viernes, 19 de diciembre de 2025

IV DOMINGO DE ADVIENTO Domingo 21 de diciembre 2025

 



ANTÍFONA DE ENTRADA (Is 45, 8)

Cielos, destilen el rocío; nubes, lluevan la salvación; que la tierra se abra, y germine el Salvador.

 

No se dice Gloria

 

ORACIÓN COLECTA

Te pedimos, Señor, que infundas tu gracia en nuestros corazones, para que, habiendo conocido, por el anuncio del ángel, la encarnación de tu Hijo, lleguemos, por medio de su pasión y de su cruz, a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.

 

PRIMERA LECTURA

[He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo.]

 

Del libro del profeta Isaías 7, 10-14

 

En aquellos tiempos, el Señor le habló a Ajaz diciendo: “Pide al Señor, tu Dios, una señal de abajo, en lo profundo o de arriba, en lo alto”. Contestó Ajaz: “No la pediré. No tentaré al Señor”.

Entonces dijo Isaías: “Oye, pues, casa de David: ¿No satisfechos con cansar a los hombres, quieren cansar también a mi Dios? Pues bien, el Señor mismo les dará por eso una señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros”.

Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

 

 

SALMO RESPONSORIAL del salmo 23

R. Ya llega el Señor, el rey de la gloria.

 

Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues él lo edificó sobre los mares, él fue quien lo asentó sobre los ríos.

R. Ya llega el Señor, el rey de la gloria.

 

¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso.

R. Ya llega el Señor, el rey de la gloria.

 

Ese obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Esta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob.

R. Ya llega el Señor, el rey de la gloria.

 

SEGUNDA LECTURA

[Jesucristo, nuestro Señor, Hijo de Dios, nació del linaje de David.]

 

De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 1, 1-7

 

Yo, Pablo, siervo de Cristo Jesús, he sido llamado por Dios para ser apóstol y elegido por él para proclamar su Evangelio. Ese Evangelio, que, anunciado de antemano por los profetas en las Sagradas Escrituras, se refiere a su Hijo, Jesucristo, nuestro Señor, que nació, en cuanto a su condición de hombre, del linaje de David, y en cuanto a su condición de espíritu santificador, se manifestó con todo su poder como Hijo de Dios, a partir de su resurrección de entre los muertos.

Por medio de Jesucristo, Dios me concedió la gracia del apostolado, a fin de llevar a los pueblos paganos a la aceptación de la fe, para gloria de su nombre. Entre ellos, también se cuentan ustedes, llamados a pertenecer a Cristo Jesús.

A todos ustedes, los que viven en Roma, a quienes Dios ama y ha llamado a la santidad, les deseo la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesucristo, el Señor.

Palabra de Dios. Te alabamos Señor.

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO (Mt 1, 23)

R. Aleluya, aleluya.

 

He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.

 

R. Aleluya.

 

EVANGELIO

[Jesús nació de María, desposada con José, hijo de David.]

 

Del santo Evangelio según san Mateo 1, 18-24

 

R. Gloria a ti, Señor.

 

Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.

Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: “José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”.

Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros.

 

Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa.

Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

PROFESIÓN DE FE

 

CREDO NICENO_CONSTANTINOPOLITANO

 

Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un sólo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

Amén.

 

ORACIÓN UNIVERSAL

Sacerdote: Pidamos, hermanos, el auxilio del Señor, para que, apiadado del pobre y del oprimido, venga a salvar al mundo de sus males. Oremos diciendo:

TODOS: Manifiesta tu gloria, Señor.

1.         Para que todos los fieles nos dispongamos a recibir a Cristo como lo recibió María y como ella conservemos sus palabras en el corazón. Roguemos al Señor.

2.         Para que todos los que acudiremos a la iglesia en las próximas fiestas de Navidad descubramos la buena noticia del Evangelio, no como un rayo fugaz en la noche, sino como luz permanente que ilumina y alegra toda la vida. Roguemos al Señor.

3.         Para que las fiestas del nacimiento del Señor alejen de nosotros las tinieblas, dudas e incertidumbres y colmen los deseos de quienes se sienten descorazonados y tristes. Roguemos al Señor.

4.         Para que el nacimiento de Cristo nos ayude a renunciar a los deseos mundanos y a vivir sobria y honradamente esperando la aparición definitiva del Señor. Roguemos al Señor.

Intenciones de la Iglesia local.

Sacerdote: Señor Dios, escucha nuestras plegarias y haz que también nosotros sepamos acoger y engendrar espiritualmente a tu Verbo, escuchando tu palabra y obedeciendo a la fe. Por Jesucristo, nuestro Señor. TODOS: Amén.

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Que santifique, Señor, estos dones, colocados en tu altar, el mismo Espíritu Santo que fecundó con su poder el seno de la bienaventurada Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PREFACIO

María, nueva Eva                

En verdad es justo darte gracias, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Te alabamos, te bendecimos y te glorificamos por el misterio de la Virgen Madre. Porque, si del antiguo adversario nos vino la ruina, en el seno virginal de la hija de Sión ha germinado Aquel que nos nutre con el pan del cielo, y ha brotado para todo el género humano la salvación y la paz. La gracia que Eva nos arrebató nos ha sido devuelta en María. En ella, madre de todos los hombres, la maternidad, redimida del pecado y de la muerte, se abre al don de una vida nueva. Así, donde abundó el pecado, sobreabundó tu misericordia en Jesucristo, nuestro salvador. Por eso nosotros, anhelando su venida gloriosa, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo...

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Is 7, 14)

Miren: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien le pondrá el nombre de Emmanuel.

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Habiendo recibido esta prenda de redención eterna, te rogamos, Dios todopoderoso, que, cuanto más se acerca el día de la festividad que nos trae la salvación, con tanto mayor fervor nos apresuremos a celebrar dignamente el misterio del nacimiento de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.

 

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