ANTÍFONA DE ENTRADA
(Jer 29, 11. 12. 14)
Yo tengo designios de paz, no de aflicción, dice el Señor. Ustedes me
invocarán y yo los escucharé y los libraré de la esclavitud donde quiera que se
encuentren.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Señor, Dios nuestro, alegrarnos siempre en tu servicio,
porque la profunda y verdadera alegría está en servirte siempre a ti, autor de
todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
[Brillará para ustedes el sol de justicia.]
Del libro del profeta Malaquías 3, 19-20a
“Ya viene el día del Señor, ardiente como un horno, y todos los
soberbios y malvados serán como la paja. El día que viene los consumirá, dice
el Señor de los ejércitos, hasta no dejarles ni raíz ni rama. Pero para
ustedes, los que temen al Señor, brillará el sol de justicia, que les traerá la
salvación en sus rayos”. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 97
R. Toda la tierra ha visto al Salvador.
Cantemos al Señor al son del arpa, aclamemos al son de los clarines al
Señor, nuestro Rey. R.
Alégrese el mar y el mundo submarino, el orbe y todos los que en él
habitan. Que los ríos estallen en aplausos y las montañas salten de alegría. R.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe.
Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones. R.
SEGUNDA LECTURA
[El que no quiera trabajar, que no coma.]
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses 3, 7-12
Hermanos: Ya saben cómo deben vivir para imitar mi ejemplo, puesto que,
cuando estuve entre ustedes, supe ganarme la vida y no dependí de nadie para
comer; antes bien, de día y de noche trabajé hasta agotarme, para no serles
gravoso. Y no porque no tuviera yo derecho a pedirles el sustento, sino para
darles un ejemplo que imitar. Así, cuando estaba entre ustedes, les decía una y
otra vez: “El que no quiera trabajar, que no coma”.
Y ahora vengo a saber que algunos de ustedes viven como holgazanes, sin
hacer nada, y además, entrometiéndose en todo. Les suplicamos a esos tales y
les ordenamos, de parte del Señor Jesús, que se pongan a trabajar en paz para
ganarse con sus propias manos la comida. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Lc 21, 28)
R. Aleluya, aleluya.
Estén atentos y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su
liberación, dice el Señor. R. Aleluya, aleluya.
EVANGELIO
[Si perseveran con paciencia, salvarán sus almas.]
Del santo Evangelio según san Lucas 21, 5-19
En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción
del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo:
“Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están
admirando; todo será destruido”.
Entonces le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál
será la señal de que ya está a punto de suceder?” Él les respondió: “Cuídense
de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: ‘Yo
soy el Mesías. El tiempo ha llegado’. Pero no les hagan caso. Cuando oigan
hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene
que acontecer, pero todavía no es el fin”.
Luego les dijo: “Se levantará una nación contra otra y un reino contra
otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y
aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles.
Pero antes de todo esto los perseguirán a ustedes y los apresarán; los
llevarán a los tribunales y a la cárcel, y los harán comparecer ante reyes y
gobernadores, por causa mía. Con esto darán testimonio de mí.
Grábense bien que no tienen que preparar de antemano su defensa, porque
yo les daré palabras sabias, a las que no podrá resistir ni contradecir ningún
adversario de ustedes.
Los traicionarán hasta sus propios padres, hermanos, parientes y
amigos. Matarán a algunos de ustedes y todos los odiarán por causa mía. Sin
embargo, ni cabello de su cabeza perecerá. Si se mantienen firmes, conseguirán
la vida”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
Pidamos al Señor que escuche nuestras súplicas y acoja con bondad
nuestras peticiones:
1. Para que el Señor
multiplique el número de fieles que –abandonando todas las cosas– se consagren
exclusivamente a Él en la vida sacerdotal y religiosa, roguemos al Señor.
2. Para que Dios conceda a
los jefes de las naciones buscar la voluntad divina, temer a Dios en el
cumplimiento de su misión y acertar en sus decisiones, roguemos al Señor.
3. Para que Dios mire con
misericordia a las creaturas que en distintos lugares pasan hambre y les
conceda el alimento necesario, roguemos al Señor.
4. Para que el Señor nos
dé fuerza para amar incluso a nuestros enemigos y para cumplir su precepto de
devolver bien por mal, roguemos al Señor.
Dios nuestro, principio y fin de todas las cosas, haz que –a través de
los acontecimientos, alegres y tristes, de la propia vida– mantengamos firme la
esperanza de que, sufriendo con perseverancia, ganaremos la vida eterna. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que estas ofrendas que ponemos bajo tu mirada nos
obtengan la gracia de vivir entregados a tu servicio y nos alcancen, en
recompensa, la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
Las prendas de la Pascua eterna
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno. En quien vivimos, nos movemos y existimos; y todavía peregrinos en este
mundo, no sólo experimentamos las pruebas cotidianas de tu amor, sino que
poseemos ya, en prenda, la vida futura. Porque al poseer las primicias del
Espíritu, por el cual resucitaste a Jesús de entre los muertos, esperamos
disfrutar eternamente del Misterio Pascual. Por eso, te alabamos con todos los
ángeles, y proclamamos tu gloria con alegría, diciendo: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mc 11, 23-24)
Cualquier cosa que pidan en la oración, crean ustedes que ya se la han
concedido, y la obtendrán, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al recibir, Señor, el don de estos sagrados misterios, te suplicamos
humildemente que lo que tu Hijo nos mandó celebrar en memoria suya, nos
aproveche para crecer en nuestra caridad fraterna. Por Jesucristo, nuestro
Señor.

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