Os he ordenado que os améis los unos a los otros para que hagáis a unos ya otros lo que yo os hice. La obediencia a estas palabras y la sumisión al amado manifiestan vuestro amor! Rogaré al Padre y os dará otro Paráclito. Una vez más son palabras que denotan condescendencia. Era probable que quienes todavía no lo conocían bien buscaran con empeño su compañía, su conversación, su presencia corporal, y que no alcanzaran consuelo si él estaba ausente. Por eso, ¿qué les dijo? Rogaré a mi Padre y os dará otro Paráclito, es decir, "otro igual que yo! ¡Que los sectarios de Sabelio y los que no tienen una opinión adecuada acerca del Espíritu se cubran de vergüenza al oír estas palabras! Es sorprendente que con estas palabras eche abajo de golpe todas las herejías que enseñan doctrinas completamente opuestas» (San Juan Crisóstomo [C. 347-4071. Evangelio de san Juan. Homilía 75, 1).

 

martes, 20 de mayo de 2025

Evangelio del 21 de mayo 2025 Juan 15, 1-8



En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.

Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.

Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos".

 

Reflexión

 

En nuestro mundo tecnificado y autosuficiente, en donde las computadoras y la ciencia moderna a veces nos hacen creer que somos autosuficientes, las palabras del evangelio de hoy nos recuerdan una de las verdades que jamás debemos de olvidar: "Sin Jesús, no podemos hacer nada".

San Pablo en su carta a los Gálatas dice que la paciencia, la tolerancia, la alegría, la profunda paz interior son los frutos del amor de Dios que circula en nosotros. Valdría la pena revisar si los frutos de nuestra vida dan testimonio de nuestra "permanencia" en Cristo.