«No conviertan en un mercado la casa de mi Padre»
Esta Basílica es la catedral de Papa. De entre todas iglesias de
Occidente, está es la primera en antigüedad y dignidad (fue construida por el
emperador Constantino hacía el año 320). Su nombre original es Basílica del
Santísimo Salvador. La fiesta de esta dedicación ha de recordarnos que el
ministerio del Papa, sucesor de Pedro, constituye para el pueblo el principio y
el fundamento de la unidad.
Ez 47, 1-2. 8-9. 12; Sal 45; 1 Cor 3, 9-11. 16-17; Jn 2, 13-22
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Ap 21, 2
Vi que descendía del cielo, desde donde está Dios, la ciudad santa, la
nueva Jerusalén, engalanada como una novia, que va a desposarse con su
prometido.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a quienes ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor,
Hijo único, Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que
quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del
mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú
Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre.
Amén.
ORACIÓN COLECTA
Señor, tú que con piedras vivas y escogidas preparas una morada eterna
para tu divinidad, derrama con abundancia sobre tu Iglesia la gracia que le has
otorgado, para que tu pueblo fiel avance sin cesar en la construcción de la
Jerusalén celestial. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Vi salir agua del templo: era un agua que daba vida y fertilidad.
Del libro del profeta Ezequiel: 47, 1-2. 8-9. 12
En aquellos tiempos, un hombre me llevó a la entrada del templo. Por
debajo del umbral manaba agua hacia el oriente, pues el templo miraba hacia el
oriente, y el agua bajaba por el lado derecho del templo, al sur del altar.
Luego me hizo salir por el pórtico del norte y dar la vuelta hasta el
pórtico que mira hacia el oriente, y el agua corría por el lado derecho.
Aquel hombre me dijo: “Estas aguas van hacia la región oriental;
bajarán hasta el Arabá, entrarán en el mar de aguas saladas y lo sanearán. Todo
ser viviente que se mueva por donde pasa el torrente, vivirá; habrá peces en
abundancia, porque los lugares a donde lleguen estas aguas quedarán saneados y
por dondequiera que el torrente pase, prosperará la vida. En ambas márgenes del
torrente crecerán árboles frutales de toda especie, de follaje perenne e
inagotables frutos. Darán frutos nuevos cada mes, porque los riegan las aguas
que manan del santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas, de
medicina”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 45, 2-3. 5-6. 8-9.
R/. Un río alegra a la ciudad de Dios.
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza, quien en todo peligro nos
socorre. Por eso no tememos, aunque tiemble, y aunque al fondo del mar caigan
los montes. R/.
Un río alegra a la ciudad de Dios, su morada el Altísimo hace santa.
Teniendo a Dios, Jerusalén no teme, porque Dios la protege desde el alba. R/.
Con nosotros está Dios, el Señor; es el Dios de Israel nuestra defensa.
Vengan a ver las cosas sorprendentes que ha hecho el Señor sobre la tierra. R/.
SEGUNDA LECTURA
Ustedes son el templo de Dios.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 3, 9-11.
16-17
Hermanos: Ustedes son la casa que Dios edifica. Yo, por mi parte,
correspondiendo al don que Dios me ha concedido, como un buen arquitecto, he
puesto los cimientos; pero es otro quien construye sobre ellos. Que cada uno se
fije cómo va construyendo. Desde luego el único cimiento válido es Jesucristo y
nadie puede poner otro distinto.
¿No saben acaso ustedes que son el templo de Dios y que el Espíritu de
Dios habita en ustedes? Quien destruye el templo de Dios, será destruido por
Dios, porque el templo de Dios es santo y ustedes son ese templo.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO 2 Cro 7, 16
R/. Aleluya, aleluya.
He elegido y santificado este lugar, dice el Señor, para que siempre
habite ahí mi nombre.
R/.
EVANGELIO
Jesús hablaba del templo de su cuerpo.
+ Del santo Evangelio según san Juan: 2, 13-22
Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y
encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los
cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del
templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y
les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: “Quiten
todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre”.
En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito:
El celo de tu casa me devora.
Después intervinieron los judíos para preguntarle: “¿Qué señal nos das
de que tienes autoridad para actuar así?”. Jesús les respondió: “Destruyan este
templo y en tres días lo reconstruiré”. Replicaron los judíos: “Cuarenta y seis
años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres
días?”.
Pero Él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús
de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y
creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO
Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la
tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios,
Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la
misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los
hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo
se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue
crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al
tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha
del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino
no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede
del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y
gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa,
católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los
pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.
Amén.
PLEGARIA UNIVERSAL
Hermanos, como miembros de la Iglesia, y ya que somos piedras vivas del
templo donde Dios habita con su pueblo, dirijamos nuestra oración al
Padre y
supliquémosle por toda la humanidad.
Después de cada petición diremos: Escúchanos, Padre.
1. Por el Papa León y por la Iglesia de Roma para que, llenos de los
dones del Espíritu Santo, puedan llevar a cabo su misión de presidir en la
caridad a todas las comunidades del mundo. Oremos.
2. Por toda la Iglesia, cuerpo de Cristo y templo de Dios, para que sea
sacramento de salvación que nos convierte en hijos de Dios y hermanos los unos
de los otros. Oremos.
3. Por los obispos mexicanos, para que siempre sean asistidos por el
Espíritu Santo.
Especialmente en la reunión que tendrán esta semana. Oremos.
4. Por toda la humanidad, para que descubra y responda a la llamada de
Dios a ser piedras vivas edificadas sobre el fundamento de Jesucristo. Oremos.
5. Por las personas tentadas por el suicidio, para que encuentren en su
comunidad el apoyo, el cuidado y el amor que necesitan y se abran a la belleza
de la vida. Oremos.
6. Por todos nosotros, para que, fieles al Espíritu recibido en el
Bautismo y alimentados con la Eucaristía, vivamos como Pueblo de Dios, Cuerpo
de Cristo y Templo del Espíritu Santo.
Oremos.
Escucha, Padre, las peticiones que te hemos dirigido en esta casa de
oración, y
concédenos con abundancia lo que te hemos pedido con fe. Por
Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que te presentamos y concédenos que podamos
obtener en este lugar el fruto de tus sacramentos y el cumplimiento de nuestros
deseos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
En verdades justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte
gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y
eterno.
Porque en toda casa consagrada a la oración te has dignado quedarte con
nosotros para hacernos, tú mismo, templos del Espíritu Santo, que brillen,
sostenidos por tu gracia, con el esplendor de una vida santa.
Y porque con tu acción constante, santificas a la Iglesia, esposa de
Cristo, simbolizada por estos edificios materiales, a fin de que, llena de gozo
por la multitud de sus hijos, sea presentada a ti en la gloria del cielo.
Por eso, con todos los ángeles y los santos, te alabamos proclamando
sin cesar: Santo, Santo, Santo...
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. 1 P 2, 5
Ustedes también son piedras vivas, que van entrando en la edificación
del templo
espiritual, para formar un sacerdocio santo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor Dios, que has querido darnos en tu Iglesia un signo visible de la
Jerusalén del cielo, concédenos que, mediante la participación en este
sacramento, nos transformes en templo de tu gracia y nos concedas entrar en la
morada de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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