lunes, 15 de diciembre de 2025

Evangelio del 16 de diciembre 2025 Mateo 21, 28-32

 



En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué opinan de esto? Un hombre que tenía dos hijos fue a ver al primero y le ordenó: 'Hijo, ve a trabajar hoy en la viña'. Él le contestó: 'Ya voy, señor', pero no fue. El padre se dirigió al segundo y le dijo lo mismo. Este le respondió: 'No quiero ir', pero se arrepintió y fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre?" Ellos le respondieron: "El segundo". Entonces Jesús les dijo: "Yo les aseguro que los publicanos y las prostitutas se les han adelantado en el camino del Reino de Dios. Porque vino a ustedes Juan, predicó el camino de la justicia y no le creyeron; en cambio, los publicanos y las prostitutas sí le creyeron; ustedes, ni siquiera después de haber visto, se han arrepentido ni han creído en él".

Reflexión

La parábola pone en contraste a dos hijos a los que su padre les pide ir a trabajar a la viña:

El Primer Hijo (el que dijo "sí" y no fue).

El Segundo Hijo (el que dijo "no" y luego fue).

La conclusión de Jesús es clara: la intención del corazón, manifestada en las acciones, es lo que realmente importa ante Dios.

No basta con profesar la fe, asistir a ritos o tener buenas intenciones; la verdadera obediencia es aquella que, tras una negativa o un error, se corrige con la acción de hacer la voluntad del Padre (trabajar en la viña). Por otro lado, la hipocresía de decir "sí" sin actuar es fuertemente criticada.

El texto nos invita a examinar nuestra propia vida: ¿Somos como el hijo que dijo sí pero no hizo, o como el que rectificó y obedeció? El camino hacia Dios pasa por el arrepentimiento y la obediencia activa, no por las meras palabras.

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